Un pequeño paso para ti, un gran paso para tu futuro profesional
“Link”, “Inmail”, “Pulse”, “Profile Rank”, “Networking”, “Sign in”, “Updates”, “Slide Share” “Premium Account”, “Endorsements”, “Followers”, “Summary”, etc. ¿Te sientes familiarizado con estas palabras? ¿O aún hoy te suenan a chino? ¿Y qué tal si subimos un nivel más y hablamos de símbolos como “@”o “#”?
No voy a negar que si eres de los que son capaces de “hablar ese idioma” sería una enorme satisfacción para mí, porque significaría que vas por el buen camino. No obstante, yo hoy quiero dirigirme a todos aquéllos que aún hoy se resisten y deciden “hacer oídos sordos” cuando se enfrentan a estos términos (y yo te aseguro que esto habrá ocurrido en más de una, de dos o de tres ocasiones). ¿Y sabes cómo voy a captar tu atención? Nada más y nada menos que contándote mi propia experiencia con Linkedin y cómo, con el tiempo, descubrí que el resultado no me trajo nada más que ventajas a nivel personal, pero, sobre todo, a nivel profesional.
La primera vez que me hablaron de la red fue hace seis años aproximadamente. Empezaba a introducirme en el mercado laboral y, trabajando en el sector de Recursos Humanos, era una palabra que, tarde o temprano, iba a llegar a mí. Como cualquier persona, investigué por Google y pude ver que se trataba de una red profesional que te daba la oportunidad de crear un perfil en el que iba a venir detallada toda tu trayectoria laboral.
Supongo que a todos nos ha pasado, pero el primer miedo al que me enfrenté fue el hecho de que éste iba a ser visible y totalmente accesible para quien tuviera la curiosidad de acceder a él. Preguntas como: ¿A quién le va a interesar mi perfil si apenas tengo experiencia laboral?; si sólo he hecho prácticas y becas de colaboración en empresas, ¿cómo voy a presentar esa información? Y sobre todo, ¿no es una red profesional para directivos? Aun así, no dudé en darle una oportunidad (ya que he de reconocer que las referencias que me habían llegado de la red no podían ser mejores).
Inicialmente creé un perfil sencillo, con escasa información sobre mi carrera profesional (no voy a negar que antes quería constatar cómo ésta iba a ser presentada al público). Lo que pude descubrir es que la plataforma era muy poco intuitiva. Me resultaba especialmente difícil localizar los diferentes apartados y, sobre todo, entender la conexión entre las diversas secciones que se presentaban en la red. Estuve mucho tiempo con el perfil creado, pensando que con eso era suficiente (debía de pensar que las oportunidades laborales iban a llegar por sí solas sin mover un dedo).
Tiempo más tarde, me convencieron de que mi misión era ampliar la red de contactos y que, para ello, debía enviar solicitudes a conectar. Otra vez un mar de incertidumbre invadía mi mente y ese miedo volvía a apoderarse de mí: ¿cómo voy a agregar a gente que no conozco? Pero, una vez más, no perdía nada por intentarlo y comencé a enviar solicitudes a todos aquellos profesionales que, por lo que fuera, podían aportarme algo. Inmediatamente, pude comprobar que la reacción y el feedback de estos profesionales eran realmente buenos. Eso vino unido a mi progresiva motivación por querer mejorar mi perfil y darle a éste una imagen más profesional. Pronto y sin darme cuenta, las palabras “marca personal” y “reputación digital”empezaban a brotar y, sorprendida de mí misma, ya nadie tenía que convencerme de entenderlas, sino que, de manera espontánea, comenzaban a formar parte de mi vocabulario.
Dejando a un lado las ventajas que la red me ofrece en el día a día de mi trabajo a la hora de llevar a cabo la búsqueda de directivos, puedo decir que pronto mi red superó los quinientos contactos. A partir de ahí, nada podía ir a peor.
Yo soy de las que pienso que con la constancia y la perseverancia se llega a cualquier parte. Y fue realmente eso lo que me ocurrió con Linkedin. A base de acceder a la plataforma, me familiaricé con los diferentes apartados y, a través del famoso “ensayo-error”, pude conocer realmente cuál era la finalidad de cada una de las áreas. Y en ese momento, me di cuenta de que la red me ofrecía muchas más ventajas que una simple red de contactos:
- Me da la oportunidad de formar parte de grupos en los que se generan debates y foros de discusión sobre temas de interés para mí. Me permite comentar, compartir, preguntar, responder y, en definitiva, estar al día y aprender sobre la temática tratada.
- Me permite estar al tanto de próximos eventos (cursos, seminarios, conferencias, etc.) del sector al que pertenezco.
- Incrementa mis conocimientos a través de artículos de interés respecto al mercado profesional que publican profesionales a los que yo admiro.
- De forma inconsciente, me mantengo actualizada y conozco qué personas ocupan los puestos directivos de mis compañías objetivo. Es posible que tenga la oportunidad de conocerles algún día y qué mejor que estar al tanto de sus trayectorias profesionales.
- Es una vía fácil y accesible para venderme como profesional e incrementar mi visibilidad a través de la red.
- Me da la opción de conocer qué profesionales han visitado mi perfil, lo cual no deja de ser un punto de partida para iniciar una relación profesional con ellos. Además, me permite estar al tanto del tipo de empresas que pueden estar interesadas en mí como generador de valor.
- Me permite gestionar mi marca personal de una forma fácil y al alcance de todos.
En definitiva, Linkedin ha conseguido que me enganche. Créeme cuando te digo que una vez que empiezas, no puedes parar, ya que cuando disfrutas de todas las ventajas antes mencionadas, te das cuenta de la cantidad de beneficios colaterales que la red puede ofrecerte. En definitiva, oportunidades de negocio.
Y para finalizar, me gustaría reflexionar con vosotros sobre lo siguiente: ¿Son los tiempos los que nos obligan a adaptarnos a las nuevas tecnologías y, en consecuencia, a las redes sociales o existe realmente una necesidad por nuestra parte de hacer uso de ellas para conseguir nuestros objetivos profesionales?
Éste artículo ha sido publicado originalmente en La Nueva Ruta del Empleo. Te invito a que leas éste y otros artículos en este enlace.
Opinions are on my own, mis opiniones solo me representan a mi.
8 añosLinkedin es una gran herramienta y da un plano de igualdad, ves a quién te mira, y ahora que parece ha perdido el elitismo inicial de que las personas no te aceptaban por no conocerte(la gracias es incorporar nuevas personas) es una herramienta aún más imprescindible.