Tiempos de elecciones; tiempos de inversiones
Cada seis años (o cuatro en el caso de nuestro vecino EE.UU.) el fantasma de las elecciones presidenciales regresa al panorama para marcar un hito en los tipos de cambio y, también, en el ritmo de llegada de la inversión extranjera a la región. ¿Se han detenido los anuncios, o la oleada es tan grande que se ha desbordado por encima de la temporada de cambio de gobierno?
Aquí estamos otra vez, luego de un sexenio que incluyó una pandemia y con ella una gran crisis de desabasto de componentes (semiconductores, ese pequeño gran problema) y disrupciones logísticas que pusieron el mundo de cabeza, pero también nos trajeron a esta gran ola de nearshoring e inversiones para México y Norteamérica. Aquí estamos, en vísperas de las elecciones más grandes de la historia del país, que se juntan con las elecciones más polémicas en la historia de los Estados Unidos, con la posibilidad de un Donald Trump recién declarado culpable de los 34 cargos que se le imputaron aún pueda ser presidente, incluso si se le da condena de cárcel. En México, podremos tener a la primera mujer presidenta en nuestra historia. Son tiempos de cambio, son hitos que habremos de recordar pues es la primera vez en más de una década que esta conyuntura electoral binacional tiene lugar.
Las elecciones en nuestro país tienen más de 20,000 cargos públicos de todos los niveles en disputa. Para el congreso son un total de 628, divididos en 128 senadores y 500 diputados federales. El resultado de las cámaras legislativas podría definir el panorama político de México y sus relaciones comerciales para los próximos seis años, aunque, todo pareciera enfilar a que la posición de México como principal socio comercial de Estados Unidos se mantendrá y se trabajará para ello. Más de este tema hacia el final de este artículo.
La historia nos demuestra que, al realizarse elecciones, el peso tiembla. De acuerdo con un análisis de MONEX GRUPO FINANCIERO , el peso mexicano tiende a depreciarse un -4.25% en promedio con cada proceso electoral (promediando los 4 ejercicios pasados). Sin embargo, en esta ocasión el escenario parece mucho más favorable para el país, con una moneda que se encuentra entre las más fuertes de las economías emergentes a nivel mundial, expectativas positivas de inversión extranjera en los próximos 3 a 5 años y menores riesgos a nivel país comparados con otras regiones del mundo. En los últimos meses se ha mantenido en promedio debajo de los 17 pesos, y en todo el sexenio debe reconocerse que se apreció un 1.2% promedio anual, algo nunca visto. Entre las causas está la entrada de divisas a la economía por varios rubros, un manejo relativamente prudente de la economía y factores de riesgo del país muy controlados, aunque el déficit fiscal y la deuda pública quedan como tareas por resolver para la próxima administración.
Después de bajar un -11.8% en 2023, en este 2024 el tipo de cambio MXN/USD podría aumentar en un 0.7% y cerrar el año alrededor de los $17.74 pesos por dólar, para luego subir un 1.9% en 2025 y alcanzar los $18.20 pesos, de acuerdo con modelos de proyección de CIAL Dun & Bradstreet . Otros analistas esperan que el peso cierre el 2024 entre los $18.2 y 18.4 pesos, aunque nuestra moneda ha demostrado ir contracorriente ante estos escenarios y mantenerse más fuerte de lo previsto. Mucho tendrá que ver el factor Trump y su campaña (y qué tanto use a México como combustible para sus votantes), así como los resultados mismos de las votaciones en los Estados Unidos, que suelen traer un segundo espasmo a la moneda local.
Al mismo tiempo, la inversión extranjera directa (IED) alcanzaría en 2024 los 36.8 mil millones de dólares, una cifra aún lejana al récord histórico de 48.3 mil millones del 2013 que fuera impulsado por la llegada de diversas armadoras al país. Lo positivo es que en 2025 se proyecta que llegue hasta los 42.3 mil millones de dólares. La inversión asiática, sobre todo de China e India, será un gran componente de estas cifras, con todo y las limitantes que, al menos en el caso chino, se intentan imponer desde el otro lado de la frontera.
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En específico, el sector automotriz acumuló 4,658 millones de dólares durante el 1T de 2024, de acuerdo con Directorio Automotriz. De este monto, 3,028 millones de dólares corresponden a proyectos relacionados con el sector de la electromovilidad; se espera que esta proporción se modere considerablemente en próximos periodos, aunque siempre en ascenso. También en el primer trimestre de este año, China invirtió 1,043 millones de dólares para localizar proyectos de la industria automotriz en nuestro país.
Para el segundo trimestre, los analistas de Directorio Automotriz ya han detectado más de 1,570 millones de dólares en más de 30 proyectos del sector. Una cifra considerable al tomar en cuenta que los periodos de campañas y veda electoral suelen desmotivar la realización de eventos de anuncios de inversión, desplazándolos al tercer y cuarto trimestre, dependiendo de las fechas de cambio de gobiernos estatales y municipales. Aún así, podríamos decir que la urgencia por comenzar a construir algunos proyectos desbordó las restricciones virtuales del periodo y permitió que hubiera una cantidad inusual de anuncios de inversión y primeras piedras, así como inauguraciones de plantas.
En el futuro inmediato, hay grandes anuncios aún por suceder. BYD ha prometido anunciar de forma oficial su planta de fabricación de vehículos en México para finales del año, mientras que Chirey y MG Motors buscan hacer lo propio próximamente. Estas inversiones de plantas armadoras “medianas” con capacidades de 60 a 150 mil unidades por año, podrían traer inversiones directas en el orden de los 1,500 a 3,000 millones de dólares en conjunto, sin contar a proveedores de origen asiático que lleguen para llenar los huecos de proveeduría que tengan, y que en el caso de BYD serían muy pocos gracias a su integración vertical y manufactura de componentes in-house. Proyectos nuevos en plantas armadoras como las de Volkswagen, Audi México , KIA, Toyota de México , Stellantis (en Saltillo y Toluca) también podrán dar un cierre sorpresivo a las cifras de inversión del sector automotriz en 2024.
Otro gran factor en el futuro del país es la próxima revisión del T-MEC (USMCA en EE.UU.) para el año 2026, este periodo introducirá un importante grado de incertidumbre para las empresas de los tres países, sobre todo en sectores como la industria automotriz. Y es que, si las partes no prorrogan el acuerdo en su primera revisión conjunta en 2026, tendremos que enfrentar revisiones cada año durante el resto de la vigencia del acuerdo, es decir hasta 2036, cuando otra administración federal esté terminando y se tenga que negociar una nueva edición del acuerdo. En estas revisiones conjuntas posteriores, las partes podrán reafirmar su deseo de prorrogar el acuerdo otros 16 años hasta el 2052. Si esto no sucede, se dará por terminado ese mismo año.
Sea cual sea el resultado de las elecciones de este domingo 2 de junio en México, tenemos seguro que el tiempo de inversiones no se retrasa, está expectante y listo para darnos grandes sorpresas durante el próximo sexenio, pues México continúa en el camino a posicionarse aún más alto en la manufactura de vehículos ligeros y de autopartes para los Estados Unidos y Canadá, y eso es destino manifiesto.
Redacción: Adrián Martínez, editor de Clúster Industrial.
Desarrollo e Ingeniería | +30 años de experiencia
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