Un des-acuerdo en el G7

Un des-acuerdo en el G7

Los más altos representantes de algunas de las firmas de moda más conocidas se reunieron en París, dentro del contexto del G7, para firmar un acuerdo en el que se proponen una serie de medidas urgentes para evitar el desastre ecológico hacia el que nos dirigimos y en el que la industria de la moda tiene una gran protagonismo.

Sin entrar en el puesto que la industria de la moda juega en la contaminación de este planeta (ya sabemos que hay quien dice que es la segunda industria más contaminante y quien lo desmiente), lo que es innegable es que es necesario comenzar a cambiar la forma en la que diseñamos, producimos y consumimos moda. Firmas como Burberry, Chanel, Carrefour, Prada o Ralph Lauren entre otras se han reunido para establecer un diálogo y llegar a un acuerdo sobre los cambios que hay que poner en marcha para paliar los efectos de esta industria e intentar revertir la situación. Esta iniciativa, impulsada por el presidente francés Emmanuel Macron en abril de este año y encomendada a François-Henri Pinault, presidente y director ejecutivo de Kering, no es nada sorprendente: ¿cómo va la industria a cambiar si no se establecen unas medidas básicas que marquen las reglas del juego y que garanticen una competición limpia y justa?

Con esta idea en mente, los participantes y firmantes del Fashion Pact trataron de establecer una hoja de ruta que "limite el calentamiento global, restaure la biodiversidad y proteja los océanos".

No es la primera vez que vemos medidas como esta saliendo de este sector: colecciones hechas con "materiales sostenibles" inundan hoy en día los escaparates de las grandes del fast-fashion y no hay marca que escape a la "certificatitis" que llena sus etiquetas de logos muchas veces impulsados por ellos mismos y que suponen una burbuja que explota cuando indagas en ella.

Pero, ¿qué podemos esperar cuando en un mundo en el que cada vez el coste de la vida es mayor y el precio del pan sube pero el de la "ropa" no? Hemos creado consumidores altamente sensibles al precio, acostumbrados a comprar ropa barata y a que esta les dure poco; acostumbrados a comprar una nueva camisa ante el esfuerzo de planchar la que ya tienen si el evento al que asisten requiere un poco de prisa.

Así que nos encontramos con un acuerdo que firman 32 marcas o conglomerados (entre los cuales, por cierto, Inditex es el único español) y que se proponen los siguientes objetivos:

  1. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero en 2050, con la intención de mantener el incremento de la temperatura planetaria por debajo de 1,5ºC desde ahora y hasta 2100.
  2. Restaurar los ecosistemas naturales y proteger las especies asociándose, para ello, con diversas organizaciones y centros científicos que pauten estos procesos.
  3. Proteger los océanos eliminando de la industria de la moda prácticas nocivas para ellos como los plásticos de un solo uso o las filtraciones de aguas contaminadas a ríos y mares.

Si bien se podría hablar mucho y cuestionar mucho los pilares de estas medidas (¿no está un poco lejos 2050? ¿Cuáles son las pautas claras para lograr restaurar la biodiversidad? ¿Cómo vamos a evitar la contaminación de las aguas y la liberación de microfibras y microplásticos a los mares?) la conversación nos llevaría a una única pregunta: ¿cómo vamos a poder hacer esto si en ningún momento se habla de limitar la producción de moda?

En un mercado que busca el crecimiento per se, es inviable establecer medidas que garanticen un futuro sostenible (ya no digamos un presente) y que sean efectivas. Y es que en este sistema que mide el éxito en un aumento de los beneficios y las ventas, no es difícil llegar a la conclusión de que producir menos, vender menos y promover un consumo más consciente entre los usuarios sería ante todo contraproducente para las cuentas anuales de estos grupos que firman el susodicho acuerdo.

Entonces, llegados a este punto, me pregunto: ¿Señores, podemos empezar a hablar ya de medidas reales o necesitamos seguir pasándonos la patata caliente un poco más?

Adriana Uribesalgo

Ayudo a emprendedoras, emprendo y te cuento lo que aprendo 🙋♀️ Economista Nºcol 17859

5 años

Una hoja de ruta sin medidas concretas y con horizonte 2050, no parece el camino hacia un cambio real e inminente. Es un paso que se hayan juntado, y hablado sobre el tema, pero indudablemente ante esta emergencia climática, este tipo de reuniones no pueden ser un lugar donde nos juntemos para ajustar los parámetros y objetivos nuestras posibilidades, sino un lugar donde retarse de verdad y buscar soluciones reales. Hay que buscar objetivos ambiciosos para que la industria avance a mayor velocidad. Y asumir que hay cosas que hacemos mal y se pueden mejorar. Porque somos imperfectos, pero la gente tiene que saber que lo somos.  

Sonia Lopes, PMP, PhD, MSc, CSM, HCMP

Especialista em Gerenciamento de Projetos | Arquiteta | Mentora | Consultora | Palestrante

5 años

A indústria da moda apostou por muito tempo na conhecida FAST FASHION, mas os consumidores estão mudando e será necessário que as grandes marcas comecem a mudar ou podem perder espaço. Ação associada diretamente ao ODS 12 Consumo e Produção Sustentavel. Nesta mudança devem ser contempladas também o controle da cadeia produtiva em relação não só ao ambiental, mas também ao social, principalmente ao fim do trabalho escravo e infantil (ODS 8 trabalho digno e crescimento econômico)

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