Un hito histórico en el Desarrollo de Software

Un hito histórico en el Desarrollo de Software

Históricamente, el desarrollo de software ha tenido momentos de crecimiento exponencial debido a inesperados eventos. Algunos de ellos directamente ligados al software, como fueron: la aparición de la computadora personal y, posteriormente, la aparición de Internet. Otros momentos no directamente ligados al desarrollo software, como fueron la Globalización o la Guerra Fría, pero con una gran necesidad de creación de programas. Podríamos, por supuesto, citar muchos momentos históricos más, como la creación de los lenguajes de programación de alto nivel o la miniaturización progresiva de las computadoras desde su creación hasta el día de hoy, en que llevamos una en el bolsillo y que, entre tantas de sus otras funciones menores, tiene la de fungir de teléfono.

Sin embargo, es posible que uno de los momentos más trascendentes para el desarrollo de software sea la actual pandemia del COVID-19 que estamos viviendo en estos momentos. Si bien hablar del futuro es riesgoso, como lo menciona Isaac Asimov en el capítulo uno de su libro “La Visita al Tiranosaurio”, a veces es necesario, por lo que me arriesgaré a especular un poco sobre el futuro inmediato.

La pandemia que estamos viviendo, dicen muchos, nos ha llevado a un proceso de “Transformación Digital Acelerada”. Discuerdo con quienes sostienen dicha afirmación. A mi modo de ver lo que las organizaciones han tenido que hacer es un repentino proceso de “Adaptación Digital”, donde se han acomodado rápidamente los procesos y las operaciones de la organización, lo mejor que ha sido posible, para el entorno digital. Concordarán conmigo en que el proceso de “Transformación Digital” es mucho más profundo, entendido como cambio de paradigma, que solo tomar acciones apresuradas para seguir operando en medio de una pandemia.

Es así que, desde mi punto de vista, el desarrollo de software va a tomar un nuevo nivel de crecimiento, obligado por la necesidad de las organizaciones para transformar el software, de ser una herramienta accesoria para la mejora de sus procesos y operaciones, a ser la columna vertebral de ellas. Por poner un ejemplo: hasta antes de la pandemia, lo más importante para una tienda por departamentos eran las tiendas en los centros comerciales. En cada una de ellas el funcionamiento debía ser perfecto y se preocupaban por tener los anaqueles actualizados y abastecidos, la atención ágil, el entorno impecable. Por otro lado, la tienda virtual, si es que tenían, era un lugar secundario. Era un canal virtual donde no importaba mucho que estuviera un poco desactualizado, y más usado como un lugar de ofertas para aprovechar un medio secundario de ventas y para colocar productos que estaban ocupando espacio en almacén. Si funcionaba de manera adecuada estaba bien pero, sino, podíamos soportar un poco de quejas en su funcionamiento mientras algo vendiera. La tienda virtual solía ser el hermano menor, un poco feo, que había que criar pero sin tanto amor como el que se le tenía a las tiendas físicas. Ese panorama, para todas las organizaciones, acaba de cambiar al mismo tiempo. Las dudas de las organizaciones sobre digitalizar sus operaciones, el trabajo remoto y la educación a distancia acaban de despejarse de un solo virus.

Ante este panorama, las organizaciones van a cambiar su punto de vista sobre el desarrollo de software. Lo primero que vaticino, sin mucha duda o esfuerzo, es que el crecimiento del mercado de desarrollo de software será exponencial. Sin embargo, junto a ese crecimiento, también tendremos una mayor exigencia sobre la calidad del software. El margen de error se acaba de reducir y, lo que antes trabajábamos como prueba y error, ha pasado a aceptar cero errores. Desde ahora el software va a definir la vida, tanto de organizaciones como, muy probablemente, de las personas. Esto traerá como consecuencia que el mercado deje de buscar la fórmula “bueno, bonito y barato” y pase a no escatimar costos pero a exigir máxima calidad. En ese nuevo mercado del desarrollo de software los trabajos mediocres van a no ser aceptados y los malos desarrolladores de software van a quedar sin oportunidades. A partir de este momento revisar el código a detalle para asegurar la calidad, no va a ser solamente un lujo de quienes tienen tiempo de sobra o un capricho de quienes antes solo corrían hacia el pase a producción basado solo en las funcionalidades cumplidas, sino que va a ser un requisito obligatorio para asegurar la salud de la organización. Solamente los que sean capaces de desarrollar proyectos de software de calidad van a poder asumir la responsabilidad y lograr los objetivos, y con ello los beneficios, de este sorpresivo crecimiento del mercado de desarrollo de software que viene. 

Si es que el mercado de desarrollo de software crecerá de manera exponencial, cómo estaremos seguros de que se desechará la vieja fórmula "bueno, bonito y barato"? Al contrario, si muchas más empresas (en su mayoría medianas) comienzan a optar por la digitalización de sus operaciones, eso garantizaría un mayor mercado en cuanto a desarrolladores, por lo tanto habrían más desarrolladores "mediocres" (porque ante tanta demanda laboral, siempre habrán desarrolladores trabajando) y habría menos control por parte de la calidad del software.

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