The Sport Mindset
El deporte y el trabajo están más relacionados de lo que parecen

The Sport Mindset

Nos hace felices alcanzar metas y alcanzarlas bien. Aún así nos hace más felices el proceso. Pero, ¿El deporte nos puede enseñar algo a las organizaciones? ¿El deporte puede iluminar el mundo del trabajo? Spoiler alert: . Te lo cuento.

Quizás a muchos nos enamoró esta selección de España que ganó la Eurocopa. Sirvió al menos para unir a un país que tiene mucha división política. Sin meternos en política. Quizás a mi me causó particular admiración: primero por su juego (muchas veces no gana el que juega mejor), luego porque viví y estudié en España. Finalmente, porque había 5 canteranos de mi equipo: el Athletic Club de Bilbao.

Sin embargo, podemos destacar un país como España como en los últimos 20 años ha tenido un boom muy grande en el deporte (en muchos deportes).

"Sí, Luis pero estamos en LinkedIn, y nos interesa saber a qué viene a cuento el deporte aquí. ¿Cómo nos ayuda en el trabajo?" - Ahí voy, no os desesperéis.

El deporte nos amplía la visión del ser humano

Quizás vivimos demasiado pegados al pragmatismo. A lo inmediato, a la mera superficie. Vemos las manifestaciones, los síntomas pero no vemos las causas. Si vivimos en el mundo meramente de lo práctico nos costará hacer cambios de a verdad, cambios profundos.

Quizás excluimos más al deporte de nuestras vidas con el paso de los años porque no lo consideramos importante. Bien, no nos da para comer podrían decir algunos. Quizás no nos da para comer pero sí nos da para vivir.

Dice Marian Rojas con respecto al deporte: "Hoy en día sabemos que el deporte es al cerebro casi como un antidepresivo. El deporte baja cortisol, sube BDNF (brain-derived neurotrophic factor). Hay placer si encima corres con amigos ya ni te cuento. El deporte es maravilloso."

La Organización Mundial de Salud dice que las personas que no hacen suficiente ejercicio presentan un riesgo de mortalidad de un 20% a un 30% superior a las que son suficientemente activas.

Si comprendiéramos su importancia haríamos más tiempo para practicar deporte. Igualmente como cuando te interesa una persona haces tiempo para ella aunque estés hasta arriba, encuentras tiempo para ello, lo priorizas.

Sólo habría que hacer un paréntesis: el deporte se puede convertir en un mero distractor vanidoso; o bien, se puede convertir en un camino de crecimiento más auténtico, de compañerismo y disfrute. Porque hoy en día vivimos en esa constante exposición de nuestra vida sobre el disfrute mismo de la actividad; y el deporte no queda exento de esto.

Hace unos meses escribimos en este Newsletter sobre 'La Sociedad del Cansancio' y su visión en general de Byung-Chul Han donde el protagonista es el ser de rendimiento que se encuentra autoexplotado. Todo lo ha hecho el ser humano por su propia voluntad, ponerse en el spotlight porque quiso. Esté haciendo lo que esté haciendo, siempre está comparándose, todo gira en torno a él.

"El hombre depresivo es aquel animal laborans que se explota a sí mismo, a saber: voluntariamente, sin coacción externa. El es, al mismo tiempo, verdugo y víctima. El sujeto de rendimiento se encuentra en guerra consigo mismo y el depresivo es el inválido de esta guerra interiorizada. La depresión es la enfermedad de una sociedad que sufre bajo el exceso positividad." - Byung-Chul Han

Quizás algunos han tomado este mindset de ponerse en un pedestal, de exigirse demasiado aunque esté haciendo deporte. Sin disfrutar, sino meramente para llamar la atención. De ahí que quizás el ir al gym puede ser meramente autoexplotación sino se hace por algo más alto más que por vanidad.

El mindset del deporte libre de la sociedad de rendimiento

Habría que rescatar al deporte del mero entorno autoexplotado, de rendimiento y de la mera competitividad. Claro, hay que competir y es muy bello ganar, pero el camino es el que habría que alabar aún más, no meramente el ganar por ganar. Ganar por ganar (no es que sea tan fácil) pero cuando se gana bien, es mejor.

Bien decía Marcelo Bielsa (entrenador de la selección de fútbol de Uruguay): "No se preocupe sino se premia un proceso que obtuvo menos de lo que merecía, eso no nos debería generarnos preocupación. La injusticia es muy común. Pero cuando se premia como bueno algo que no es bueno, que es casual, eso sí es muy dañino para todos. Porque enseña, a todos los que observan, que un atajo te lleva al objetivo; y un atajo normalmente no te lleva al objetivo."

Lo que podríamos rescatar entonces son algunas virtudes elementales: disciplina, disciplina, competitividad sana, desestrés.

Hoy en día pareciera que la palabra virtud se ha borrado de nuestro diccionario. La hemos reducido a hábito. Pero los hábitos también pueden ser malos y se convierten en vicios; pero los hábitos buenos se convierten en virtudes. Curiosamente los griegos, relacionaban a la virtud 'vir' con el ser humano fuerte, 'virilidad'. En su concepción quien hacía fuerte al ser humano no era meramente la fuerza sino más bien el ser una persona virtuosa.

Hacer tiempo para el deporte, tener la paciencia para ir poco a poco, ser constante, requiere disciplina, esfuerzo, sacrificio pero vale la la pena. Los corredores y maratonistas lo sabemos.

Del disfrute también nos hemos olvidado. Todo parece que es una carga o un mero deber. Que está bien, ser consciente de nuestros compromisos pero hemos dejado el disfrute para cuando somos niños o bien cuando seamos viejos. Claro todo cuesta, y quizás no sea tan placentero apretar con el estómago en los últimos kilómetros del maratón; bien alguno que otro mareo pero es el precio a pagar. Porque todo el proceso es un disfrute total.

Quizás quien ejemplifica más recientemente este hecho, es el tenista español Carlos Alcaraz. Basta verlo sonreír incluso perdiendo un punto; bien aplaudiendo al rival. El ha declarado incluso como el disfrutar forma parte de su juego.

"Intento sonreír todo el tiempo en la pista. A veces es difícil hacerlo por la presión. A veces es difícil disfrutar, pero mi equipo me ayuda a poner una sonrisa para disfrutar del juego y sobre la pista. Poner una sonrisa en mi cara todos los días es la clave de mi juego. Es el motivo por el que estoy jugando un buen tenis y lo trabajo cada día. Cuando era joven, me costaba disfrutar en la pista, pero he aprendido a hacerlo."

Quizás sea muy iluso, podrás pensar, sonreír todo el tiempo. Tampoco se le puede exigir a nadie sonreír todo el tiempo. Todos pasamos por momentos duros y a otros, naturalmente les cuesta sonreír. Sin embargo, no le falta razón a Carlos Alcaraz y a su equipo.

A inicios de 2022, en un curso online de Filosofía de la Universidad de Navarra publiqué a modo de trabajo final: 'Jugar como Amor: claves en Leonardo Polo para entender el trabajo desde la sobreabundancia'. Ponía al trabajo sobre algo constitutivo no como un mero deber sino desde el amor, que nos hacía mejores personas. Ahí citaba al gran filósofo antropólogo Juan Fernando Sellés que habla, justo sobre el juego:

"Una de las manifestaciones más humanas del amor es jugar. Jugar es gozar el sentido de la libertad humana. Jugar es lo contrario de necesitar. En lo radical, el ser humano no es un ser necesitante, sino que sobra del necesitar."

Quizás damos ese ligero cambio de mindset de ver al trabajo como algo más constitutivo al ser humano y no sólo una necesidad de sobrevivir podemos ir empezando a sonreír. Eso no implica que vivamos en el mundo del 'yupi', ni que consideremos a la cultura como cultura confeti, pero la aproximación al trabajo cambia. Cuando el ser humano se ve como un 'work in progress' y que se va a haciendo cada día, uno va cambiando e invirtiendo en lo que le ayuda a crecer.

Podemos decir que el mindset del deporte bien entendido nos lleva también, a lo que nos lleva el trabajo bien entendido, a la realización personal. Que no individual, individuo está separado del todo; en cambio, la persona es sociedad, es conexión, co-existe con los demás. Así que no le vale ganar por ganar.

Se puede diseñar para ser mejor deportista

En la sociedad del rendimiento todo está hecho para la explotación. Todo está hecho para ser un mero sujeto productivo, que tarde que temprano revienta. No es de extrañar que haya tantas personas con burnout en el mundo. Según un estudio hecho por Deloitte en el que entrevistó a mil colaboradores full time de Estados Unidos en donde el 77% respondió que había experimentado burnout en su actual empleo. El 87% de estos colaboradores dijeron que sentían pasión por su empleo y de estos el 64% dijeron que sentían estrés frecuentemente en sus trabajos sin importar que sintieran pasión por su trabajo.

La ciudad en la que vivimos tiene mucho que hacer al respecto. Una de las cosas que llamaba la atención a mis alumnos del TEC de Monterrey europeos de intercambio, era cómo estaba construida nuestra ciudad de Monterrey. Me decían: "Profe, es que Monterrey es una ciudad en la que vas de punto A a punto B, sin conexión en el medio." Es decir, una ciudad que no convive, que está atrapada en el coche, que dice o piensa que "el que camina es un condenado", está muy lejos que el deporte sea algo accesible y además que no hace que sus ciudadanos se relajan. Lo cual sí es una tragedia.

Si nuestra ciudad estuviera diseñada y construida para caminar, la cantidad de ejercicio que hiciéramos sin necesidad de ponernos ropa deportiva, sería increíble. En nuestro día a día, tuviéramos espacio para reflexionar, para leer en el transporte público, bien para relajarse sin tensar la mirada después de estar sentado tantas horas frente a una computadora. Dar un paseillo de toda la vida y disfrutar del viento, del canto de los pájaros, de los atardeceres, de nuestras hermosas montañas, de gozar estar sentado en una banca de un espacio público. Cualquier ciudad avanzada toma esto en cuenta.

Si no haces esto, forzamos a tus ciudadanos a pagar clubes privados, que no todo mundo los puede pagar. Bien los forzamos a que se queden en sus casas jugando videojuegos. Forzamos a ver deporte y no a ser deportistas, que es muy diferente.

Si nuestra ciudad lo más importante es producir y aparentar, y no tiene tanta accesibilidad o tienes que pagar mucho para aspirar a algo (y no necesariamente de calidad); entonces, es fácil dejar el deporte a un lado. Es difícil correr por la ciudad, al menos que cierren sus calles pero ya dependes de lo extraordinario y no de lo ordinario.

Tenemos mucho qué pensar para ayudar a impulsar a una sociedad hacia el deporte. Sí, planes y apoyos y demás; pero habilitar a nuestra ciudad para que sin necesidad de pagar mucho podamos utilizar como medio o plataforma para hacer ejercicio.

Seguramente las organizaciones tendrían más incentivos en abrir en una ciudad que está activa, sana, que tiene espacios públicos para la relajación y que mezcla. Seguramente sus colaboradores llegarán más relajados, energizados, sanos y con buen humor que una sociedad en la que traiga ya de por sí todo el estrés y no lo pueda encausar. Tú piénsalo.

Epílogo

Hay un grado en el deporte y el trabajo al que pocos llegan y es el Arte. Aquellas personas que hacen del deporte y de su trabajo, Arte; se convierten en unos artistas. Supieron, quisieron y se permitieron (también les permitieron) aprovechar sus dones, maximizarlos y hacer verdadero Arte.

Sólo basta ver los mejores deportistas y podemos ver que parecen hasta artistas. Pareciera que no les cuesta trabajo hacer lo que hacen, les sale tan natural: Roger Federer, Muhamed Alí, Messi, Pelé, Michael Phelps, Usain Bolt, Tom Brady, Michael Jordan, Kobe o Steph Curry, Senna o el mismo Carlos Alcaraz, etc. Estos se pueden sentar en la misma mesa.

Su Majestad, Roger Federer en el patio de su casa: Wimbledon

Pero también podríamos poner y trae ahora a la colación a esas personas que hacen de su trabajo Arte. Aquellos que saben conectar puntos, que les entiendes, que conectan lo profundo con lo práctico, lo bello con lo funcional, lo poético con lo técnico, lo bonito con el profit. Sí, eso hacen los buenos trabajadores, los buenos deportistas, los artistas. Para eso sirve el deporte para saber hacer (Arte) y si lo aplican bien para saber ser (Artista: un sabio). Gracias a todos ellos que enaltecen el deporte como el trabajo. Esto es por ustedes. Cheers!


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