Supersticiones y símbolos
Hace unos días, una conocida que tengo de contacto en una red social y que vive en Shanghai, explicaba que a principios de agosto dio a luz a su segundo hijo y se asombró del baby boom que había en los hospitales. De hecho desde antes de la pandemia, el gigante asiático sufrió una recesión de alumbramientos pero curiosamente este año se incrementaron un 10% los nacimientos de bebés. Esta mujer comentó que los chinos son muy supersticiosos y consideran el año del Dragón como uno de los mejores para traer un hijo al mundo, pues serán personas muy prósperas, de gran éxito laboral y amoroso, carismáticos y emprendedores. Cerca de mi casa hay un supermercado que está regentado por un matrimonio de Zhejiang que son encantadores y serviciales y cuando falleció mi padre, encontré un gran apoyo en la mujer, pues es budista y hablábamos el mismo idioma. Ellos se entristecen cuando fallece un ser querido, pero lo ven de otra forma. Creen en la reencarnación, en que volveremos a encontrarnos en otra vida. Ellos piensan que el alma es eterna y el cuerpo que descansa en una tumba, es solo un traje que ya ha cumplido su misión. Una vez le comenté sobre la “obsesión” que tienen en su país por el número 8, pues cuando trabajaba con proveedores chinos, muchas empresas acompañaban el nombre de la ciudad con un 88 ó incluso 888. Y de hecho este matrimonio vende participaciones de lotería de Navidad en un número acabado en 8, y el año pasado nos tocó el reintegro quién lo compró. Esto se debe a que la pronunciación de esta cifra, suena similar a prosperidad y fortuna. Ellos creen también mucho en la personalidad de una persona según el animal del zodíaco chino que has nacido. Y entonces le pregunté sobre algo que leí hace tiempo y estaba relacionado de nuevo con la superstición. Igual que nacen muchos bebés el año del dragón, escuché que en el año de la serpiente, las parejas de novios son reacios a formalizar su compromiso y casarse, pues consideran que es un animal traicionero y el matrimonio no terminará bien. Esta conocida china sonrió de una manera que me dio a entender que es cierto y pensé que el año próximo corresponde a la serpiente. Y hablando de ofidios, es un reptil que me produce rechazo, aunque en muchas culturas sea el símbolo de sabiduría, salud o fertilidad. Estos días he viajado mucho en tranvía y observaba mucho a las personas, comprobando la cantidad de gente que viste de negro en verano y que me da la idea de la nube de tristeza o frustración que arrastra la multitud. Y como la gente lleva ropa con brazos y piernas al descubierto, no me he cansado de descubrir, analizar y asustarme por la cantidad de tatuajes que se pueden ver. Siempre me acuerdo de mi profesora de cromoterapia que resolvió mi duda cuando le expliqué mi temor y absoluto repelús por los tatuajes y que el 95% de la gente ignora lo que sucede una vez perforas tu aura protectora. Vi dibujos que me asustaron, tales como calaveras, serpientes incluso con la lengua bífida o uno que se veía un hombre colgado de una horca. También una chica que llevaba escrito en un muslo “Damaged” y sentí que era un grito de atención. Hace unos días descubrí una serie llamada “El tatuador de Auschwitz” y supongo que sobran los detalles. Cada uno es libre de vestirse como quiera, de perforarse o pintarse la piel pero seguir una moda para ser uno más de la tribu, es absurdo. Hay personas con tatuajes amantes de los animales, solidarios y bellísimas personas y en cambio otros van con traje y corbata y son narcisistas, ambiciosos y crueles. Yo jamás me haré ninguno, pero no miraré de la misma forma a alguien que lleve un tatuaje de una mariposa o una flor, a otro que lleve un puñal, calavera o algo violento y desagradable. Gracias por leerme.