UNA PERSPECTIVA ETICA EN LOS NEGOCIOS INTERNACIONALES
Basado en los estudios de Soproni, L (2009)
La RSC hace referencia a las estrategias que adoptan las corporaciones empresariales para gestionar sus negocios de forma que la ética en los negocios sea beneficiosa para la comunidad en términos de desarrollo sustentable. El concepto de RSC es de especial relevancia cuando de lo que se trata es de los negocios internacionales y de las posibles contingencias que los mismos pueden causar, sobre todo en los países en vías de desarrollo en los que las empresas realizan sus actividades de inversión. Ese se debe a que el paradigma de la globalización no conoce de límites ni de fronteras. Existen tres teorías principales que analizan este principio. Se trata de las teorías denominadas (i) utilitaria, (ii) gerencial y (iii) relacional, las cuales han sido analizadas y se soportan en las aproximaciones que, sobre ellas, han realizado distintos escolares e investigadores. Parece evidente que la colaboración entre las empresas, gobiernos y sociedad civil supone una situación de ganar/ganar para la totalidad de las partes. Desde el punto de vista social, la RSC necesita una aproximación multidisciplinar desde su punto de vista teórico, /práctico. Como sea que la concepción de RSC es compleja, conocer bien sus teorías permite a las partes interesadas disponer de una mejor aproximación a las relaciones empresa/sociedad, las cuales quedan influenciadas por diferentes aspectos económicos y no económicos, así como por factores internos y externos. Analicemos a continuación las mencionadas teorías:
Teoría utilitaria: Establece que las organizaciones empresariales se basan en la idea tradicional basada en la maximización del beneficio. La idea de gestionar políticas de RSC nace después de hacerse evidente que es necesario un grado de responsabilidad en las actividades económicas, relacionadas con la observancia de la ética empresarial. Por lo tanto, la antigua idea de "laissez faire" da paso a un modelo determinista, individualista que se basa en el control público y en el traspaso desde la responsabilidad individual a la responsabilidad social. Un sinónimo de esta teoría utilitaria lo encontramos en el concepto en el que la empresa es vista como un instrumento de creación de riqueza, mientras sus actividades sociales son una forma de maximizar la misma. También la teoría utilitaria se basa en el concepto de Friedman (1970) en el que se fomenta la inversión en la comunidad local, en la que interactúa la empresa, con la finalidad de procurar un mejor nivel de vida a sus integrantes. La teoría utilitaria se basa en gestionar estrategias para obtener ventajas competitivas. Esa última es la visión de autores como Porter and Cramer (2002) y Litz (1996), de forma que las estrategias competitivas incluyen "actividades altruistas o filantrópicas" que son utilizadas como instrumentos de marketing, que tienen por finalidad última el reconocimiento de la sociedad. Secchi (2007) divide las teorías utilitarias en dos grupos, (i) teoría de los costes sociales de las corporaciones y (ii) la idea del funcionalismo. La teoría de los costes sociales, también llamada teoría instrumental (Garriga y Melé, 2004), establece que el sistema socioeconómico en la comunidad queda influenciado por las fuerzas no económicas de las corporaciones, porque entiende la RSC como una finalidad para alcanzar un determinado fin, lo que nos lleva a la conclusión de que el "poder social" de las corporaciones se materializa en sus relaciones políticas con la sociedad. La teoría utilitaria sugiere que las corporaciones necesitan aceptar derechos y deberes sociales si quieren participar en los procesos de cooperación social. La corporación es vista como parte del sistema económico, cuyo objetivo último es la generación de riqueza, ya que la inversión que supone requiere de un retorno por parte de inversores y partes interesadas. Si analizamos esto desde un punto de vista externo, deducimos que la RSC se configura como una táctica de defensa del sistema empresarial contra ataques externos por parte de la sociedad, ya que entiende que es más beneficioso que exista un equilibrio entre la maximización del beneficio y los objetivos sociales.
Teoría gerencial: Secchi (2007) profundiza en su análisis y establece que la gerencia o dirección estratégica de las organizaciones realiza una aproximación interna a la RSC, de forma que todas las variables externas a la organización son tenidas en cuenta en el proceso de toma de decisiones. El denominado "Performance Corporativo Social" tiene como objetivo la medición de la contribución que la variable social supone para el éxito empresarial y su capacidad de generar riqueza, siendo el elemento más relevante la obtención de la fórmula que permita considerar los factores sociales y económicos de forma conjunta. Dicho performance corporativo social se puede subdividir en cinco dimensiones, que consisten en: 1- Que la RSC sea compatible con la misión vinculada a los objetivos básicos de la empresa, 2- Establecimiento de las ventajas que la RSC aporta a la corporación. 3- Medición proactiva del grado de aceptación de las políticas de RSC por parte de la demanda externa. 4- Nivel de voluntariedad que muestra la organización a la hora de implementar sus políticas de RSC. 5- Visibilidad, entendida como la respuesta ofrecida por las partes interesadas a las iniciativas de RSC. En definitiva, la teoría gerencial considera que la RSC tiene en cuenta las variables socioeconómicas para medir a las compañías y vincular las contribuciones sociales con la estrategia de negocio. Por otro lado, el modelo de reporting y auditoria social, en inglés SAAR (Social accountability, auditing and reporting), facilita que las acciones de RSC de las organizaciones sean controladas y monitoreadas, de forma que exista una mayor y mejor comunicación con las partes interesadas y repercuta en una mayor implicación de estas. En el caso de las empresas multinacionales, la RSC se configura como una herramienta de supervivencia en los países extranjeros en los que invierten. Donaldson (1989) las refiere como "agentes morales", en el sentido en que sus gestores toman decisiones teniendo en cuenta un principio moral que va más allá de la maximización del beneficio. La respuesta de las multinacionales a las contingencias que sus actividades han podido causar en los países en los que invierten han sido los "códigos de conducta", aunque se destaca como primer elemento a considerar la reputación que tengan este tipo de empresas entre las partes interesadas. Por último, la teoría gerencial está muy relacionada con las teorías políticas (Garriga y Melé, 2004) (Detomasi 2008), de forma que la RSC en los negocios afloraría en función de la cantidad de poder del que las corporaciones empresariales disponen y la creencia de que su actuación debería asimilarse a la de un ciudadano más en la sociedad, con derechos y obligaciones. En todo caso, las estrategias de las empresas quedarían vinculadas a las infraestructuras y políticas nacionales presentes en los mercados en los que operan. La teoría gerencial se integraría dentro de las teorías de Garriga y Mele (2004) en el sentido que la responsabilidad pública que se basa en procesos y políticas públicas, las cuales son la base para el desarrollo social, mientras que la RSC busca la legitimidad social, así como identificar una posición de relevancia en los problemas sociales.
Teoría relacional: Se basaría en la interrelación entre las empresas y su entorno, sobre la cual recaerían las políticas de RSC. Esta teoría se basaría en cuatro subgrupos de teorías. 1- Negocios y sociedad, lo que realmente implica "negocios en la sociedad", de forma que la RSC aflora entre la interrelación entre ambos, siendo uno de los aspectos de RSC medibles el desarrollo de los valores económicos en la sociedad. Sería también significativo la necesidad de que los empresarios consideren las repercusiones de sus decisiones en la sociedad, así como su nivel de responsabilidad social en función del grado de influencia y poder social que ostenten. 2- Aproximación a las partes interesadas, como una de las estrategias para maximizar la gestión de la sociedad, así como una forma de entender la realidad que permita el comportamiento socialmente responsable de la corporación empresarial. Se considera a la empresa como una red interconectada con diferentes intereses, donde la creación social y el comportamiento socialmente responsable suceden de forma individual y altruista. De esa forma se consolidaría la integración de demandas sociales y la voluntad de disponer de una buena sociedad, considerando las responsabilidades, entre las partes interesadas y las empresas, como fiduciarias. 3- Ciudadanía corporativa, que dependería del tipo de sociedad en la que se integra la empresa. En definitiva, la empresa debería procurar un proceso de búsqueda constante de las buenas relaciones con las partes interesadas, adaptando su comportamiento socialmente responsable a los resultantes de dicha búsqueda. 4- Teoría del contrato social, que se refiere a los aspectos fundamentales que justifiquen la moralidad en las actividades económicas, para conseguir una base de comportamiento socialmente responsable en las relaciones entre la empresa y la sociedad. Por lo tanto, la RSC se deriva de la legitimación moral que la empresa adquiere en la sociedad, lo que se basaría en el respeto a los derechos universales (UN Global Compact, 1999), y el desarrollo sostenible (WCED, 1987), ambos vinculados con los derechos humanos, laborales y protección medioambiental.
De las tres precedentes teorías podemos obtener unas conclusiones. La teoría utilitaria se configura como simplificada en sus perspectivas desde el punto de vista individual y mecánica desde el punto de vista de las corporaciones empresariales. La teoría gerencial está organizacionalmente orientada y se configura como medible. La teoría relacional se basa en valores, así como en la interdependencia entre las empresas y la sociedad. Por lo tanto, la RSC depende del sistema económico, el tipo de empresa y el tipo de relación que esta tenga con las partes interesadas y la sociedad. En relación a lo comentado, podríamos también hablar de otro enfoque conceptual sobre la RSC, en el que las teorías se agruparían en instrumental (enfocada en alcanzar objetivos económicos a través de las actividades sociales), política (enfocada en el uso responsable del poder que conceden los negocios y que ostentan las corporaciones empresariales en el entorno político), integrativa (que se concentra en aunar las contingencias empresariales con la responsabilidad pública, la gestión de las partes interesadas y el compromiso social por parte de las empresas) y ética (que empatizaría en la consecución de una sociedad buena).
Finalmente, somos capaces de inferir unas conclusiones de lo anteriormente expresado. La primera es que la colaboración entre empresas, gobiernos y sociedad civil supone una situación de ganar-ganar, cuando se fomentan políticas y prácticas de RSC de forma conjunta. Seguidamente, se evidencia que el entendimiento de la RSC va más allá de su conceptualización tradicional y necesita una aproximación multidisciplinaria desde los puntos de vista teórico, prácticos. La RSC demuestra identificar diferentes roles en su aplicación, entre los que destacan una mejoría en las relaciones e interdependencias entre la sociedad y la comunidad, un modelo de costes compartidos en el caso de degradación medioambiental, un esquema de transferencia de tecnología desde los países avanzados a aquellos en vías de desarrollo, posibilidad de reducción de la pobreza en las comunidades, mejora al respeto por los derechos humanos y facilidades a la hora de compartir bases de datos que faciliten las funciones de las organizaciones públicas. También podemos concluir que las capacidades y competencias que los gestores, gerentes, directores o responsables de las unidades de negocio empresariales, requieren para atender correctamente las políticas de RSC de sus respectivas organizaciones, varían en función de las diversas disciplinas que estas abarquen y también de la complejidad de los entornos políticos, sociales, económicos y medioambientales, en los que desarrollen sus actividades empresariales. No existen competencias o cualificaciones específicas para ello, pero aportarán valor aquellas que provengan de diferentes ámbitos de actuación de las organizaciones como son gestión medioambiental, ética empresarial, transferencia de tecnología, gestión de los recursos humanos o desarrollo de la comunidad. Se podrían resumir en competencias en negocios, personas y competencias técnicas, pero las competencias específicas de cada caso deberán quedar vinculadas a la misión y a la visión de las organizaciones donde los gestores de RSC prestan sus servicios profesionales.