Soy un impostor
QUITÁNDONOS LAS CARETAS
Seguimos con nuestras propias dudas
Esta semana, he estado leyendo sobre el síndrome del impostor. Estoy aún verde en la materia y necesitaría más espacio para profundizar, pero te puedo comentar algunas de las pistas que he encontrado hasta ahora. Así, también me puedes ayudar a encaminarme...
¿Has dudado alguna vez de lo que estás haciendo? ¿Sabes realmente de lo que hablas? ¿Mereces haber llegado hasta aquí? Creo que sabes por dónde voy... Me gusta mucho esta definición de Julie Zhuo: Esa sensación de no tener nada de valor que decir en una habitación llena de gente a la que admiras.
Y vayamos con las pistas...
Pista 1: No estás solo. Según un estudio del International Journal of Behavioral Science (me lo podría haber inventado pero no), el 70% de las personas lo experimentan alguna vez. Y creo que ese porcentaje irá a más con el nivel de exposición que tenemos actualmente.
Pista 2: Suele aparecer cuando te enfrentas a un reto nuevo. ¿Nuevo trabajo? ¿Nueva plataforma quizá? También sucede en situaciones o trabajos en los que tienes que responder a muchas preguntas con cierta responsabilidad.
Pista 3: Empieza por la honestidad. Sé honesto con los demás, pero sobre todo contigo mismo. Repasa tus fortalezas y tus debilidades, tus campos de conocimiento y tus límites y ten un discurso basado siempre en la verdad.
A partir de esa honestidad, podemos empezar a construir la confianza que nos falta en esos momentos. Y aquí hay técnicas que nos pueden ayudar. Sin embargo, como decía, aún necesito indagar un poco más. Si siguiera ahora, sería un... ¿fraude?
Si me convierto en experto para la semana que viene, prometo hacer un webinar gratuito con las 7 claves para vencer el síndrome del impostor (y un curso de 97€).
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