Una guía para salir airoso de la crisis económica.

Un escrito de Fabio Andrés Anzola

Las noticias y el ambiente nos indican de manera pesimista que la situación en lo que queda del 2.022 y para todo el año 2.023 será de adversidad económica, se habla de recesión mundial, de reducción o decrecimiento de las producciones nacionales (PIB), de grandes devaluaciones de unas monedas respecto a otras y de inflaciones que pueden salirse de control, de caídas de balanzas comerciales, de situaciones que llevarán nuestra capacidad de adquisición y consumo a niveles mínimos que nos aterran, de desempleo, devaluación e inflación, factores que conjugados o individuales nos motivan a pensar que perderemos nuestros activos, nuestros ingresos y viviremos con austeridad propia y de los que nos rodean. ¿Cómo salir airoso, como ser optimista ante semejante panorama?.

Cualquiera que tenga estudio incluso a nivel introductorio, sobre las teorías y la historia económica, puede identificar que estas crisis se han presentado en el pasado y han generado diversos impactos, incluyendo el derrocamiento de monarquías, imperios, gobiernos, presidentes y destruido grupos económicos y también ha generado riquezas y prosperidad para algunos; las crisis económicas no son algo extraordinario, irrepetible y único, es algo que se ha presentado varias veces de manera global, de manera regional, dentro de un país, dentro de una empresa, en las familia o nos han acaecido como individuos.  

La próxima crisis tiene componentes que la pueden agravar o por lo menos nos ayudan a entender el fundamento al miedo que genera, entre esos componentes esta la inmediatez de la noticia o el rumor, que generan pesimismo y es el combustible que explota la chispa de las crisis financieras; los sobrecostos que tuvieron que llevar los gobiernos, las empresas y las familias para contrarrestar, convivir o superar la pandemia COVID-19, las conflictos nacionales e internacionales, el cambio demográfico que genera nuevas presiones en sistemas de ahorros y producción, el boom tecnológico que genera presiones de competitividad y a la vez potencial aumento de las tasas de empleo, el inocultable cambio climático y su impacto en la producción de alimentos, los enormes costos por desastres naturales, la crisis mundial de logística y disponibilidad de micro componentes en un mundo cada vez tecnológico, y otros elementos adicionales que nos justifican las preocupaciones. Entonces, ¿Cómo no preocuparse?

Ante este panorama económico, el miedo como individuos, como familias, como empresas o como países puede tener un fundamento. Ese miedo como cualquiera de esos sentimientos negativos no es adecuado para vivir o para planear, ¿Qué hacer para no tener ese sentimiento, así como para sobrepasar la crisis que viene?

El peor enemigo de una persona proviene de sí mismo: sus miedos que lo paralizan o le hacen actuar de manera poco inteligente e improvisada aumentando riesgos; aunque esto no quiere decir que todo miedo sea malo. El miedo nos debe ayudar a actuar o a movernos de manera coherente con el entorno actual y el que viene; el miedo no debe sumirnos en la tristeza y el pesimismo; el miedo no puede ser desproporcionado y pensar que llegó el apocalipsis o el final de los tiempos; esta crisis económica pasará y volverá la prosperidad para algunos pocos o para varios, dependiendo de varios temas macroeconómicos y políticos. Esta no será la última crisis financiera, y adicionalmente en toda crisis financiera existen individuos o grupos que obtienen beneficios, los dineros no desaparecerán, sino que se moverán de manera menos eficiente y equitativa, los que no tienen tendrán menos y los que tienen podrán tener opción de tener más recursos.

La manera de salir airoso tiene varias posibilidades, la primero es el optimismo que nos permita ver oportunidades en el escenario cambiante, el dinero no será de fácil acceso, las ventas no se darán fácilmente y las compras podrán ser más costosas; algunos más rápido que otros, estarán en crisis y se motivarán a hacer lo que sea por vender y eso ayudará a adquirir más barato si se encuentran a esos entes desesperados; las ventas se podrán realizar si muestran que generan ahorros y cambios positivos en flujos de caja. El optimismo entonces tiene que venir acompañado de la detección de oportunidades y aprovechamiento de ellas para vender y para comprar.

Mas que una posibilidad, algo a evitar estrictamente en este momento es el uso de crédito, los créditos siempre se pueden acceder, ahora por las medidas de los diversos gobiernos y bancos, los créditos están a tasas muy costosas y son tasas variables que seguirán subiendo. Si usted piensa que el crédito es su solución es porque no tiene los recursos para la adquisición del bien o servicio que desea, el realizar la adquisición mediante crédito se involucra en una espiral de pobreza, porque sino lo pudo adquirir ahora, pagarlo mas adelante al mismo costo incrementado por el costo del crédito es una utopía. Sino tiene el dinero para adquirirlo, no lo adquiera; casi todo puede dar espera, así no lo crea.  Si va a utilizar tarjetas de crédito que sean como medio de pago y no como mecanismo de financiación.

Otra posibilidad es la utilización de ahorro, pero precisamente la gente o las entidades que no tienen ahorros, ¿cómo pueden usar lo que no tienen?, los ahorros no es algo del pasado que se usa en crisis o en el futuro, los ahorros son algo del presente para el futuro, eso se tiene que entender incluso en época de austeridad como puede suceder con la crisis anunciada; suponga que no tiene ahorrados cien dólares que le cuesta un bien o servicio que necesita, cuando tenga esos cien dólares, debe ser de una fuente diferente al crédito entonces busque un poco más y consiga ese bien o servicio en noventa y cinco dólares, los otros cinco que ha evitado gastar tienen que volverse ahorro, no deben ser destinados a otro gasto. Si logra ahorrar el 5% o así sea el 3% de sus ingresos, prontamente podrá adquirir barato porque cuando se tiene efectivo se compra barato.

La situación más adversa que nos puede generar miedos es la perdida de ingresos por pérdida del empleo, de subsidios, de la desaparición de las ventas del producto o servicio que usted ofrece, ¿Qué hacer?, aunque suena trivial y pudiera parecer una solución inocente, lo que hay que hacer es buscar nuevos ingresos, ya sea un nuevo empleo, un empleo adicional o lograr ventas con mecanismos mas recursivos; esto no es nada fácil. Encontrar un nuevo empleo es una tarea que a veces nos parece titánica y demasiado retadora, porque no sabemos definirnos, porque estamos con miedos e inseguridades, porque no tenemos práctica en la búsqueda de un nuevo empleo.  Nada de esto debe ganarle, defina y de ser necesario redefina el valor que puede generar a un empleador, así ese empleador sea usted mismo y sin darse cuenta se vuelva un emprendedor, situación poco frecuente en épocas de crisis económicas. Venda de manera innovadora, hoy día las ventas digitales siguen dando espacio para todos, lo clave es encontrar un nicho de mercado y presentarlo de manera que cause atención, respaldado por un precio coherente para calidad y cantidad que se ofrece. Compre de manera inteligente, entre mas racional sea su adquisición la probabilidad de que sea una compra con gasto o inversión eficiente es mayor.

Por último, y aunque pudiera parecer romántico o inocuo, una forma facil de que todos salgamos rápidamente de la crisis financiera es la generosidad, los diez dólares que usted puede reajustar de su presupuesto úselos de manera dadivosa con aquel que con esas monedas pueda salir un poco de la adversidad que puede llegar por la austeridad y pesimismo. A veces una pequeña cantidad para alguno, puede ser la diferencia relevante para otro. Recuerda que se es rico no por lo que se tiene y se acumula sino por lo que se da, así que el ser generoso con los pocos recursos que tengas, sin ser descuidado en compartirlos, será la imagen y la garantía de prosperidad.

Saldremos adelante de esta crisis financiera, unos más golpeados que otros y seguramente algunos engrandecidos, depende más de la actitud, la decisión y la acción de como afrentarla, lo que es evidente es que afrentarla de manera derrotada y pesimista es el camino seguro para el fracaso y otras malas consecuencias.