Un equipo ágil

Un equipo ágil

Las empresas que apuestan por una Transformación Digital en sus organizaciones, terminan por incluir e implantar metodologías ágiles en el interior de sus departamentos, con el objetivo de entregar productos y/o servicios de mayor calidad y con un costo mucho más reducido, optimizando el valor más escaso del mercado "el tiempo".

Es clave reconocer que en general, no somos buenos administradores del tiempo, y en este punto no pienso únicamente en un equipo de desarrollo de software, se aparecen en mi mente muchos departamentos, grupos, con problemáticas totalmente diferentes, con indicadores de objetivos y métricas muy distintas. Sin embargo, la agilidad como marco de trabajo fortalece las operaciones, las relaciones y la administración tanto de unos como de otros.

Por definición, las metodologías ágiles son aquellas que permiten adaptar la forma de trabajo a las condiciones del proyecto, consiguiendo flexibilidad e inmediatez en procesos que pueden ser críticos para el negocio.

Esta filosofía de trabajo mejora la satisfacción del cliente dado que este se involucrará y comprometerá a lo largo de todo el proyecto. En cada etapa se informará al cliente de los logros y progresos del mismo, con la visión de involucrarlo directamente para sumar su experiencia y conocimiento, y así, optimizar las características del producto final obteniendo en todo momento una visión completa de su estado.

Se destaca como virtud que la agilidad permite un mejor manejo de los proyecto con gran incertidumbre

A diferencia de las formas tradicionales de gestión de proyectos, comúnmente denominadas “en cascada”, la metodología ágil está orientada a generar y entregar valor lo antes posible.

Esto supone ser consciente de que las necesidades de los clientes sufren cambios sustanciales durante el ciclo de vida de un proyecto. Una de las claves del éxito de las metodologías ágiles es que no solo no rechazan estos cambios, sino que son parte de su filosofía. Para abordarlos lo que se hace es definir varios niveles de requisitos (imprescindibles, necesarios, deseables…), planificar entregas en iteraciones cortas, que sirvan para validar y re priorizar. La consecuencia de todo este planteamiento es, en la mayoría de las ocasiones, un ahorro de tiempo y de costos.

Ser ágil, no es hacer las cosas rápido, es quizás lo contrario, es hacer las cosas bien! es el 9º principio de la agilidad

Por este motivo aparece el manifiesto ágil, un documento redactado en 2001 por 17 expertos en la ingeniería de software, que causo un cambio radical en la forma de desarrollar ‘software’. Frente a los modelos tradicionales, excesivamente rígidos y alejados de las necesidades de los cliente, estos gurús propusieron cuatro valores que inspiran las diferentes metodologías ágiles que han surgido desde entonces. Y aunque nació en el mundo del ‘software’, la filosofía que promueve este manifiesto es extensible al desarrollo de cualquier otro producto o servicio.

Valores del Manifiesto Ágil

Los valores definidos en el Manifiesto Ágil no se centran en prácticas, metodologías o procedimientos de trabajo, sino que abogan por un cambio de mentalidad, una nueva cultura organizativa basada en cuatro pilares:

  1. Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas.
  2. ‘Software’ funcionando sobre documentación exhaustiva.
  3. Colaboración con el cliente sobre negociación contractual.
  4. Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan.


Principios del Manifiesto Ágil

Estos cuatro valores se concretan en 12 principios, que definen el marco de trabajo de cualquier equipo ágil:

  1. Nuestra mayor prioridad es satisfacer al cliente mediante la entrega temprana y continua de ‘software’ con valor.
  2. Aceptamos que los requisitos cambien, incluso en etapas tardías del desarrollo. Los procesos ágiles aprovechan el cambio para proporcionar ventaja competitiva al cliente.
  3. Entregamos ‘software’ funcional frecuentemente, entre dos semanas y dos meses, preferentemente en el periodo de tiempo más corto posible.
  4. Los responsables de negocio y los desarrolladores trabajamos juntos de forma cotidiana durante todo el proyecto.
  5. Los proyectos se desarrollan en torno a individuos motivados. Hay que darles el entorno y el apoyo que necesitan, y confiarles la ejecución del trabajo.
  6. El método más eficiente y efectivo de comunicar información al equipo de desarrollo, y entre los miembros del equipo, es la conversación cara a cara.
  7. El ‘software’ funcionando es la medida principal de progreso.
  8. Los procesos ágiles promueven el desarrollo sostenible. Los promotores, desarrolladores y usuarios debemos ser capaces de mantener un ritmo constante de forma indefinida.
  9. La atención continua a la excelencia técnica y al buen diseño mejora la agilidad.
  10. La simplicidad, o el arte de maximizar la cantidad de trabajo no realizado, es esencial.
  11. Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños emergen de equipos auto organizados.
  12. Intervalos regulares donde el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo para a continuación ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia.



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