No somos masa... Somos electricidad.

Los más viejitos de esta red están habilitados a sentir nostalgia con la imagen que nos remonta a nuestra niñez. Los más jóvenes deberán googlear “El Gordo y el Flaco” ( Stan Laurel and Oliver Hardy), o preguntarle a sus papás o a sus abuelos, ya que la serie terminó de grabarse en 1955.

Podríamos asegurar que la diferencia entre el gordo y el flaco es una mera cuestión de masa. Pero no estaríamos siendo completamente exhaustivos con esa afirmación.

Aquí tengo que invitarlos a sumergirse en las entrañas de nuestra estructura subatómica.

Todo el universo en el que estamos inmerso (y del cual formamos parte), está formado por materia la cual no se desintegra debido a las uniones entre los átomos que conforman las diferentes moléculas.

También sabemos que nuestro satélite natural (la luna), gira alrededor de la Tierra y no se “escapa” debido a atracción gravitacional de masas que nuestro planeta ejerce sobre ella.  

Pero que pasará con las uniones químicas a nivel molecular?

Es aquí en donde nos tenemos que preguntar cuál es la fuerza que prevalece en este nivel subatómico del universo:

Será la fuerza de atracción gravitacional de masas, o será la fuerza de atracción eléctrica?

Cómo lo podremos determinar?

Lo descubriremos con un poco de física elemental.

Primero veamos cómo calcular la Fuerza gravitacional de masas que tendremos entre dos partículas como ser un electrón y un protón (por ejemplo en el átomo de Hidrógeno). La misma será proporcional al resultado de multiplicar sus respectivas masas y dividir por el cuadrado de la distancia existente entre las mismas:

Ahora bien, en forma similar vamos a obtener la fuerza electrostática (debida a las cargas eléctricas en juego) que se presenta entre estos dos elementos:

Entonces, podremos concluir que si comparamos las dos fuerzas, entenderemos que la unión eléctrica (Fe) es aproximadamente 10 elevado a unas cuarenta veces más fuerte que la unión por atracción de masas (Fg). Por ende, nuestro mundo está “unido” por fuerzas eléctricas, mayoritariamente.

Con esta conclusión, podemos ver que es normal que los seres vivos presentemos algún efecto biológico (cuando nos encontramos en presencia de un campo electromagnético) debido a que básicamente somos electricidad, más que masa. Lo que debemos verificar SIEMPRE es que ese efecto no sea nocivo para nuestra salud. Para esto existen normas que nos indican los máximos niveles de exposición a las radiaciones no ionizantes a los cuales podemos exponernos y nuestro cuerpo logrará neutralizar sus efectos a través de un sistema de termo regulación, tal como lo hace cuando tomamos sol, al broncear nuestra piel en verano, considerando inclusive que buena parte de sus componentes son radiaciones ionizantes.

Entonces, podemos concluir que el gordo y el flaco constituyen una diferencia de cantidad de electricidad, más que de masa corporal.