¿TIENE LÍMITES LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL?
Autor: Santiago B. Pérez
La Inteligencia Artificial ha llegado a un punto de desarrollo que permite a una máquina no solo discernir entre distintos elementos o situaciones, aplicando algoritmos que combinan elementos y contextos, sino tomar decisiones con un alto grado de certeza, en adición a una mayor velocidad en el procesamiento de la información requerida para ello y un menor margen de error.
Un interesante ejemplo lo constituyen los vehículos autónomos (sin conductor humano) que pueden circular por diversos lugares gracias a sensores que indican con anticipación las barreras físicas que pudieran presentarse en el recorrido, lo que reduce drásticamente riesgos de accidentes por fallas típicamente humanas.
Sin embargo, muchas decisiones humanas responden a situaciones emocionales pese a que los elementos racionales están presentes; por ejemplo, cuando una persona se siente abrumada por la pérdida de un ser querido, por una ruptura sentimental, por carencias o problemas a nivel familiar o simplemente porque bajo determinadas circunstancias las personas actuamos según el “ánimo” con el que estamos, pudiendo pasar de la apertura y flexibilidad total a la tozudez u obstinación.
Ramón López de Mantarás, reconocido experto y Director del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del CSIC (España), señala que el desarrollo de la I.A. difícilmente reemplazará a la capacidad del ser humano para actuar en razón a sus emociones y a su conciencia. Bajo esta premisa, resulta difícil predecir el momento en el que la I.A. podrá sustituir a las personas, salvo en aquellas actividades que sean operativas y que dependan casi únicamente de procesos claramente mecanizados o automáticos, incluso para identificar riesgos en procesos o corregir fallas de producción o calidad, entre otros.
Bajo esta premisa, es importante que nos preguntemos cuáles son los límites de la I.A. y de qué manera los seres humanos podemos mantenernos competitivos en el campo empresarial, asumiendo roles para los que la I.A. aún no se encuentra preparada. A continuación algunos tips:
- Desarrollemos más la empatía, que implica entender las causas y consecuencias emocionales que derivan de las conductas de los demás, no actuar bajo supuestos no corroborados que a veces derivan en conflictos y no en apoyo (mensaje erróneo: ya sé lo que te pasa, tienes mucho trabajo / mensaje positivo: ¿cómo te ayudo para que te organices mejor en tu trabajo?).
- Seamos más serviciales y colaborativos, aunque no sea nuestra función (mensaje positivo: mi compañero no se encuentra, pero dígame en qué puedo ayudarle).
- Actuemos de manera asertiva, enfocándonos en hechos objetivos pero sin perder la disposición para dar soporte emocional a quien lo requiera (mensaje positivo: una vez que obtenga toda la data, te envío el cálculo solicitado para no tener riesgo de error, y si te parece, nos juntamos a revisar la información, así puedo aclarar cualquier inquietud que tengas).
Recordemos que a pesar de todo el avance que hoy tiene la I.A., pasará mucho tiempo antes de que puedan SENTIR y actuar según su CONCIENCIA.