Una cura para la infidelidad

Una cura para la infidelidad

Una cura para la infidelidad

En 2015 Jillian Fink presentaba una demanda de divorcio para finalizar una relación de 15 años, y tres hijos, con el actor Patrick Dempsey. El término 'diferencias irreconciliables' que esgrimió ante el juez en realidad tenía el nombre y el apellido de una joven que trabajaba con él en su productora. Un año más tarde se les volvía a ver juntos. Según el entorno de Fink, ella se encontraba en un tiempo de reflexión para comprobar si era posible rehacer lo que Dempsey había roto. La conclusión llegó en primavera, cuando compartieron unas románticas vacaciones en el Caribe.

El de Fink fue un proceso parecido al que tuvo que soportar Jennifer Lopez con el bailarín Casper Smart, aunque con un final más decepcionante. "Es fantástico, mi mejor amigo. Puedo contarle todo: cuando me encuentro mal, si me siento bien... Me da apoyo moral, amor eterno". La actriz y cantante explicaba así su relación justo antes de que trascendiera la ruptura al descubrir que Casper había vivido una aventura virtual, a través del móvil, con una transexual. Sin embargo, la pareja creyó contar con unos cimientos lo bastante sólidos como para reiniciar su amor apenas un par de meses después. El pasado agosto sufrieron una crisis definitiva por las dificultades de Casper para centrar su atención en una sola mujer. "La persona engañada tiene que pasar antes por un tiempo de curación en el que gestione el dolor y el odio generado, y en el que vea en el otro un verdadero sentimiento de culpa y un deseo de reparación", explica la doctora Campo Ruano, "no se trata de olvidar lo sucedido, sino de ser capaz de perdonar y asumirlo sin obsesionarse.

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