Una crisis sobre otra crisis.

Una crisis sobre otra crisis.

¿En qué terminará?


Hasta fines del 2019 Chile mantenía su imagen estable, sólida y consolidada, una economía reluciente en el ámbito internacional y un destino habitual para inmigran- tes en búsqueda de nuevas oportunidades. Sin embargo, por debajo de esta solidez se venía gestando una serie de acontecimientos que en un corto plazo serían capaces de poner en jaque esta reputación.

En octubre 2019 en Chile, se desató una revolución social que en pocos días tuvo un alcance mediático inesperado, protestas que terminaron en cuestionados desmanes y que se fueron intensificado hasta llegar a generar una especie de inestabilidad e incertidumbre, cuestionando la imagen nacional e internacional del país. Tanto a nivel legislativo como ejecutivo se comenzó a trabajar en una serie de leyes con carácter de urgencia. Dentro de ese contexto y junto a que las presiones sociales no decaían, es que nace el planteamiento de una nueva constitución, la que genera muchas expectativas a la ciudadanía. Finalmente se programa un plesbiscto para abril del 2020 donde se votaría a favor o en contra de una nueva carta social.

En marzo de 2020, en pleno movimiento social y preparando el plesbicito para el cambio constitucional, apareció el primer caso de coronavirus COVID-19 en el país. Una enfermedad que en Asia y Europa desde hace algunos meses venía generando estragos en la salud pública y obligando a tomar medidas de confiamiento estrictas. Se inició un toque de queda, cuarentenas parcia- les por comunas, se generaronn leyes de suspensión laboral y se plantearon modelos de ingresos familiares como parte de la ayuda estatal.

Aunque se preparó el sistema de salud, unificándolo en público-privado, implementando los servicios de urgencia, abastenciéndolos con ventiladores mecánicos y tomando un sin fin de medidas de confinamiento social, Chile se instala inevitablemente dentro de los países con índice de contagios más altos del mundo, llegando en la actualidad a superar ampliamente los 3.000 fallecidos por COVID-19.

Las empresas y el país se ven muy afectados por cifras históricas de baja producción, desempleo y pobreza. Las cifras de gobierno son cuestionadas por los medios y la ciudadanía. Los contagios y las muertes siguen aumentan- do y el sistema de salud se ve ampliamante colapsado. La cuidadanía reclama que no tiene qué comer y debe salir a las calles desatándose una situación caótica y a veces incontrolable, donde la crisis sólo se acentúa.

Ya van ocho meses del inicio de una crisis social, que se agudizó sumándose una crisis sanitaria mundial y que hoy se está volviendo crónica. Una revolución social que sonó muy fuerte y se vió sobrepasada por una pandemia mundial que deja estragos sociales y económicos que no se veían desde la Segunda Guerra Mundial. Algunos expertos hablan incluso de una caída de hasta un 4,6% en el PIB para el 2022, pero siempre dependiendo de las políticas económicas que se puedan aplicar y de cómo y cuándo se pueda reactivar la economia mundial de acuerdo al desarrollo de esta pandemia, que hoy por hoy no tiene buen prospecto, al menos hasta que se encuentre alguna vacuna.... Incluso después, si se llegara a superar esta crisis ¿Cómo nos repondremos frente al fantasma de la nueva constitución? Sería como comenzar desde cero.

Es difícil hablar con propiedad sobre lo que ocurrirá y lo que pueda suceder en las distintas áreas de este país. Pero si debiese ser con un enfoque esperanzador y teniendo en cuenta que “crisis” significa “oportunidad”, justo ahí tal vez se puedan encontrar respuestas. Hay empresas que han visualizado oportunidades y se han sabido reinventar de manera rápida, eficiente y sobre la marcha; aunque también hay otras que solamente están manteniéndose a flote con la esperanza de no naufragar de manera estrepitosa como ya le ha ocurrido a muchas otras.

Hoy tenemos un nuevo escenario, diametralmente distinto a la realidad que se conocía hace exactamente un año atrás, hoy el gobierno, las empresas, los académicos, los ciudadanos. Todos debemos re-conocer las variantes y los elementos que nos enmarcan. Una crisis sobre otra crisis donde algunas empresas, personas y políticos se han podido reinventar y deberían estar conscientes del valor que tienen. Las cosas ya no son iguales y tampoco lo serán, si de algo estamos más seguros que nunca, es que los cambios serán constantes. Las empresas cambiarán, los usuarios y consumidores también cambiarán; entonces, en una futura nueva normalidad ¿Sabremos leerlos para brindarles lo que requieren de forma satisfactoria?

Una crisis sobre otra crisis, genera miedo, cambios y mucha incertidumbre. ¿Podremos controlar la epidemia? ¿Cómo será el mundo en el futuro? ¿Se lograrán adaptar las empresas a estos cambios? ¿Se podrá trabajar en una nueva constitución? Éstas y muchas otras interrogantes son las que nos apremian hoy a millones de personas en Chile y todo el mundo. Una crisis sobre otra crisis ¿En qué terminará?


Rodrigo Carrasco F. | Estratega en Branding Comunicacional

Jesús Blasco V. | Estratega en Marketing Comercial

Jesús Patricio Blasco Valencia

Gerente | Desarrollo Comercial | Marketing Estratégico | Sostenibilidad | Liderazgo

4 años

Vivimos elecciones y se aprobó el Plebiscito con Convención Constitucional, pese a los grandes problemas que vivía el país, se llevaron a cabo las elecciones de manera ejemplar y con una participación tan alta que no se recordaba de los últimos comicios. Chile celebró algo así como su “Nueva independencia”. Ahora sólo queda esperar que se conforme el proceso y todo sea beneficioso. Por otra parte, promete la aparición pronta para uso de la vacuna y finalización de las cuarentenas. Sin embargo, europa ya está viviendo la segunda ola de la misma, han aumentado drásticamente los casos y pareciera ser que la mortalidad esta vez es mayor. En nuestro país, se están restringiendo las medidas, involucionarlo en el plan “Paso a paso” que el Gobierno tiene en funcionamiento. Se acercan las fiestas de fin de año y crece la incertidumbre acerca de cuáles serán las restricciones sociales en ese momento. Pareciera ser que cuando se bajaron las restricciones, fue tal el relajo de la ciudadanía que poco o nada se respetaba el toque de queda y la prohibición de reuniones sociales. Aparentemente la única medida que torna su efecto es cuando se aumentan las prohibiciones.

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