No son los años, es la experiencia
La nueva longevidad en ExpoSer 2024 por el doctor Diego Bernardini

No son los años, es la experiencia

"El año entrante cumplís 50 años, mirá vos, tenemos que hacer una fiesta", dijo mi cuñada muy animada, mientras yo estoy terminando de digerir mi cumpleaños 49.

Caramba, paso de usar el Centrum normal a uno para mayores de 50 años, el Silver, pensé y bueno, es parte de la vida y con ella nos vamos enfrentando a este día a día que, gracias a Dios, la naturaleza, mi mamá que insistió en que me comiera siempre las verduras y el deporte hoy, junto a mi médico podemos decir que llego bien de salud al medio siglo.

Este fin de semana que pasó estuve en el ExpoSer de COOMEVA , fui por algo de equilibrio tras un año algo turbio y me encontré, además de reflexiones y motivaciones muy claras, así como la urgente necesidad de dormir mejor, con una conferencia acerca de “la nueva longevidad”, de la segunda mitad de la vida dictada por el doctor argentino Diego Bernardini MD PhD . Interesante eso de ser longevo en un mundo que se mueve como si todos tuviéramos hiperactividad y no mas de 10 años de edad, a toda máquina.

Eric el Rojo, dicen, llegó a Groenlandia y cerca al Canadá cuando tenía menos de 20 años. Alejandro Magno tuvo posesión de gran parte del mundo antes de los 30. Yo a esa edad sacaba pecho por terminar la universidad sin afugias y conseguir un empleo para mi familia naciente, los sueños eran otros, por supuesto, mismos que hoy, tocando las puertas de los 50 años son diferentes a esos de antaño.

Cada uno va creciendo, aprendiendo y sumando en la vida; dando, ojalá, de sí lo mejor para ir construyendo experiencias memorables en quienes te rodean y con ello, no es el objetivo, pero bienvenido, ir dejando un legado para que cuando debas partir te recuerden o hagan referencia a tus actos como algo que deberían imitar. Parte de estos 49 años, 26 como profesional, se han ido en eso, construyendo, enseñando, aprendiendo y creciendo.

Cada vez está mas cerrado el mercado laboral para quienes asustamos con los años de experiencia y que, paradójicamente, somos ideales para los cargos de no ser porque vimos capítulos de estreno de “El Chapulín Colorado” y no nos pareció sexista, agresivo ni socialmente imprudente "El Chavo”.

Entiendo la preocupación de las empresas en llevar talento de ciertas edades a sus equipos de trabajo, no solo por los riesgos de salud, sino por los cruces generacionales que puedan ocurrir entre quienes aprendimos a resolver antes de quejarnos y a remangarnos antes de pensar en qué plataforma de inteligencia artificial me podría ayudar.

No estás viejo, no, sos experimentado, has vivido y esa experiencia es la que te da la capacidad para enfrentar a un cliente complicado, un entorno difícil o un reto laboral importante sin sucumbir a la presión, las emociones andan en un plano que se expone, pero que no te dominan y eso, a la hora de construir una estrategia es invaluable, porque no caes en la histeria táctica de los resultados inmediatos y aceptas, como debe ser, que muchas veces los resultados tardan en llegar, que no sos malo, solo estás errado y que al corregir todo caerá en su sitio y si no, pues a darle de nuevo, manejando la frustración del caso con seriedad, pero sin caer en ella.

Estos meses he estado en varios procesos de selección, opté, por lo que les cuento, por dejar a un lado aquellos en los que están priorizando la táctica o lo técnico sobre la estrategia, el conocimiento puntual, sobre su aplicación directa, sobre la experiencia.

Los dejé a un lado porque la edad, como lo dice el doctor Bernardini, “es la forma más común de discriminación. Necesitamos modificar eso porque, en definitiva, es una herida contra nuestro propio futuro y nuestra persona” y pues por mis primaveras no voy a caer en ningún invierno que no sea el mío, ¿no?

Y es una pena, porque ahora que estoy acompañando empresas me encuentro con personas, de todas las edades por si acaso, que me dicen que eso que les propongo o que les hago ver no lo veían antes y que ninguno de sus aliados o proveedores, llenos ímpetu, les propusieron y que, al final, salió ganador. Es que la experiencia no se improvisa, dijeron un par de veces mientras me preguntaron por si me cubriría las canas de la barba y pues, obvio no.

Así pues, para ustedes y sus clientes, consideremos a la edad no como un factor de discriminación, sino como uno para poder entender mejor a los consumidores, sus momentos y expectativas, como lo dice el doctor Bernardini, “estamos en un momento fundacional. El cambio en las reglas del juego tiene que ver con que hoy la edad cronológica no define nuestros sueños, nuestras ideas, nuestros proyectos. Lo que estamos viendo es que las personas mayores de hoy están viviendo diferente a lo que vivieron nuestros padres, nuestros abuelos” y esto debe cambiar el sentido de muchos mensajes, de la forma de ver nuestros canales de atención y para evaluar nuestro portafolio desde el valor que entregamos, así como qué tan rápido lo podrán recibir y para qué.

“Todos nos dicen que tenemos un niño adentro, también nos tenemos que hacer la idea de que tenemos un viejo o vieja adentro. Y nos tenemos que hacer amigos de esa persona mayor porque vamos a tener que convivir mucho tiempo con ella” dijo el doctor Bernardini también y pues, ya estoy de amigo entrañable de mi viejo, no solo por el consumo de proteínas, sino porque hemos pasado por tantas que es imposible no reírte de todo con él y seguir adelante porque esto, así para algunos no sea de esa manera, apenas comienza.

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