TEJIENDO PUENTES. EL ARTE DE LA COOPERACIÓN EMPRESARIAL EN UN MUNDO INTERCONECTADO
"Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos"
Juan Donoso Cortés (1809-1853) .- Ensayista español
El año estaba ya rematado. Poco se podía hacer ya; cuidar un buen cierre, inventariar, y seguir visitando a clientes, distribuidores y colaboradores que habían ayudado e navegar este río que llegaba a la desembocadura en un par de semanas.
Pascual seguía pensando que el futuro estaba en la cooperación empresarial. Tenían que ser más grandes, más fuertes, y a la vez más flexibles.
Y seguiría el año entrante, todavía por escribir, intentándolo. A grandes retos, pequeños pasos, y acción firme.
Tenía claro que para ser los mejores necesitaban perseverar en la estrategia, eso sí, con la flexibilidad necesaria que les permitiera adaptarse a un mundo VUCA, y una competencia con movimientos inesperados y muy activa.
Pascual acabó preguntándose si entre las empresas de su sector existían algunas capaces de colaborar incluso a veces en contra de sus propios intereses a corto plazo. Sabía de estudios que al menos las nuevas generaciones eran capaces de cooperar siendo competidores para conseguir un bien común sostenible. Pero tenía la duda de si sería capaz de crear un ecosistema mayor que su pyme que tuviera un proyecto más potente que el que se cocía "intramuros", y de esta manera podrían abordar con garantías un proyecto europeo en lugar de local.
Mucho había hablado, negociado, avanzado con varios nuevos empresarios, segundas generaciones, nuevos miembros de comités de empresas familiares profesionalizadas, pero pocas habían optado hasta la fecha con una cooperación franca que hubiera probado todas sus teorías.
Sinergias, innovación, barreras de entrada, ampliación de ofertas en nuevos mercados y con nuevos productos, intercambio de conocimiento que acelera un aumento de productividad, y muchas, muchas buenas prácticas. El camino había empezado ya, pero todavía quedaban muchas etapas que cubrir; aunque lo dicho, el mix de perseverancia y flexibilidad les darían en un futuro cercano muchas alegrías a su plan de crecimiento.
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Cuando viajó para verse con María, no esperaba que ella también hubiera estado tanto tiempo buscando ese proyecto de cooperación empresarial, por lo que fue una suerte haberse conocido en ese programa de formación directiva hace 6 años.
Comentando las condiciones que se encontró y que favorecieron la cooperación empresarial en su estrategia salieron temas muy interesantes. En primer lugar, todo es más fácil en un entorno en el que todo el mundo participa, se siente parte del equipo y cuando la empresa prospera, el profesional siente que prospera a la vez y su talento florece gracias a él y al ambiente creado en la compañía.
Otro tema que salió fue la incertidumbre y cómo se navega en ella. En equipo, con otras empresas y trabajando unidos, todo temporal parece más liviano y llevadero. Se trata de buscar compañeros, pero buenos y complementarios, eso sí.
María resaltó cómo las colaboraciones son más duraderas si los miembros de las diferentes empresas se ayudan entre sí, a través de proyectos transversales y ofreciéndose cada uno en dónde verdaderamente tienen una ventaja competitiva, conociendo y confiando ciegamente que la otra parte llenará las zonas en las que cada uno es más débil.
Hablaron de la mayor incidencia en positivo de un feedback de grupo respecto al individual, a una búsqueda del equilibrio entre equipos que trabajen a distancia o mediante reuniones físicas en las diferentes sedes, siempre fomentando un entorno cooperativo, compartiendo valores y normas unificadas.
Se despidieron, sabiendo que siempre aprendían mucho el uno del otro. No faltarían más encuentros.
Ya en la habitación Pascual aprovechó para tomar notas de todo lo que habían comentado durante la tarde. Siguió pensando en una visión que no podía quitarse de la cabeza. Tenía que perseverar, conseguir reforzar el sentido de conexión de equipos que habían nacido para entenderse, aunque ellos todavía no lo creían, aunque habían nacido incluso en diferentes regiones, diferentes países. Solo tenía que comportarse como era él en las diferentes interacciones; la naturalidad y la lógica de sus pensamientos generaban confianza, pero todavía muchos de los elegidos no daban el salto. Y sabía que tenía que forzar mucho para que todos entendieran que siempre habría diferencias culturales, aunque también muchos puntos en común. Era lógico porque siempre se tiene respeto a hacer "puenting" la primera vez; pero Pascual, María, y alguno más sabían que merecería la pena.
Publicado por La semana de EduSanchez