Un Peligroso Cambio de Rumbo de la Economía Argentina

Un Peligroso Cambio de Rumbo de la Economía Argentina

Parece que la cuestión ya no viene  por el lado de ir más rápido o “en ralenti”.  Ahora el eje de la discusión gira en torno a  la  naturaleza  de los anuncios económicos y a una gestión  cuestionable en varios frentes sensibles, como el monetario, el fiscal y el de los servicios públicos.

El pésimo diseño del programa monetario,  el seguro incumplimiento de las metas fiscales  y  un ajuste  de tarifas de servicios públicos hecho y emparchado a la bartola han puesto en una situación complicada los objetivos originales que el gobierno se había fijado en temas tan vitales como la inflación, las inversiones productivas y el nivel de actividad económica.

Pareciera que todos los días se toman decisiones de política económica sin un programa consistente que las oriente.  Casi todas se refieren a más gastos, financiamiento con emisión de deuda y moneda y blanqueo de capitales y poco o nada respecto de reformas estructurales para mejorar la competitividad y el desarrollo económico a largo plazo.

El gobierno confía en exceso en el manejo de las expectativas, un instrumento muy volátil y demasiado cercano a la idea de  gestionar montado en un nuevo relato. Por otra parte, la respuesta de los inversores no especulativos, un sector informado y racional, ha demostrado que está bastante lejos todavía de los deseos y necesidades del gobierno. Los dólares no llegan ni se anuncian en cantidad y oportunidad de la manera que el Ejecutivo hubiera querido.

La contracara de estas “ilusiones necesarias” son las consecuencias de esta batería  de medidas que ya aparecen escena: complicaciones para hacer a converger la inflación hacia niveles mínimamente razonables, fuertes dstorsiones de precios relativos que no logran corregirse, recursos financieros que masivamente se movilizan hacia un ambiente especulativo y cortoplacista, tensiones sociales por la pérdida de poder adquisitivo y una enorme barrera que se está levantando para recuperar la actividad industrial, la inversión privada y la competitividad.  

Sería una desgracia que la agenda que inspiró importantes correcciones realizadas en las primeras semanas de gobierno (arreglo de deuda externa, corrección de retenciones, eliminación del cepo cambiario) se arruine por un nuevo contexto de política general que la contradice en intención y efectos. Será que, en apenas seis meses de gestión, la sombra de las  elecciones de medio término  está llevando al Gobierno a girar hacia un programa más Nac & Pop?

A diferencia de otros momentos de la historia reciente, las críticas están floreciendo desde sectores que tienen los mejores deseos que a este gobierno le vaya bien. Son vastos sectores que esperan que, tal como se prometió en la campaña, los desafíos se enfrenten con decisión y con un programa consistente y bien coordinado. Nadie bien intencionado quisiera ver a esta Administración tentada con elaborar un nuevo relato, para consumo masivo y con fines puramente electorales. Nadie bien intencionado quisiera que, una vez más, nos perdamos una gran oportunidad.

Claudio Oliveira

 

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