Tributo a dos viejos que admiré mucho.
Hace unos días me levante gritándole al tiempo. Detenéte, parále, dame un chancecito para arreglar algunas cosas. Pero no me hizo caso.
Le recordé como yo sabia que en una ocasión o dos, se había detenido, que eso estaba registrado, que sí se podía detener. Pero igual, no me hizo caso y siguió adelante.
Le suplique: ¡no seas implacable!, ¡¡ que no ves que necesito que te detengas…!!. Que no puedo seguir a la par tuya, así como estoy. ¡¡Que necesito que te pares…!!. Pero igual siguió adelante y sin responderme.
Le volví a decir: ¡no seas sin misericordia, me estas desgarrando, necesito arreglar unas cosas que no he podido, cosas de las que si no lo hago no las podré seguir cargando en lo que me queda de vida. Igual guardó silencio y continuo su marcha. Me pareció que fue mas lento, pero en realidad no era así, lo que pasó es que me faltó el aire y casi me desmayo.
Casi sin aliento, ya muy cansado y con un llorar apagado, le volví a hablar: ¿Que querés que haga para que te parés?. El asunto que tengo que arreglar es con mi papá. Tengo que platicar con él, decirle que lo amo, que me perdone, que le estoy agradecido y que sepa que me he esforzado por ser un hijo del que no se avergüence. Por favor… Detenéte, Detenéte, necesito ese espacio. Mi corazón se me sale del dolor, no soporto esta carga y necesito…, de verdad necesito arreglar con mi papa…
Finalmente y sin detenerse me dijo: “Soy el tiempo y si me detengo, dejo de existir. En aquellas ocasiones hubo un poder muy superior a todo lo que existe y es el único poder que puede pararme sin que deje de existir. En tu caso … no puedo. Me has tenido toda la vida, en cada etapa con tu papá, ¿porqué hasta hoy?. Conozco tu dolor, es igual al de millones que no se dan cuenta de mi correr e igual que vos quieren que me detenga, simplemente, porque han dado por sentado que las condiciones no cambiarán y siempre estarán así. Lo lamento, pero no me voy a parar y tu al igual que otros aprenderán a llevar esa carga y a ser mas consientes de la realidad y las relaciones con los demás…”
Guardó silencio y continuó…
Gracias Papá, gracias suegro, porque les pude decir y mostrar mi amor…
Nos vemos pronto, cuando mi tiempo llegue.