¿UN COACH TIENE QUE SER PERFECTO?
Unas de las preguntas que hice hace tres años a mi maestro de la Formación Profesional en Coaching en la PUCP el último día de clases fueron: ¿Cómo había manejado su lado humano con su ser coach? ¿Un coach tiene que ser perfecto?
Me preocupaba tener que volverme rígida, perder mi humanidad, mis gustos personales y caer en estereotipos por haber decidido ejercer como coach.
Quieran o no cuando dices que eres coach se genera una cierta expectativa inherente a la carrera. Eso también les sucede a los demás profesionales del bienestar.
¿Puede alguien imperfecto que aún esta trabajando en sus temas personales acompañar a otros?
Es una pregunta que tiene respuestas con muchas aristas que involucran la ética y la coherencia personal, pero más allá de la reflexión sincera sobre lo que estamos en capacidad de acompañar y lo que no, está la reflexión global de que ninguna persona es perfecta.
Siento que cuando los profesionales que acompañamos en el desarrollo humano lo hablemos abiertamente podremos desmitificar muchas ideas de lo que es el bienestar, la felicidad, el propósito y la vida.
Abracemos nuestra humanidad y autenticidad seamos #poderosamenteauténticos, abracemos lo sencillo de la vida más allá de condicionamientos e ideas sociales de lo que es ser feliz y estar bien. Cuando hagamos eso encontraremos que ya tenemos todo para tener bienestar en nuestras vidas.
Yo a veces aún lo olvido por ello medito. La meditación me ayuda a ordenarme y volver a mi esencia natural, a mi niña interna y sabia que es feliz, por ejemplo, respirando mientras toma los rayos de sol.
Silvia Espiritu