UNA DE ESPÍAS
Leo sin mucho entusiasmo comentarios del juicio que enfrentó esta semana al antiguo inspector de policía Villarejo y al ex director del CNI, el Centro Nacional de Investigación, Sanz Roldan. Este último había denunciado a Villarejo por calumnias, injurias y denuncia falsa. Y a mí me llamó la atención la frase,- frase lapidaria- de Villarejo al terminar la sesión. Se despidió con una máxima del KGB que dice, "pueblo de borregos se merece un gobierno de lobos. Yo no he sido borrego, ni lo voy a ser ni nadie me va a callar."
Pues a lo mejor Villarejo se refería al pueblo español. Porque en otro caso, ¿A qué venía la alusión a esta frase tan contundente?. Y si se refería a los españoles, es que también estaba convencido que los gobiernos que se han venido sucediendo a lo largo de estos años, sin distinción de colores y tendencias, eran "gobierno de lobos". Esto es "borregos" que cumplen con lo que se les ordena, sin protestar ni discutir, considerando que siempre tendrán las de perder y "lobos" que van a ocuparse del rebaño, con los medios que el poder pone a su disposición, cuidando que nadie descarríe y que nadie perturbe el ejercicio de este poder.
He de suponer que las conclusiones de Villarejo, expuestas de manera tan directa al Juzgado, venían fundamentadas tanto por sus vivencias como comisario, funcionario del Estado, como en su calidad más tarde de detective, informador o espía, porque en realidad debía reunir, en esta última dedicación profesional, gran parte de todos estos atributos.
Y alguna de estas vivencias son las que han sido objeto del procedimiento judicial en el que se trataba de dirimir si realmente Villarejo calumnió, injurió y denunció falsamente a Felix Sanz Roldan, manifestando públicamente que este último había coaccionado a la amiga del Rey, Corinna Larsen para que abandonara sus intenciones de seguir intimando con el monarca.
La fiscalía, conocidas las declaraciones como testigo de Corinna Larsen, finalmente retiró la acusación de calumnias contra el antiguo comisario. Un gol de Villarejo a Sanz.
El pueblo, "los borregos",- los que hayan leído la crónica-, tendrán la percepción,- una vez más-, que ocurren muchas cosas en las alturas de las que no se enteran. Y de que los que mandan, no quieren que se enteren. Villarejo se salió del redil para trabajar por su cuenta. Enfrentándose al aparato del Estado y utilizando además sus herramientas . Y esto no se lo van a perdonar. No sea que los, -por él, llamados "borregos" -,terminen por insubordinarse y protestar.
Y esto sería imperdonable.