Un buen ejemplo es digno de imitar
En una ocasión recuerdo como algunos colaboradores hablaban de lo MEDIOCRE que era un jefe, que no sabía nada, que no entendía el problema o que simplemente había sido colocado en ese puesto porque era el preferido del gerente. Pensé en ese momento, ¿así hablaran de mí? Y automáticamente mi mecanismo de defensa empezó a crear una serie de argumentos para no ser como ese mal Jefe.
Pero en vez de enfocarme en lo malo que era el otro y lo MENOS malo que soy yo, no me enfocaba en lo que puedo ser bueno y como mejorar mi actual versión.
Uno predica con el ejemplo, y desde la crianza de nuestros padres, tratamos de imitar lo que ellos hacían, porque lo veíamos bueno, importante, y eso nos hacía sentir grandes e importantes también, así como nosotros los veíamos a ellos.
Y aquí viene la pregunta, ¿Cómo caerle bien a un colaborador, a un par o a un jefe?, y aquí propongo poner en practica estos consejos:
1) Ser honesto y directo, parte de la confianza implica saber y reconocer quien es capaz de decir las cosas con franqueza y de manera directa.
2) Dar el crédito a quien se lo merece en el momento justo y necesario, y de ser posible con la mayor cantidad de público posible.
3) Recompensar los logros, vé un poco más allá de un espaldarazo. Las compañías nos contratan para resolver problemas y cuando lo logramos es correcto actuar de esa manera, de no ser posible una bonificación económica, un reconocimiento, una comida, un presente, evalúa cuanto puede valer esa persona para la compañía, pero por sobre todo para tu equipo.
4) Comparte momentos de vida social, todos tenemos una vida después del trabajo y conocerlos más ayudara a fortalecer ese vínculo laboral y a ser más un equipo.
5) Hazlos participes de las situaciones complicadas y escucha sus opiniones, veras que poco a poco tu equipo se consolidara mejor con el aporte de todos.
Finalmente, no es una formula, pero si debe convertirse en una forma de trabajo que enriquecerá sus vidas, laborales y familiares; y que aprenderás a reconocer cuando veas que imitan tus acciones.
Quizás la próxima vez que escuches hablar BIEN de un jefe, sea de ti.