Tierra de golondrinas
Artículo impreso en la revista Distrito ABC, julio de 2024
Una lluvia persistente y nocturna, la tercera del fin de semana, cubrió todos los posibles asientos alrededor de la alberca y las cabañas, con vista a la ciudad del otro lado del mar. De esta, apenas se alcanza a ver un par de triángulos que, asumimos, son edificaciones que se distinguen a unos 30 kilómetros.
Pero los rayos solares ya empiezan a sentirse sobre la piel de la nuca y de la espalda. Es una copia exacta del día anterior. A pesar del ambiente selvático, los mosquitos parecen ser únicamente el mal recuerdo de una vida lejana, de antes de desembarcar en el Aeropuerto Internacional.
Hay bastantes puntos en el mundo que son calificados como paraísos. Para muchos, la divinidad habita entre las iguanas, aguas azules, el pacífico silencio y las vistas del Caribe mexicano. Concretamente, en Cozumel (en maya: “Tierra de golondrinas”), que no siempre fue territorio de este país y que le debe fragmentos importantes de su historia a dos nombres polémicos: Maximiliano de Habsburgo y Porfirio Díaz.
Todavía plagado de sitios con nombres indígenas, entre los que destacan los modismos, tradiciones y población maya, recibe principalmente turistas norteamericanos, más aún que los connacionales. Estos últimos, normalmente aprovechan los tours de un día para hacer snorkel en El Cielo, continuando con el tema beatífico, y por ello no logran conocer a fondo la isla asentada entre Yucatán y Quintana Roo.
El año pasado, aterrizaron en Cozumel 93 mil 035 vuelos de países de América del Norte, incluyendo México. Más del doble de los contabilizados en 2021, en la época pandémica.
Durante la temporada vacacional de marzo de este año, por ejemplo, Quintana Roo recibió a más de 560 mil viajeros, que contribuyeron a un aumento del 5.9% de la derrama económica con respecto a la Semana Santa del 2023. Específicamente en esas fechas, de los 43 cruceros que arribaron a la entidad, 30 tuvieron como destino a la isla.
Además de las conexiones aéreas, uno de los puntos fuertes está en los trayectos marítimos de pasajeros. De los 10 mil 930 visitantes diarios que desembarcaron en las costas, 85% lo hizo en crucero, y el 15% restante se quedó en un alojamiento, Según datos de la Secretaría de Turismo Estatal y el Gobierno de Quintana Roo.
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Por ello, el 74% de la actividad económica se concentra en los rubros de comercio y turismo, empujada por gran parte de los 88 mil 626 habitantes permanentes registrados en el Censo de Población y Vivienda del 2020.
Miguel Castro Ambriz, director regional de ventas del Grupo Presidente, mostró orgulloso el video que acababa de grabar de un cangrejo rojo y de tamaño considerable. Se encontraron cuando ambos hacían un recorrido matinal. Ahora, se asegura de que sus diez invitados la pasen bien, montados en una tabla para realizar ejercicios de acua-yoga, y guiados por una instructora de acento anglosajón. “Ella es de Nueva Zelanda”, explica.
En su opinión, hay más extranjeros viviendo en Playa del Carmen, donde impera la fiesta, el spring-break y el veraneo de la juventud universitaria de Estados Unidos.
“En Cozumel, el turismo que recibimos es norteamericano, ya que la isla tiene más conectividad aérea con Estados Unidos, pero con México afortunadamente se están abriendo nuevas rutas. Ya contamos con la de base, que está en Ciudad de México de dos vuelos diarios, pero creció a Monterrey y lo tenemos desde febrero pasado, con dos vuelos a la semana.
“Nos hemos dedicado a hacer mucha promoción, junto con VivaAerobus, con respecto al vuelo. Depende mucho de la temporada, en verano o en diciembre sube mucho el turismo nacional, incluyendo el regio, pero le calculo que es el 10 por ciento. Tiene mucho potencial, sabemos que a los regios les gusta mucho la Riviera Maya y Cancún, que practica buceo, no dudo que con este vuelo quieran visitar la isla. Además, tenemos el tema de las bodas”, ahonda Castro.
Los paseantes están de acuerdo, el ambiente es distinto, pues definitivamente aplica de la mejor manera el famoso “tiempo de isla”, una observación popularizada por el ejército estadounidense durante la invasión del Pacífico, después de la Segunda Guerra Mundial.
Pero ni siquiera la temporada alta es razón suficiente para el desasosiego. No hay filas en los cuatro restaurantes del Presidente Intercontinental, ni aglomeración en las albercas.
Y para Castro, lo más impactante, lo que llega a ser noticia nacional con respecto a la seguridad, pasa con mayor frecuencia en otros destinos, “como en cualquier ciudad grande”. ¿Qué más podrían pedir los visitantes y locales? Quizá, que se ausenten las nubes desde temprano, para aprovechar las actividades bajo el sol, o que continúe la baja población de culícidos.
“Al hotel y a Cozumel los hace diferentes la tranquilidad. Aun cuando tenemos 221 habitaciones y muy buen porcentaje de ocupación anual, es un hotel con una buena extensión, el huésped tiene su espacio, no tenemos filas, hay dos albercas, una alberca de tranquilidad, un spa de primer nivel, tenemos la mejor cava de vinos en la isla, todo esto hace disfrutar mucho el resort.
“Esa es la apuesta con el vuelo de Monterrey, que destinos como Saltillo, Torreón, Coahuila, Chihuahua y Tamaulipas vean este vuelo para llegar a Cozumel, somos un hotel virtuoso y en Monterrey y en Coahuila hay muchas Agencias Virtuoso. Virtuoso es un consorcio de agencias de lujo al que estamos afiliados, los huéspedes pueden reservar en hoteles afiliados porque es garantía de calidad y servicio”, dice, antes de levantarse del escalón para tomar más instantáneas, cerca de las olas gentiles que tocan la orilla bordeada por piedra caliza.