Técnica de la pecera: Fomentar el diálogo y la colaboración
Hoy tuve la oportunidad de implementar una técnica, la cuál descubrí por primera vez en el 2016, mientras participaba en el Foro Mundial para la Democracia. Siempre la guardé en mi repositorio de actividades y con anhelo esperaba el momento preciso para aplicarla con un grupo de clase. No fue sorpresa, mis estudiantes quedaron encantados. El objetivo de incentivar el debate y la participación en la clase, con mucha seguridad puedo decir que fue logrado.
En esta publicación, te explicare qué es la técnica de la pecera (fishbowl) y cómo puede fomentar el diálogo y la colaboración de un modo único y eficaz.
¿De qué se trata?
La técnica de la pecera es una estrategia de comunicación y participación que pretende facilitar el debate entre un pequeño grupo de personas mientras el resto de los participantes observan desde fuera, en posición de espectadores, o en el caso de mi clase, en pares evaluadores. Esta disposición de los asientos se asemeja a un acuario o "pecera", de ahí su nombre.
¿Qué incluye?
Grupo interno o "pez gordo": Un pequeño grupo de personas (normalmente entre 3 y 6) se sienta en el centro, constituyendo el grupo interior que participará activamente en la discusión o actividad propuesta.
Grupo exterior o "pez pequeño": El resto de los participantes se sientan en círculo alrededor del grupo interior, observando y escuchando atentamente la discusión.
La forma en que la técnica fue asociada con las competencias de la clase, fue a través de la discusión de dilemas educativos en contexto país, El Salvador. Se hizo la asignación de 10 dilemas a grupos de 4 estudiantes. Cada uno de ellos tuvo la oportunidad de ser parte del grupo interno o "pez gordo". Los compañeros del círculo externo tuvieron la oportunidad de escuchar los argumentos y algunos pares observadores hacían valoraciones de las opiniones de sus compañeros dentro del circulo interno y la calidad de sus aportes, haciendo uso de una rúbrica con escala de evaluación.
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Otro de los componentes claves fue la oportunidad de tener un espacio disponible de participación dentro del circulo interno, de alguno de los miembros del circulo externo. Este miembro solamente haría un aporte una vez que todos los miembros del circulo interior plantearan sus argumentos; esto con la idea de refutar o apoyar alguna idea; brindar una anécdota sobre el tema, conocimiento u opinión general y luego regresaría al circulo exterior. Este asiento estaba disponible para todos los del circulo exterior que quisieran participar en el debate de ideas.
La percepción de la utilidad de la técnica fue medida por los mismos estudiantes a través de una encuesta de satisfacción , reflejando una alta aceptación, un impacto visible en la participación, y un verdadero instrumento facilitador de aprendizaje significativo.
Se dice entonces que, la técnica de la pecera tiene valor en diversos contextos, debido a que promueve y fomenta la participación activa y el diálogo abierto dentro del aula, permite la reflexión y es flexible para adaptarse a grupos de todos los tamaños y temas.
Es una herramienta valiosa para fomentar la colaboración, el debate y la reflexión en grupos de trabajo, reuniones o talleres o como en mi caso, una clase. Si aún no has probado esta técnica, pruébala en tu próxima clase. Descubrirás cómo enriquece la calidad de las interacciones y la generación de ideas dentro de un grupo.
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