Un trabajo decente
Un trabajo decente
Renato Espinoza Andrade
La globalización, tecnología y comunicación han llevado a muchas industria a revolucionar y adaptar sus sistemas a las innovaciones que constantemente el mercado ofrece. Mucho se ha leído sobre capacidad de la inteligencia artificial para tomar y “quitar” el trabajo a muchos seres humanos, claro está que mucho medios han adornado estos datos para viralizarlos, pero, realmente ¿Nos quedaremos sin trabajo por las genialidades actuales?
Pues bien es cierto que hoy podemos encontrar a precios razonables, pero razonablemente costosos, un sinfín de artilugios gastronómicos capaces de hacer las tareas sencillas e incluso complicadas dentro de las cocinas, ellas no se agotan, no toman descansos y mucho menos faltan por enfermedad. Es fácil encontrar, hoy en día, un robot de cocina o horno inteligentes dentro de aquellas cocina nuevas y vanguardistas, que sin duda son fascinantes y ahorran mucho tiempo dentro del trabajo. Cual cocinero experimentado pueden cocinar filetes a un perfecto término medio o preparar cremas con la habilidad de un pastelero. ¡Es nuestro final!
Pues en mi opinión no. La cocina es una parte muy importante y sobre todo representativa de la gastronomía, pero ¿es realmente la gastronomía un filete bien cocinado gastronomía? Mi respuesta: si y no. Un gran filete es un deleite que lleva años de práctica dominar y es importante no por la técnica, sino por la historia de una pieza de alimento que ha sido refinado a tal punto de satisfacer los paladares más quisquillosos, pero no representa a la gastronomía, porque ésta es cultura, costumbres e historia.
La comida no ha diferenciado de los demás animales como seres pensantes, la agricultura nos ha permitido aguantar los climas más extremos que han extinguido a muchas especies, el vino ha coadyuvado a los pensantes de la antigüedad a sentar las bases de lo que hay conocemos como medicina, matemática y física, y la cultura nos hace humanos.
Pues si, una máquina siempre podrá cortar cebolla más rápido, más perfecto y barato que yo, cocinero. Pero la gran verdad es la máquinas no pueden, al menos por ahora, visitar su mercado favorito, oler y sentir los ingredientes para tomar inspiración para platillos que mejoraran el día de muchas personas que se sientan, alrededor del mundo, a disfrutar un plato.
¿Estamos condenados a perder nuestro preciado trabajo? Si.
Si lo haremos sino empezamos a cambiar las costumbres de la cultura del trabajo en el área gastronomía a nivel mundial. Dejemos por un segundo el cuchillo para leer sobre cultura universal, manejo higiénico de los alimentos, administración y calidad para dejar de trabajar jornadas maratónicas por un salario mínimo. La profesionalización de la industria es ahora necesaria, ya que, mi robot de cocina cortará las cebollas más rápido.
Referencias