Transformación analógica 2
En primer lugar quisiera aclarar una cosa. Estoy absolutamente convencido del valor de la tecnología y de ésta como instrumento para el progreso, la mejora, el cambio, y la transformación de empresas, personas y sociedad.
He tenido la suerte de tener un maestro profesional que allá a finales de los 90 decía que el móvil sería un regalo de primera comunión... También decía que la televisión se convertiría en un entretenimiento individual y que los miembros de la familia o los amigos "quedarían" en el salón de una casa para ver algún programa juntos cuando les interesara compartir a la vez el contenido. Ni que decir tiene que apostó por las primeras puntocom. Quebró en alguna de ellas y fue impulsor y miembro de las primeras entidades dinamizadoras del comercio electrónico en España. Parece que hace mucho pero sólo han sido entre 10 y 15 años. Apreciado Fernando.
Sé que había prometido que mi segunda entrega de #transformación analógica sería positiva. Pido disculpas, no lo he conseguido pero pondré más empeño para la siguiente.
La experiencia de hoy.
Entidad bancaria. Sucursal renovada. Amplia y luminosa. Ocho posiciones de caja, espacio para varios cajeros y carteles recomendando no perder tiempo ya agilizar trámites usándolos. Usando tecnología. Un lujo, de verdad.
Yo no podía hacerlo. Iba a pagar una tasa administrativa de menos de 10 euros. 6,04 € para ser exactos. No pude hacerlo ayer por Internet. Por algun motivo mi ordenador que a veces tiene vida propia bloqueaba pop-ups. Además no estaba seguro de que mi versión de lector de pdf fuera adecuada y finalmente como era una gestión para un tercero (mi apreciado suegro de 80 años) tampoco estaba convencido de cómo iba a ser manejado mi firma digital. Conseguí hacer el proceso (con descarga obligada de aplicación por si acaso) para al menos imprimir el recibo para el pago (tuve que hacerlo dos veces porque en la primera, la impresora decidió recortar el pie del documento).
Pero vuelvo a la sucursal. llego con mi hoja impresa. Me enfrentó a una fantástica puerta de cristal. Aparentemente automática, pero por más que me movía no conseguía abrir. Finalmente he visto un botón de diseño que debía pulsar. Consigo entrar. Impresionado que maravilla de sitio. En las ocho posiciones de caja un par de clientes y algunos empleados libres. Me acerco con la mejor educación posible y la respuesta a mis "buenos días, vengo a..." es de forma muy amable "coja número". Lo hago en un terminal junto a una columna que no había visto al entrar, también de diseño, y espero tímidamente. Pasan unos segundos pero se me hacen eternos. Por fin un empleado dice mi número a la vez que éste sale en una preciosa pantalla. Me acerco evitando la risa (perdón de verdad perdón). Consigo hacer la operación con una atención y profesionalidad incuestionable por parte del empleado. Sigue sin haber nadie en la sucursal. Voy a salir. Ya voy preparado. Veo un botón de diseño a mi derecha. Lo pulso. La puerta no se abre. El empleado se apiada de mí y me avisa. Es el botón de la izquierda. No había ningún cartel del tipo "pulse el botón de la izquierda para salir", el de la derecha era para bloquear desde dentro si se entraba para para usar el cajero.
Perdón por la ironía. Estoy seguro que tecnológicamente la sucursal es una pasada. Que todos los que han participado en su concepción y construcción lo han hecho con un interés máximo. Y que la entidad está de verdad buscando la excelencia de la atención. Y sé que en algún momento todas estas herramientas serán necesarias (es una barrio de clase media, con bastantes personas mayores y entiendo que a media mañana la sucursal tendrá muchas personas que atender), pero a las 8:45 sin nadie dentro, mostradores vacíos "coger número" (salvo que sea medir la cantidad de personas atendidas, y se me ocurren otras formas...) me parece un exceso tecnológico. Seguro que en la lista de casos de uso esta combinación de elementos (primera hora, nadie en la oficina, cliente crítico, etc) es difícil de predecir. Pero sinceramente, creo que a veces se lo ponemos demasiado fácil a nuestros humoristas y difícil a nuestros clientes. Por cierto, y ya termino. No vendría mal poner algunas sillas analógicas para los momentos de mayor afluencia. Personas como mi suegro lo agradecerán.
El pintor del Alto Tiétar
9 añosJajaja! Efectivamente, Juan. Este tipo de combinaciones tech-luxury design deberían ser estudiadas en las facultades. Yo llamaría a la asignatura "Pedantería tecnológica". Me ha encantado. Saludos.
Managing Director ADGTravel
9 añosMuy bueno, Juan y creo que describes perfectamente la separación entre un customer journey real y una prestación de servicio forzada por el uso/abuso de la tecnología en busca de la eficiencia. Falta una capa entre tu experiencia y la tecnología que yo llamo diseño humano...
y ahora...quién mide tu nivel de satisfacción? ...facilidad de uso?...tiempo ahorrado? etc....por lo demás...esperando ya a leer la Transformación Analógica 3!! Gracias Juan