Toda tu estrategia en manos de un periodista, todas tus fichas a un solo número. ¿Y si no sale?
Tienes a un responsable que quiere que ese temazo salga en un gran medio. O aún mejor (para sus sueños, aún peor para ti). Que lo publique ese #periodista estrella que todo el planeta conoce. Pero esa decisión, la de centrar una estrategia de #comunicación en una sola persona, por mucha trascendencia mediática que tenga, tiene riesgos. Es como esa persona que, en el casino, apuesta todas sus fichas, todas, a un solo número. Si sale, noche desenfrenada. Pero tal vez no salga.
-El dicho lo deja claro, ¿no? Poner todos los huevos en la misma cesta…
-Ese periodista estrella tiene miles de fans. Sí. Pero también miles de detractores.
-Habrá medios que ya no quieran hablar de tu propuesta tras ver que lo ha sacado primero ese periodista tan conocido. Abres una gran puerta pero te cierras unas cuantas.
-Si algún día se te desata una crisis, reza para que ese periodista no se acuerde de ti. Porque entonces querrá que des la cara. Ya sabes, a las duras y a las maduras.
-Hay periodistas tan tan tan conocidos… que no usan redes sociales. Así que olvídate de retuits o likes.
-Tiene a su alrededor un equipo. Intermediarios. ¿Crees que llegarás a superar esos “filtros”? ¿Y que habrá valido la pena el esfuerzo?
-Tal vez lo ven o lo escuchan un millón de personas. Pero no quiere decir que ese millón de personas van a ver o escuchar el nombre de tu empresa.
-Y que haya miles de espectadores u oyentes justo en el momento en el que se habla de tu empresa no siempre se traduce en un número parecido de reacciones positivas. Los números no siempre cuadran.
-Aunque no te convenza cómo ha quedado, es difícil tener derecho a réplica. Rectificar es un deporte poco practicado.
-Hay periodistas más anónimos. Locales. De provincias. De prensa especializada. Que pueden publicar lo que propones de manera impecable. Y también tienen seguidores.