Te pido que sueltes...

Te pido que sueltes...

Veo al último Mohicano agarrado al aire de este planeta. Encadenado a la idea de proteger a los suyos. Sobre todo a mamá.

Compartimos miedo. ¿cómo será el mundo sin ti, papá?

¿CÓMO SERÁ EL MUNDO SIN EL ÚLTIMO MOHICANO?

Para mí no es fácil aceptar que no tendré la "llamada del público" cuando me sienta acorralado, en encrucijada, solo o perdido.

Pero te veo sin fuerzas para sostenerte amarrado, te veo con muchos dolores, te veo que no te permites siquiera soltar tu "tengo que".

Qué choque de trenes. Por un lado amo la idea de que seas inmortal y por otro lado deseo que sueltes. Lo deseo con cada célula de mi cuerpo.

Todo va a estar bien papá, suelta. Cuidaremos de tu familia. Estaremos más cerca que nunca de mamá. Hiciste un gran trabajo con nosotros, nos amamos, nos cuidamos, somos generosos, el dinero no es un tema, ni la herencia, ni nada. Sólo honrarte y a mamá.

Soltar es el último acto de confianza. Si hiciste bien tu trabajo (que lo hiciste), suelta y confia.

Hoy te pregunté que de qué te arrepentías, y no me dijiste una sola cosa. Y te robaron, amigos intimos te traicionaron, pero cada error fue una oportunidad y no un fracaso. Gracias por existir.

Hoy todavía, nosotros no perdonamos a tus examigos traidores y tú los sigues llamando amigos.

Hoy te miraba a los ojos, siguen siendo los ojos de tigre que siempre admiré. Siguen teniendo la mirada de feroz guardián y también de paz infinita. Pero están cansados.

El último mohicano está en perfecta conexión con Dios (hoy me dijo que tiene dos, uno dentro y uno fuera) y con la tierra. Eres una simpática sinfonía de paz, amor, cuidado, protección y feroz defensa de los suyos.

Tengo el honor de haberte comprado un sinfín de herramientas que he usado toda mi vida. Un sinfín de valores y ese NO CONFORMISMO que siempre te ha identificado.

Nunca te oí una queja, una excusa jamás salió de tu boca, ni jamás te vi rendirte, ni tomar una sola cerveza, ni levantar la voz (siquiera) al amor de tu vida. Siempre le digo a todos que ojalá todo el planeta tuviera mis padres y mi niñez.

Con tristeza debo decir, que jamás te vi llorar. Los de tu época no se lo permiten. Pero todavía no comprendo cómo lavabas en tu interior la herida de perder a una hija, la herida de la traición... No me sorprende que pudieras. Tú lo has podido todo.

Pero me hubiera encantado que lo hubieras dejado salir, quizá hoy todavía el último mohicano estaría sano. A esto, seguro me dirías que estás sano y fuerte... porque no puedes aceptar que debes soltar.

No sé qué hay al otro lado papá, pero seguro estarás en tribuna VIP. Seguro que si existe un Dios fuera de nosotros, querrá cogerte la mano y agradecerte el paso por este planeta. Seguro que tu Jesús amado está esperándote para abrazarte y felicitarte.

Papá hoy sé que un hombre exitoso es el que no hace lo que no quiere hacer, y lo que sí quiere, lo hace con pasión, impactando.

Te amo, te admiro y te suplico que sueltes. Estamos nosotros para seguir tus pasos de amor.

Gracias eternas. Guárdame sitio, nos veremos en un rato (largo, por favor).




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