Un año en Wabu

Mi primera vez en una Start Up y me encanta. 1 año se cumple desde que empecé a formar parte de un equipo que ha cambiado mi manera de pensar y me ha impulsado actuar y tomar iniciativas con mis ideas y relacionarme con el equipo de trabajo de una manera distinta.

En estas líneas me gustaría contar mi vivencia durante este año que nunca olvidaré.

Equivocarse rápido y aprender

Estoy muy agradecido con mi experiencia la cual me ha formado con habilidades complementarias; sin embargo, vengo de trabajar en empresas donde la colaboración se confunde con camiseta; donde pedir feedback de ideas propias son mal vistas si no le pides o muestras a tu jefe o te pasas de tu línea de jerarquía.

Desde mi primera semana en Wabu me sorprendió el trabajo en equipo y la aplicación de conceptos que no había escuchado antes. Desde el minuto 1 me puse muy atento a todo, identifiqué oportunidades de mejora y a mi segunda y tercera semana ya estaba proponiendo mejoras en los procesos.

Lo más importante de esto es la resiliencia ante el fracaso y que lo mejor fue intentarlo, de todas las propuestas la mayoría las implementamos y nos fuimos adaptando; por ejemplo, con la pandemia volvimos a usar los tableros Kanban digitales acompañados de ceremonias de planificación semanal con un proceso muy distinto al que ahora usamos y cada vez fuimos mejorando.

Espacio de desarrollo personal y profesional

Como una Start Up desde el inicio me acostumbre a ver de todo un poco, áreas en las que nunca intervine como talento humano, me veía en el quinto o sexto mes entendiendo los procesos de atracción y aplicando lo aprendido, así se sumaron nuestros últimos A-Players (FerOviwan y Sebuco).

Me motiva mucho aprender procesos de áreas a las que no son de mi especialidad o haya tenido experiencia, con buena actitud trato de hacer un buen trabajo al reto que se presente, en una ocasión salí a entregar premios y aproveche en llevar a mi amigo Lucky de Mesa4Brand e hicimos un video espectacular pueden verlo aquí: Potenciando la experiencia Universitaria - Wabu . (Estoy muy orgulloso de este logro)

Entonces, crecer como profesional es una consecuencia de todo lo aprendido y el trabajo que se aplica, y si sientes la motivación, el deseo o la aspiración de crecer a nivel superior no hay que dejar de pasar la oportunidad, hay que actuar y hacerlo realidad.

No todo es bonito y tranquilo, siempre habrán adversidades, problemas, discusiones sobre todo en pandemia que ha sido un tiempo de adaptación. Tener paciencia, solucionar conflictos, saber escuchar y saber expresarse tanto hablado como no verbal ha n sido parte de mi crecimiento personal este año y ante todos los sentimientos y emociones que he podido experimentar, mi motivación y la de mis compas siempre me han ayudado a sacar esa sonrisa y ganas de seguir dando lo mejor de mi siempre.

Sentido de propósito y motivación

Wabu tiene un propósito muy fuerte "Potenciar la experiencia universitaria" y lo qué mas me encanta de trabajar en Wabu es qué cada uno de nosotros acude al trabajo cada día para hacer algo que le encanta. Conseguimos motivar a la gente para que haga cosas que le guste, es lo máximo. De hecho lo divertido es tratar de descubrir todas las maneras distintas que tenemos de hacer eso. Desde los primeros días me sentía escuchado y aplicábamos las ideas de todos y nos adaptamos rápido a los cambios. Luego de un tiempo en nuestras sesiones de brainstorming hablamos del propósito de Wabu y como equipo lo modificamos a:

"Creemos que la universidad es el motor de desarrollo de la sociedad, y va más allá de lo académico. Es donde la formación de los alumnos se da cotidianamente con cada interacción, cada persona nueva que conocen y cada diálogo que comparten"

"Sabemos que una comunidad conectada de diversos perfiles puede inspirar la colaboración y fomentar la pasión por el conocimiento"

Hermoso verdad? Se sintió genial convencer a los fundadores en cambiar el propósito y lo hicimos todos como equipo.

Lo más importante aquí es que si ves a los dueños, gerentes de tu lugar de trabajo y son personas admirables, inteligentes, excelentes personas, trabajadores y además comparten un propósito fuerte en común es un factor que si lo piensas te genera una motivación y felicidad de que estás en el lugar correcto.

Autonomía y responsabilidad

Este año he experimentado lo que es un equipo auto-organizado, donde en cada reunión de planeación la motivación es hacer la mayor cantidad de tareas o más puntos que sumen valor al final de cada sprint para cuidar de Wabu, lo más gracioso es que siempre terminamos reduciendo las cantidades y es que nos exigimos a aumentar el ritmo y bueno no siempre terminamos al 100%, pero lo genial es que a través de nuestras decisiones, pidiendo feedback y consejo, compartiendo con el equipo, mostrándose vulnerable cuando es necesario generamos nuestro propio día laboral. ¿Se imaginan trabajar así?

Quiero decirte querido lector, que no es nada fácil y más en el contexto de la cuarentena. Mantener una buena organización, con relaciones basadas en la confianza, la transparencia y la conversación como mejor herramienta, no siempre es un camino fácil. Hemos sufrido, como equipo, como individuos, hemos discutido y discrepado, nos hemos enfadado y hemos tenido que poner distancia con algunas cosas en algún momento. Para mí lo importante es que eso también está bien, no pasa nada. Somos personas con sus propias vivencias y necesidades, aquí lo importante es tener la visión clara y tener coherencia con lo que pensamos, hacemos y decimos; buscar siempre motivarnos y creer en nuestro propósito. Seguimos mejorando paso a paso y aún nos queda mucho.

Transparencia y confianza

Cuando llego la pandemia nadie puso encima de la mesa la posibilidad de que "el nuevo" se quedará y acompañe el cambio. Lo más sorprendente para mi fue que tenía menos de un mes y mi opinión valía y que mis ideas, mis pensamientos podía compartirlos con la misma confianza con la que se comparte con un amigo. Hasta el día de hoy compartimos todos estos valores que son importantes para nuestro desarrollo.

Agradecimiento

Escribir sobre un año en Wabu reflejando todo lo que siento en unas pocas líneas es imposible, y más teniendo en cuenta cómo ha ido este año, lo que quiero dejar es mi profunda sensación de agradecimiento. A mi equipo Wabu, a todas y cada una de las personas con las que he trabajado en algún momento, con las que compartí café en la oficina como también a través de una pantalla, y sobre todo, gracias por dejarme ser yo en todo momento e incluso llamar mi atención cuando estaba dejando de serlo.

Especialmente quiero dar las gracias a mi compañero Javier Aguayo, el que, de la mano, me ha acompañado este año, me ha ayudado aterrizar ideas, me ha enseñado, me ha mentorizado, me ha retado, me ha cuidado.

Un año en Wabu ya pasó, no un año cualquiera: un año de retos y desafíos. Un año díficil para todo el mundo, con pérdidas, con distanciamientos. En mi caso la mejor experiencia laboral hasta hoy, que ha sido formar parte de un equipo y no cualquier equipo. Wabu Team.