TICs y redes sociales en los cambios políticos.
POR ALBA MARÍA IBARROLA C.

TICs y redes sociales en los cambios políticos.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son todos aquellos recursos, herramientas y programas que se utilizan para procesar, administrar y compartir la información mediante diversos soportes tecnológicos.

Con frecuencia podemos notar que a medida que pasa el tiempo, el uso de los medios electrónicos, asi como el de las redes sociales ha aumentado, y lo va a seguir haciendo. Es por esto que me detengo a hablar de la influencia de los mismos en los cambios políticos.

Esta nueva propuesta tiene como objetivo exponer los propósitos, la metodología y los resultados obtenidos por medio de la implementación nuevas plataformas. Actualmente existen cursos en donde se exponen de manera clara y sencilla los nuevos mecanismos a ser utilizados para llegar a la sociedad, todo esto tiene un propósito divulgativo y formativo, articulando los principales contenidos relativos a la Cultura Política y el Buen Gobierno, mediante el uso de técnicas innovadoras a partir de una plataforma técnica avanzada de acceso gratuito y libre.

La sociedad compleja y diversa actual reclama nuevos sistemas, una comunidad global, establece que la formación educativa ya no tiene porque ser presencial esclava de las variables espacio y tiempo, si no que se transforma ofreciendo nuevas perspectivas a través de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC’s)

Los avances y progresos en la tecnología de la información, indujeron la aparición del “informacionalismo” como sedimento de una nueva sociedad.

Y que es esto? El informacionalismo es un paradigma tecnológico. Concierne a la tecnología, no a la organización social ni a las instituciones. El informacionalismo proporciona la base para un determinado tipo de estructura social que denomina 'sociedad red'.

El siglo XXI se ha presentado como un gran desafío para las ciencias sociales latinoamericanas, desde que gobiernos como los de Venezuela (1999), Brasil (2003), Argentina (2003), Uruguay (2005), Bolivia (2005), Ecuador (2007), Nicaragua (2007), Paraguay (2008- interrumpido por el golpe de Estado el 22 de junio de 2012), El Salvador (2009) y Perú (2011) demostraron que la región vive un cambio de época.

Pero si no queremos caer en un idealismo indulgente debemos reconocer y tomar en cuenta las limitaciones y riesgos que pueden acarrear; es la única vía para llegar al problema de fondo: saber qué cambios aportan a la naturaleza y a las modalidades de las confrontaciones políticas y sociales.

La telefonía móvil entre los jóvenes resulta determinante. Agreguemos la distinción entre smartphones y otros: a nivel mundial los primeros representan más o menos el 25% del total, y el 50% los que envían y reciben SMS. Algunos analistas apuntan a que las redes sociales funcionan mejor en tiempos de crisis (porque la adrenalina escala) que cuando convocan a la participación en tiempos tranquilos.

A no olvidar que existe una limitación: la relativa fiabilidad de las tecnologías de la información en tiempos de crisis (natural o política). Miles de japoneses equipados con los mejores teléfonos del mundo no pudieron utilizarlos en las primeras horas tras el terremoto y el atroz tsunami.

Como desventaja encontramos que los poderes establecidos también pueden valerse de las TICs y en particular de las redes sociales para incitar a sus partidarios a difundir su versión de los hechos, no siempre apegada a la realidad, el mayor peligro asoma cuando sacan datos de los perfiles de FB o de cualquier red social a fin de identificar a opositores para luego ser perseguidos en sus respectivos puestos de trabajo.

Las TICs y las redes sociales ayudan a difundir información, a captar la atención de multitudes adentro y afuera de un estado, tweets y SMS se envían desde la calle, la playa o el lugar que fuese, asi como tambien en el día de elecciones hace falta ser capaz de movilizar a la gente para que acudan a su lugar de votación.

En un simple acto de rebeldía como sucedió en el día de la toma del Congreso Nacional; cabe resaltar que el problema se vuelve todavía más complejo, se ha comprobado que la gente se pone de acuerdo para reunirse en algún lugar sin que medie una instrucción cupular. Reunirse para protestar es un acto donde se manifiesta un desacuerdo. "Tomar" requiere de una fuerza propositiva.

De cierta manera la ciencia de las redes apunta en la misma dirección. Sus dos propiedades más significativas residen en la capacidad de operar sin jefes y la de enjambrar (reunir mucha gente y/o dispersarla en muy poco tiempo), hemos constatado que las redes pueden ser más eficientes que las organizaciones jerárquicas gracias a su capacidad de comunicación horizontal y a la reducción de los costos.

De tal manera que el uso de las TICs, de la telefonía móvil y los sitios de redes sociales podrían tener un doble impacto extremadamente importante sobre los cambios políticos.

Antoní Gutiérrez-Rubí, el analista español lo explica muy bien en una frase citada aquí: "La popularidad, el potencial y el magnetismo digital del microblogging ofrecen un caudal de vías para la comunicación. También para la política. Pero para otra política: la que encadena personas con personas. Y desde esa base construye redes, alianzas, compromisos y acciones".




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