UN DIA IDEAL
Todo comienza bien temprano en la mañana. Me despierto super descansado, sin sueño y con toda la energía del mundo. No escucho el martilleo ni las máquinas mezcladoras en la construcción del edificio de al lado porque los trabajadores esperaron que me despertara para no molestarme. Como siempre, hay electricidad en mi apartamento y la planta eléctrica tiene meses que no se enciende. Hasta estamos pensando venderla. Entro a la ducha para darme un rico baño caliente de 30 minutos. ¡Qué maravilloso día! pienso.
Con toda la parsimonia posible me preparo un exquisito desayuno y me siento en el comedor a disfrutarlo. Leo en detalle 6 periódicos y una revista internacional, analizando y comprendiendo todas las noticias locales e internacionales. Un titular dice “El dólar baja a RD$30 y en otro se lee “Quitan el ITBIS”.
Procedo a vestirme y enciendo la TV. A lo lejos escucho los comentarios que dicen “Ya no existen políticos corruptos”, “Nadie falleció por accidentes” y “ Desarticulan los sindicatos de transporte público” Pienso de nuevo “¡Qué maravilloso día! Bajo al parqueo y todos los vecinos me dan los buenos días. El cielo está de un color azul espectacular con el sol fuera pero sin calor. Los obreros de la construcción se despiden de mí y me preguntan que si pueden iniciar su trabajo del día.
Enciendo el vehículo y salgo a la calle. Maravillosamente no hay mucho tránsito. Me pregunto que si será domingo pero confirmo con la radio que es lunes. Al llegar a la primera esquina me detengo y los vehículos me ceden el paso. Saludo al conductor y le doy las gracias. Más adelante en el semáforo se me acerca un joven muy educado y me pregunta que si puede limpiar el vidrio de mi vehículo informándome que su esponja es exclusiva y antibacterial, que el agua es de botellón y que el detergente es biodegradable de la mejor calidad. Accedo a que lo limpie y cuando le voy a pagar me dice que no, que el está haciendo una labor social y que no tengo que darle nada. ¡Es un día maravilloso!
Sigo sin ver congestionamientos de tránsito y durante el trayecto algunas personas se me acercan al carro, me tocan la ventana para decirme que me quieren regalar cinco pesos. Por otro lado, los conductores de carros públicos son muy educados e increíblemente ¡no hay motoristas! El ambiente en la calle es muy cordial y todos los autobuses de transporte público tienen aire acondicionado en el que los pasajeros van sentados y felices.
En el camino recibo una llamada de mi asistente para decirme que me puedo tomar mi tiempo ya que la primera reunión se movió para la tarde. Al llegar a la oficina todos nos reciprocamos con los buenos días. Me pasan el listado de todas las llamadas y se me comunica que debido a la baja del petróleo todos los suplidores bajaron sus tarifas en un 30%, que nos aumentaron el crédito a 120 días y que todos los trabajos estarán listos con una semana de anterioridad. ¡Es un día maravilloso!
De repente escucho la alarma del móvil y me pregunto ¿Qué pasará? Abro los ojos y me encuentro en mi cama. Acabo de despertarme. Me siento y pienso, “Realmente fue un día maravilloso”.
Esto no tiene que ser un sueño, si todos ponemos de nuestra parte este puede ser nuestra verdad verdadera no solo un día, si no todos los que quedan del año. Es un pensamiento que dedico a todos ustedes.