¿Cómo podemos enseñar mejor?

¿Cómo podemos enseñar mejor?

Cada ser humano tiene al nacer unas cien mil millones de células nerviosas, una cantidad que va disminuyendo ligeramente a lo largo de la vida. En los dos primeros años de vida aumentan sobre todo las terminaciones por las que cada neurona envía señales a más de otras mil. Los lugares de contacto, las sinapsis, transmiten las informaciones entre las células. Más de cien billones de tales conexiones sinápticas unen las neuronas a las redes locales, que se pueden comunicar entre sí incluso a distancias algo más largas. 

Cuando ciertas neuronas reaccionan ante unas características que con frecuencia aparecen asociadas y que suelen dispararse de forma sincrónica, se refuerzan las sinapsis entre dichas células nerviosas y se mantienen a largo plazo. Por ejemplo, un chocolate caliente presenta varias características que estimulan a sentidos distintos: es líquido, marrón, tiene un olor característico, un sabor amargo (si no se le ha agregado azúcar) y uno puede quemarse la lengua al probarlo. Cada taza que bebe un niño refuerza la conexión sináptica entre los grupos de neuronas que están activados en ese momento. Después de unas cuantas tazas, el cerebro ha encadenado de ese modo las informaciones aisladas en una imagen de conjunto. El niño conoce ahora cómo sabe un buen chocolate y puede apelar, una y otra vez, a este conocimiento. Y a la inversa, se rescinden, con el paso del tiempo, las conexiones existentes entre células nerviosas que nunca trabajan al mismo tiempo. 

Así lo explican Gerhard Friedrich y Gerhard Preiss y agregan a lo dicho, que los procesos de aprendizaje modelan el cerebro. Tal como se ve en el ejemplo dado, todo lo que aprendemos modifica nuestras redes neuronales. 

Pero ¿qué es la neuroeducación? En pocas palabras, es una nueva mirada en el proceso de enseñanza-aprendizaje desde los conocimientos de la neurociencia aplicada. Esto quiere decir, que la neuroeducación relaciona la información que se tiene de cómo funciona el cerebro para lograr un aprendizaje significativo y efectivo, es decir, para obtener en el estudiante un mejor aprendizaje.

Antes había que esperar a que la persona muera para estudiar su cerebro; pero ahora, las neurociencias –ciencias que estudian al sistema nervioso y al cerebro desde aspectos estructurales y funcionales- han posibilitado una mayor comprensión del proceso de aprendizaje. Las investigaciones utilizando neuroimágenes visibilizaron mayor conocimiento sobre las funciones cerebrales superiores y complejas, como el lenguaje, la memoria y la atención.

En efecto, la Resonancia Magnética Funcional (RMF) es una técnica de neuroimagen capaz de detectar los cambios fisiológicos ocurridos en el cerebro relacionados con procesos mentales y dentro de las neurociencias, tiene dos grandes campos de aplicación: la investigación básica de los procesos cognitivos y la práctica clínica.

Aplicada a la investigación de las funciones cognitivas, esta técnica permite adentrarse en la relación entre el cerebro y la conducta, posibilitando explorar desde la percepción sensorial hasta los procesos mentales más complejos, tales como la resolución de problemas matemáticos o los juicios morales. También posibilita el hacer distinciones de funcionalidad entre regiones cerebrales específicas y permite explorar diferencias entre poblaciones clínicas con la finalidad de identificar el correlato neuronal de un trastorno neurológico o psiquiátrico.

Ahora podemos conocer, en tiempo real y de manera más amplia al cerebro, cómo es, cómo aprende, cómo procesa, registra, conserva y evoca una información, entre otras cosas.

Por otro lado, varios especialistas sostienen que el cerebro es el único órgano del cuerpo humano que tiene la capacidad de aprender y a la vez de enseñarse a sí mismo. 

En este sentido, una de las reglas más simples que gobiernan o dirigen el aprendizaje, nos enseña que es la práctica la que lo incrementa. Tal como hemos visto en el ejemplo, durante el desarrollo de nuevas vías neurales, nuestras sinapsis cambian y es así como recordamos una u otra experiencia o vivencia y este aprendizaje se refuerza o debilita por medio de nuevos estímulos, vivencias, pensamientos y acciones; lo que da lugar a un aprendizaje permanente.  

Es importante destacar, en esta primera aproximación a la temática, que el desarrollo del cerebro se encuentra bajo influencias genéticas y ambientales. El entorno adecuado y enriquecido despierta al cerebro para el aprendizaje y lo desarrolla. Asimismo, varios factores ejercen influencia en el cerebro y por ende en el aprendizaje: el factor nutricional, factores de índole genética, el entorno socioeconómico y cultural, el ambiente emocional familiar del alumno, lesiones cerebrales, aprendizajes previos consolidados, entre otros. Esto implica que, para un mejor aprendizaje, el educador necesita obtener mayor información, no sólo de cómo aprende el cerebro, sino acerca de la historia de vida de sus alumnos, si es que quiere aportar de manera significativa y asertiva al proceso de desarrollo desde su práctica pedagógica. 

Entonces, podemos decir que el cerebro establece una ruta para el aprendizaje. De las principales investigaciones relacionadas al proceso de enseñanza-aprendizaje, podemos ver que el cerebro para aprender necesita percibir y codificar una información y para ello utiliza sus recursos multisensoriales, el cuerpo, la motivación y todos los conocimientos previos almacenados en un sistema de memoria en especial. A partir de allí, se desencadena una serie de acontecimientos a nivel neurológico, como por ejemplo, la activación del mecanismo de atención, que permitirá que el alumno procese la información más relevante ignorando otros estímulos (externos o internos) y empiece a adquirir de manera directa o indirecta el aprendizaje. 

Sintéticamente, podemos sostener que el éxito de la enseñanza afecta directamente las funciones del cerebro modificando y variando las conexiones. Podríamos decir entonces que el ambiente afecta tanto la estructura del cerebro como su funcionalidad; un ambiente apropiado es esencial para conformar partes sustanciales del mismo. Y esta afirmación podríamos trasladarla con total confianza al ambiente de una clase y, aun, a una situación de aprendizaje más amplia. 

Entonces, si el aprendizaje responde a estímulos tanto internos como externos, el profesor debe fomentar estímulos externos positivos que refuercen el autoconocimiento del estudiante y les permitan modificar sus estímulos internos hacia lo que se quiere aprender. 

En definitiva, la calidad de la educación está directamente relacionada con la calidad del educador y quien conoce cómo y bajo qué condiciones se modifica el cerebro al aprender puede enseñar mejor.

Inaugurando esta columna de neurociencias y educación, además de agradecer profundamente la invitación, espero contribuir al interés por la temática y poder desarrollar a lo largo de los números siguientes, conceptos, teorías y sobre todo herramientas que generen en quienes tengan estas líneas entre sus manos, habilidades útiles para transformar y transformarse en el marco del mágico proceso de enseñanza-aprendizaje.

Lyda Zúñiga

Mentor Coach para Líderes y equipos | Coach en IE | Creadora de RIE, programa centrado en formación de competencias con base en Inteligencia Emocional dirigido a personas y empresas.

2 años

Excelente Carolina Szmoisz y dado lo que se sugiere en el artículo es imprescindible trabajar la inteligencia emocional en los educadores por qué realmente el cerebro jamás deja de regenerarse, pero para ir creando circuitos porpicios se requiere de condiciones biológicas, psicólogicas y sociales y supongo que otras tantas, para lograr algo realmente de un gran impacto. Muchas gracias por compartir. Un gran abrazo y siempre bendiciones.

María Francisca Sanhueza Valencia

+27K Líder Global, CEO & Country Manager | Health | Empresaria | Business | Mentor Executive | Speaker Internacional | Consulting | Directora Diplomado Liderazgo | Autora y creadora “Liderazgo Transmutacional®”

2 años

"La calidad de la educación está directamente relacionada con la calidad del educador", una gran conclusión para un muy completo artículo querida Carolina Szmoisz. Y lo comparo con el liderazgo, sucede lo mismo, la eficiencia laboral también es directamente proporcional con el tipo de liderazgo en las organizaciones. Sigamos avanzando por empresas humanas y líderes humanos, de la año de derechos #humanos. ¡Felicitaciones! Que tengas una excelente semana Fuerte abrazo!

Milagros Zegarra

Top Voice LinkedIn 2024 Latam | Top#1Perú & Top#10 Latam HRInfluencer | Top Latam HR Manager | Presidenta de APERHU-Asociación Peruana de RRHH | Miembro L+1, WomenCeo | RRHH | Speaker | CEO Great Place To Work

2 años

Excelente Carolina! Muchas gracias por compartir información tan valiosa !

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