“Un modelo diverso para mejor vivir al margen del falso mundo”
“Decrecer no solo implica des-escalar (downshifting) o des-vincularse de la economía. No equivale a des-materializar la producción, porque ello no evitaría que la economía en crecimiento continuara consumiendo y transformando naturaleza hasta rebasar los límites de sustentabilidad del planeta. La abstinencia y la frugalidad de algunos consumidores responsables no desactivan la manía de crecimiento instaurada en la raíz y en el alma de la
racionalidad económica, que lleva inscrita el impulso a la acumulación del capital, a las economías de escala, a la aglomeración urbana, a la globalización del mercado y a la concentración de la riqueza. Los nuevos sistemas institucionales parecen basarse en la idea de no hacerse cargo del destino de las personas.” ( Leff, E, 2008, pg. 84-85.)
La globalización y la modernidad son modelos que algunos asumen culturalmente como guías válidas. Se intenta determinar con ello la forma de habitar y vivir en el planeta. Sin embargo, no son los únicos referentes de la cultura, porque la vida la construyen los seres humanos desde diferentes modos de existencia. Es por ello que mostrar un modelo diferente de ejercicio vital parecer contrariar las maneras tradicionales de ser.
En unas épocas de cambios culturales tan drásticos las sociedades estructuradas conservan ideales y responden a sus problemáticas desde un solo nicho de saber. Los presentes enfoques de la humanidad apuntan en diferentes líneas, son movimientos o movilizaciones contraculturales que representan otra manera de ser en el mundo. Los economistas del mundo piensan que su aportación exclusiva para el mundo se mira desde las nociones clásicas de desarrollo. Muy a pesar se presenta el enfoque del decrecimiento como una línea diferente de entender las economías locales.
Del otro lado están las sociedades indígenas latinoamericanas que reivindican la interpretación del Buen Vivir como las formas de vida apropiadas para todo ser humano, que se instaura en su vida e incluso en su Carta Magna. Se trata de reconocen los valores ancestrales y el reconocimiento de la tradición indígena como maneras importantes de ser en el mundo.
Desde esta dramática situación humana se relacionan con el tiempo los “movimientos slow” que apuntan en dirección contraria al ser en el tiempo, configurado desde siempre. Es la oposición a Cronos. Es la ruptura adecuada de las formas naturales de las sociedades modernas que en el afán no viven apropiadamente.
Esta búsqueda adecuada de caminos para llegar al mismo ejercicio vital parece ser un obstáculo, pero que se convierten en formas legítimas de accionar en el mundo. Por medio de estas tres lecturas es que se puede entender un modelo de tres patas, como cambio de paradigma de las formas clásicas y tradicionales del entender lo habitual y la situación vital.
Lo más contracultural sería una silla o mesa de tres patas, algún ingenuo pensaría que está condenada al desequilibrio. Sin embargo es una ruptura con el modelo paradigmático clásico o tradicional. Lo mismo que una forma donde se es feliz desde la elementalidad, como un ser en la vida, y el concepto de decrecimiento como la búsqueda de la verdadera felicidad, al margen del capitalismo hostil. Se entiende que es mejor tener un “Buen Vivir en el corazón del sentir de las culturas ancestrales latinoamericanas o una propuesta de ser en la tradición del Convivir y por último un modelo de silla que rompe con el tiempo, augura la pausa y la reflexión como un ser en el tiempo.
“No se trata de ponerle corsé a la gorda economía y de ponerla a dieta de naturaleza para evitarle un infarto por obesidad. Se trata de cambiarle el organismo, de pasar de la economía mecanizada y robotizada –de una economía artificial y contra natura–, a generar una economía ecológica y socialmente sustentable”. ( Leff, E, 2008, pg. 84)
Decrecimiento o ser en la vida:
El planteamiento del decrecimiento surge ante “el fracaso del propósito de desmaterializar la producción, el proyecto impulsado por el Instituto Wuppertal que pretendía reducir por 4 y hasta 10 veces los insumos de naturaleza por unidad de producto. Resurge así el hecho incontrovertible de que el proceso económico globalizado es insustentable; que la ecoeficiencia no resuelve el problema de una economía en perpetuo crecimiento en un mundo de recursos finitos, porque la degradación entrópica es ineluctable e irreversible”. (Roegen, 2008). Una manera de reaccionar frente al fracaso de los esfuerzos por detener el calentamiento global. (Leff, 2008, pg.83)
Se trata de un planteamiento contracultural de un concepto desarrollista del crecimiento planteado por la modernidad, a la manera interpretativa de la globalización y las leyes del mercado, manifestadas en postulados teóricos sobre el desarrollo de los pueblos. De algún modo son oposiciones a esos modelos tradicionales que se han plantado en la mente de los individuos. Surgen de legítimas experiencias comprensivas de la realidad que responden inicialmente a cambios de rumbo en el mundo local. Una dualidad entre la visión del escritorio y la visión de la realidad. Un ejemplo de esto es la experiencia de Serge Latouche en su periplo en Laos. El convive como economista en una población que descubre felices, sembrando arroz, sin importarles mucho lo que pase más allá de sus cultivos, sin preocuparse por las leyes de especulación o las tendencias de la economía mundial. Contrasta de esa manera la tensión que existe sobre la base de crecimiento y del desarrollo que proponen los Estados a sus pueblos. Todo porque viven en función de unos bienestares colectivos (Cfr. Di Donato, 2009)
No solo es oposición, sino que es la reflexión-acción que permite responder a: ¿Cómo pueden las sociedades sobrevivir al efecto de desarrollo al que se han visto abocados en los últimos tiempos? ¿Son los excluidos los que se autoorganizan y sobreviven fuera del sistema económico? ¿Cómo los pueblos son capaces de encontrar “buscavidas” llenos de creatividad y capaces de autoorganizarse a todos los niveles: social, imaginario y técnico? (Cfr. Di Donato, 2009). Porque en África con menos del 2% del PIB mundial, se da una extraordinaria capacidad para producir felicidad, que en los países con desarrollo sería capaces de fabricar. (Cfr. Di Donato, 2009)
En el 2014 en una conferencia en la Universidad de Barcelona, “Idees per desfer el creixement i desfer el món”, organizadas por la Entesa, Latouche expresó: “que el crecimiento como tal se ha devorado la economía, porque se pasa de una sociedad con crecimiento a una sociedad de crecimiento”; y esto invierte la premisas donde se da una dictadura del mercado qué los gobiernos no pueden decidir. (Cfr. Latouche, 2014) Porque como “comemos demasiada carne, demasiadas grasas, demasiadas de todo…hace falta ser loco o quizás economista por creer que el crecimiento puede ser indefinido con un planeta con recursos limitados” (Latouche, 2014).
Es un llamado al decrecimiento como una crítica reactiva de comportamientos humanos desbalanceados, resistencia al poder opresivo, destructivo, desigual e injusto (Leff, 2008, pg.83). Entra en pugna con manifestaciones, creencias, gustos porque es unos estilos alternativos de vida. Es una de conciencia sobre un proceso que se ha instaurado en el corazón del proceso civilizatorio que atenta contra la vida del planeta vivo y la calidad de la vida humana. (Cfr. Enrique Leff, 2008)
Buen Vivir o ser en la tradición
El concepto del Buen Vivir llega desde un lugar de resistencia a los postulados del neoliberalismo y al concepto clásico del desarrollo (Cfr. Acosta, 2010, pg. 7). Su caracterización se entiende como una idea con licencia de construcción a nivel mundial y un experimento en sociedades marcadamente indígenas como Bolivia y en Ecuador. (Cfr. Eduardo G. y Alberto A., 2011, pg. 105) Está conectado con el conocimiento, el reconocimiento social y cultural, los códigos de conductas éticas e incluso espirituales en la relación con la sociedad y la Naturaleza. Son los valores humanos y la profunda visión de futuro. Por eso aparece como una categoría en la filosofía de vida de las sociedades indígenas ancestrales. (Cfr. Acosta, 2010, pg. 10)
Al desdoblarse en las constituciones de Bolivia y Ecuador, darles relevancia y valorar los saberes de las culturales indígenas, se obliga a mirar de cara al valor de la vida. Son las organizaciones de los pueblos indígenas y el mundo académico en general los que buscan el respeto al buen vivir, la disolución de la idea del progreso, la medición del progreso y el bienestar. (Cfr. Acosta, 2010, pg. 9). Es un espacio ganado por sectores político-partidistas de sus culturas ancestrales las hicieron posible un espíritu afín orientado a descolonizar el pensamiento propio y romper con las cadenas que mantenían esos saberes subordinados, (Cfr. Acosta, 2010, pg. 9)
En la cosmovisión indígena no hay el concepto de desarrollo, por esto se trata de invocar y obedecer a la recuperación del saber indígena y las vivencias que reaccionaron en contra del desarrollo. Claro, rompen el paradigma central de occidente con su idea de progreso por encima de la felicidad y el equilibrio con la naturaleza. De alguna manera es una positiva inspiración que se matiza como alternativas de vida, y como luchas popular, particularmente indígena, que buscan cambiar de fondo la sociedad, la economía, la política y su relación con la tierra sagrada. (Cfr. Acosta, 2010, pg. 11).
En el caso de Bolivia, la idea de la “vida buena” o “vivir bien” fue reivindicada por líderes indígenas, militantes e intelectuales. El concepto está asociado a vocablos de lengua aymara. Suma qamaña: «suma», "plenitud", "excelente", "bien" y «qamaña», "vivir", "estar siendo", "convivir". Suma qamaña hace referencia a la buena vida, en el sentido moral de vida correcta o vivir bien. (Cfr. Huanacuni, F, 2010, pg. 15). Sin embargo, este tipo de expresiones son muy recientes, reconociéndose que el suma qamaña es una creación de pocos años atrás por parte de intelectuales aymaras, ya que no es parte del “lenguaje cotidiano o las representaciones locales” de esas comunidades (Uzeda, 2009).
ARTÍCULO 8º. I. El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble). II. El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien.( Constitución política del estado de Plurinacional de Bolivia, 2007, Art 8.)
Sin embargo, esto representa uno de los aspectos positivos de la construcción de ese concepto por varias razones. Por un lado, ésos y otros ejemplos muestran que está en marcha un diálogo con las tradiciones culturales indígenas, y que ellas pueden crear o re-crear nuevas conceptualizaciones adaptadas a las circunstancias actuales. (Eduardo G. y Alberto A., 2010, pg. 8)
Esto no es un simple regreso a las ideas de un pasado lejano. Por otro lado, en ese diálogo también intervienen algunas tradiciones occidentales que han cuestionado distintos presupuestos de la modernidad dominante. Entre ellas se encuentran posturas éticas alternativas, donde se reconocen los Derechos de la Naturaleza, los aportes del feminismo como reacción a la dominación de base patriarcal, y las nuevas conceptualizaciones en áreas como la justicia y el bienestar humano. Por ejemplo, René Ramírez (2010) y citado en el texto “El buen vivir o la disolución de la idea del progreso”, como ministro de Planificación de Ecuador, habla del Buen Vivir como:
“la consecución del florecimiento de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas”, presuponiendo que las “libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno –visto como un ser humano universal y particular a la vez– valora como objetivo de vida deseable, tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un otro”. (Cfr. Eduardo G. y Alberto A., 2011, pg. 106)
La nueva Constitución de Ecuador (2008) se desprende esta idea que incluye una variedad de “Derechos del Buen Vivir”, tales como a la alimentación, ambiente sano, agua, comunicación, educación, vivienda, salud, energía, etcétera. Por ejemplo, sobre el “ambiente sano”:
Art. 14.- Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak kawsay. Se declara de interés público la preservación del ambiente, la conservación de los ecosistemas, la biodiversidad y la integridad del patrimonio genético del país, la prevención del daño ambiental y la recuperación de los espacios naturales degradados.(Constitución de la República del Ecuador, 2008)
Movimiento Slow o ser en el tiempo.
Slow es un adjetivo contrario a fast en lengua inglesa. Slow es despacio, lento. Como movimiento surge en Europa en la Plaza de España en Roma (Italia) en 1986. Debido a una actitud contestataria del periodista Carlo Petrini cuando se encontró en un restaurante de la cadena multinacional Mc Donalds, y considero que ese restaurante afectaba sus límites de lo aceptable y predijo los peligros que se cernían sobre este tipo de hábitos alimentarios que sugerían imitar comportamientos americanos. Con ello fundo la semilla del movimiento Slow Food. (Donato, 2009, pg. 184). Este movimiento Slow food defiende: “…el uso de productos de temporada, frescos y locales; recetas transmitidas a través de las generaciones; una agricultura sostenible, cenar despacio con la familia y los amigos” (Honoré, 2008, pg. .57)
Los objetivos del movimientos Slow es mostrar la posibilidad de llevar una vida plena y desacelerada, “promueve la conciencia de cómo los seres humanos invierten su tiempo, propone un equilibrio en el empleo del tiempo entre las obligaciones laborales y el resto de las tareas diarias, permitiéndose el disfrute de actividades tales como saborear una comida o dar un paseo, haciendo que cada individuo pueda controlar y adueñarse de su existencia”. (RES. Movimiento Slow: haz menos, lentamente en 18 Marzo, 2013). “La filosofía del más despacio apuesta por un modelo lento, más humano y con una lógica racional que no responda a las necesidades del sistema en el que vivimos”. (Vincet, 2012). El movimiento Slow, lucha contra la idea del afán en la que todas las personas están sometidas al tiempo y a la exactitud de este. Se trata de no permitir que el cronometro controle la existencia (RES. Movimiento Slow, 2013).
Esta conclusión de tres patas pretende romper también la concepción de vida estática y buscar la tranquilidad, el buen vivir y el disfrute del tiempo como formas apropiadas de ver el mundo y de vivir en el mundo. Contraculturales y en algún sentido procesos de descolonización del ser en el mundo. Rompen concepciones académicas anquilosadas en repisas que usualmente restringen la manera interpretativa de vivir. Romper condicionamientos augura posibilidades para mejorar las condiciones y calidad de vida.
Al no ser estáticas estas tres patas posibilitan un ejercicio interesante de concepción de vida de modo dinámico. Por eso siempre responden a intereses propios de los seres humanos que buscan adaptarse a las posibilidades de vida en su mundo local. Aceptar instrumentalmente nociones o lecciones de sociedad sin pensarse, es morir lentamente. A primera vista parecieran que no corresponden a la idea de mundo que requiere construirse, pero luego de comprenderlas son un llamado a considerarlas para buscar el equilibrio de un mundo que requiere cambios en la noción de vivir adecuadamente en el planeta. Es un reclamo serio al cambio de paradigmas.
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