Una voz en el teléfono

Desde hace muchos años (tantos que ya casi no tengo cabello), trabajo en cosas, para mucha gente, raras.

Inteligencia de datos, almacenes de datos, vender cualquier cosa por internet cuando muy poca gente tenía internet, omnicanalidad, y siguen las rarezas. En un momento de mi vida de hecho, cuando trabajaba en una aseguradora digital, me presentaba como vendedor de seguros (mi esposa se presentaba como vendedora de cremas) para explicar mas fácilmente a que me dedicaba.

La constante, en todos estos años, fue la soledad para tomar decisiones, no porque sea un ermitaño, sino porque en general, tenía muy poca gente conocida que entendía lo que hacía, y con la cual obtener un consejo no en general, sino de algún tema en particular.

Al final del día, esto termina impactando de una u otra forma en la calidad del trabajo que uno hace y es mucho mas fácil equivocarse, ya sea por no tener con quien contrastar una idea, llevarla adelante y fracasar, o porque con la gente que la contrasto, en la cual confío y tomo feedback, tampoco tiene la experiencia necesaria y sus consejos o experiencias, pueden no estar bien validados.

Ahora bien, como no vivo en un submarino ni lo que hago es algo único, si uno busca, siempre encuentra una red de profesionales capacitados, con los cuales no solo ir al bar a tomar unos mezcales para ahogar penas, sino también con quienes rebotar diferentes visiones.

Esa red de confianza a mí me resultó vital para tropezar lo menos posible, para acelerar proyectos, hacer sinergias y encontrar las formas de explicar un concepto y no morir en el intento.

A mí, lo que me funcionó para formar esa red, es no solo recibir, sino dar mucho y desinteresadamente. Gracias a eso, siempre que tuve una duda, un problema, o algo que sentía que me superaba, pude acudir a alguien para que me abra los ojos, me sacuda la cabeza o me haga reflexionar.

Por eso, considero fundamental el poder desarrollar una red de confianza, que comprenda, no solo a personas que hacen lo mismo que tu, o se encuentran en situaciones similares, sino a una red de empresas con las que ya hayas trabajado, o bien tus contactos lo hayan hecho.

Yo por ejemplo, contraté a la misma consultora de estrategia digital en mis últimos 3 trabajos , porque creo que son excelentes, me agregan valor, y fundamentalmente, confío en ellos, en lo que me dicen, me enseñan y me traen ideas relevantes.

También, hace poco tiempo tomé un café con una persona que acababa de tomar el puesto de Chief Digital Officer en una empresa que no tenía nada que ver con la que yo trabajaba, pero que tenía exactamente los mismos problemas, retos, ideas. Conectamos y empatizamos al momento, pero lo más interesante, es que los dos salimos del café seguros que podíamos contar el uno con el otro para apoyarnos a tomar mejores decisiones.

En resumen; a veces pensamos que las redes de contactos nos quitan tiempo, foco y energía. Yo, creo que bien utilizadas, nos dan muchísimo, y agregan un valor enorme.

¡Los leo!