Un viejo debate
No es casual que muchos colegas "consagrados" subestimen las redes sociales. Con la aparición del “periodismo 3.0”, la mayoría de esos colegas perdieron una de las cacterísticas de la noticia: "la primicia", “la novedad”, “la impronta”. De ahí la desacreditación constante a los periodistas que utilizan esta nueva herramienta, porque lo que publican luego en sus medios convencionales, queda viejo.
Lo obvio: Hay colegas buenos y malos, tanto en medios tradicionales como en los digitales. No depende del soporte que uno utilice, siempre obedece a la correcta verificación de las fuentes y la veracidad de las mismas.
Esa resistencia hacia el uso de las redes sociales como medio de información, es la obstinación histórica que tiene el hombre y la mujer, a la aparición de “lo nuevo”, que está relacionado a los viejos debates de la humanidad de “género y formato” a lo largo de la historia.
Pero en esos colegas “consagrados” hay algo más: Se resisten a ceder los privilegios que en muchos casos supieron ganar y en otros les fue dado, y ponen como argumento principal la veracidad de las redes sociales y no de quienes publican en ellas.
Lo cierto es que para los que amamos esta profesión, la primicia es sólo uno de los puntos relevantes de lo que publicamos, lo demás es el análisis, la investigación, y la forma de contarlo. Y por qué no, de difundir un tema para encontrar una solución al mismo.
Perdón, me pongo colorado cuando digo algo que tendría que resultar evidente, pero me remito a la frase que le adjudican a Bertolt Brecht: "Que tiempos serán los que vivimos, que hay que defender lo obvio”.