TODOS TENEMOS UNA MADRE
Dulces recuerdos de infancia
Mamá:
te veo pasar aún por el cielo
montando tu escoba,
tus largos cabellos de plata
como la cola de un cometa
entre las nubes.
He aquí el esposo,
con su pelo ensortijado y su barba negra,
que de pronto, sí,
me mira
como tú mirabas.