Un ataque de ransomware tiene la capacidad de paralizar por completo sus operaciones
por Víctor Ruiz, fundador de SILIKN, instructor certificado en ciberseguridad — CSCT™ y mentor del Centro de Ciberseguridad 05000.
En fechas recientes hemos podido conversar con algunos especialistas en ciberseguridad acerca de cómo las organizaciones pueden estar mejor preparadas contra los ataques de ransomware. Por una parte encontramos que es fundamental desarrollar un plan de respuesta a incidentes, capacitar a todos los empleados en temas de ciberamenazas y, al mismo tiempo, proteger todos los sistemas de las empresas.
Es común que se piense que la recuperación de una organización después de un ataque de ransomware se resuelva solo con restaurar la información desde copias de seguridad, pero la realidad es que no siempre es tan sencillo como parece, debido a que muchas empresas no saben lo que necesitan restaurar hasta que tienen que restaurarlo. De igual forma, la restauración puede ser lenta y compleja, otro aspecto que lleva a los directivos a pensar mejor en pagar el rescate.
En promedio, una empresa que es atacada con ransomware, permanece 21 días fuera de línea, es decir, con sus operaciones interrumpidas.
Otra situación frecuente es la del pago de los rescates solicitados por los cibercriminales. Nosotros no recomendamos pagar el rescate, porque esto sigue fomentando que crezca el ransomware. Sin embargo, son las empresas quienes deben tomar esta difícil decisión presionados para volver al negocio lo antes posible.
Las víctimas de ransomware a menudo recuperan solo activos clave y deciden más tarde qué activos digitales ya no son importantes. Es aconsejable identificar de antemano qué activos digitales son fundamentales para garantizar la continuidad del negocio.
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Una sugerencia es que se haga un inventario de los activos críticos y determine qué procesos necesita para recuperarlos por completo sin sus procesos de recuperación normales y tener en consideración que usted y su equipo podrían enfrentarse a una situación en la que restablecer copias pueda no ser un método de recuperación adecuado.
Todo se reduce a comprender lo que se necesitará para recuperar potencialmente toda la red, sin los procedimientos con los que cuenta de forma normal: no tendrá procesos ni personal para abordar esto; no tendrá políticas de grupo ni ninguna de las herramientas que da por sentado; no tendrá su sistema de correo electrónico habitual para comunicarse dentro de su organización.
Tome en cuenta: un ataque de ransomware tiene la capacidad de paralizar por completo sus actividades, incluso, podría dejar de tener energía eléctrica.
Para no llegar a una situación crítica, empiece por identificar consultores externos y recursos que pueda contratar para ayudar en el proceso. Identifique las metodologías de comunicación alternativas que pueda necesitar y que no incluyan cuentas de correo electrónico personales. Planifique cómo trabajará el personal de seguridad y de sistemas durante la crisis para que tomen mejores decisiones.
El gran costo del ransomware es la interrupción del negocio. Necesitamos que la protección y la detección estén más arriba en nuestras listas de prioridades junto con la transparencia y el intercambio de información. Necesitamos hacerlo mejor, porque ahora mismo los atacantes son mejores que nosotros.
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