Una aliada de los líderes

Oratoria y liderazgo son dos herramientas de comunicación que caminan en paralelo apoyándose una con la otra. Es que dominar el arte de habla en público le permite al líder no sólo transmitir sus propias ideas, sino también las de los demás. Y hacerlo de forma fluida y clara, y conseguir persuadir a quienes lo escuchan es una de las habilidades claves del liderazgo, vital para impulsar el cambio. Por lo tanto, usar eficientemente esta herramienta les permite a los ejecutivos alcanzar mayor empatía e identificación con sus colaboradores, además de realizar un mejor manejo de grupos. Es que la oratoria, aplicada a un plan de acción es una magnífica herramienta para la gestión de las ideas.  

Warren Buffett, empresario estadounidense, considerado uno de los más grandes inversores del mundo, dijo una vez a los estudiantes de negocios de la Universidad de Columbia que hablar bien en público “es la habilidad más valiosa que se puede cultivar para el éxito en la vida profesional”. Y agregó: “Puedes mejorar tu valor como persona en un 50 por ciento con sólo saber expresar tus ideas en público”. 

Por su parte, la Association of American Universities (AAU) sostiene que “Uno de los valores más importantes para progresar en la actividad profesional, es la habilidad para poder comunicarse”. A lo que sumaría también la reflexión del recordado profesor de management Peter Drucker, cuando sostuvo que “el 60% de los problemas empresariales son consecuencia de una mala comunicación”. 

¿Hace falta citar a más intelectuales o prestigiosos hombres de negocios para entender por qué es importante hablar bien en público y cuáles son los beneficios que la oratoria puede aportarle a un líder? Hay pocas cosas que hagan a un líder más visible en una organización que la capacidad de expresar sus ideas delante de un grupo de personas. Es que de nada sirve ser inteligente si no lo puede demostrar cuando le toca hablar. Como bien señala Begoña Serra en su artículo El líder que no sabía comunicar: “Está claro que todos sabemos hablar, pero muy pocos saben comunicar de la misma manera que todos oímos pero sólo unos pocos saben escuchar de manera activa. Y la clave de un buen líder está en saber comunicar y escuchar las opiniones, necesidades y problemas de los miembros de su equipo”. 

Hoy en las organizaciones a los líderes no sólo se las valora por lo que saben, sino también por las cualidades comunicativas que poseen: por lo que dicen y cómo lo dicen. Lo bueno está en que la habilidad para comunicarse es algo que se aprende y se desarrolla mediante un entrenamiento específico, como cualquier otra destreza humana. Y el líder tiene la obligación de cultivar ese conocimiento, porque con el nivel de exigencia que hay en el ámbito profesional, resulta imperdonable no saber expresarse bien ante los demás. No existen excusas para no hacerlo, porque hablar en público ya ha dejado de ser una cuestión de conferencistas para convertirse en una herramienta del management moderno. 

En este contexto es fundamental la creatividad del líder y saber mostrarse, porque ya no alcanza solo con ser talentoso. También se requiere de actitud, porque éste es el valor más importante del talento, y una apoyada en la otra constituye una herramienta de comunicación sumamente poderosa. Por eso ya no alcanza sólo con el talento. Pero cuidado: no se trata de talento o actitud, sino de talento y actitud. 

Qué duda cabe que la oratoria es el instrumento que más puede ayudarle a un líder en el desafío de comunicar bien sus ideas. Tan cierto como eso es que toda la teoría del mundo sobre oratoria no le servirá de nada si no la pone en práctica día a día. 

¿Has pensado alguna vez en los beneficios que le puede brindar a un ejecutivo en su labor profesional la habilidad de expresar bien sus ideas frente a un grupo de personas? Es mucho lo que un buen líder tiene por ganar en este campo, porque aprender a hablar en público es una magnífica herramienta de superación personal y desarrollo profesional.  

Si hay algo que queda claro, sobre todo en estos dos últimos años, es que si los líderes no hacen las cosas diferentes, sobre todo en un mercado tan globalizado y competitivo como el que les toca desenvolverse todos los días, no lograrán destacarse. Y estoy seguro que los buenos líderes no han venido a este mundo para ser uno más. Porque si son uno más, son uno menos. 

¡Ánimo!

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Que tengas un buen día 😊