Universidades y Ciencia, dos ministerios, dos direcciones opuestas
La pasada semana, la Cámara de Comercio de España nos convocó a las Comisiones de Universidad-Empresa -que tengo el honor de presidir- y de Ciencia e Innovación, para que la secretaria general de Innovación, Teresa Riesgo, nos presentara el 'Plan de transferencia y colaboración. La ciencia y la innovación al servicio de la sociedad' , aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 20 de diciembre. Hay que agradecer a la Cámara su iniciativa y a la Secretaría General (del Ministerio de Ciencia e Innovación) su disponibilidad.
El Plan va en la dirección adecuada, entre otras cosas porque sigue la acertada línea de la nueva Ley de Ciencia e Innovación y asume plenamente la 'Hoja de Ruta elaborada en 2021 por la OCDE para la mejora de la transferencia de resultados y de la cooperación entre ciencia pública, universidad y empresa'. Digo a menudo que esta 'Hoja de Ruta' es el mejor documento que se ha hecho en España sobre la necesaria mejora de la relación ciencia pública-empresa y mejor nos iría a todos, ciencia, investigación, innovación, universidad y tejido productivo, si siguiéramos sus recomendaciones.
Una de ellas es la rediseñar la gobernanza de nuestras instituciones publicas generadoras de ciencia, en especial de las universidades para, dicen la Hoja de Ruta y el Plan “mejorar su compromiso con la sociedad”, lo que, en el caso de las universidades se concreta en la recomendación de “dar voz, de manera efectiva, a actores externos en la planificación estratégica de la universidad… para aumentar su colaboración y su rendición de cuentas ante ella“.
El problema es que solo dos días después, el 22 de diciembre, el Congreso de los Diputados, obviamente con el apoyo de los partidos políticos que configuran el gobierno, aprobó el proyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario Español (LOSU), a punto de convertirse ya en Ley y que, pura y simplemente, va en la dirección contraria. El Ministerio de Universidades en su elaboración ha manifestado, reiteradamente y sin ningún reparo, que la 'Hoja de Ruta' no le afecta (sic) a pesar de haber firmado en su día la petición de dicho informe a la DG de Reformas Estructurales de la Unión Europea, al igual que el Ministerio de Ciencia e Innovación.
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Así, la LOSU consolida un autogobierno corporativo universitario y sin participación relevante de la sociedad, que unánimemente Ciencia, Empresa, Europa y la OCDE venimos calificando de principal obstáculo para la excelencia de nuestra universidad pública y para la transferencia de los resultados de su mucha y buena investigación a la empresa.
Resumiendo, dos ministerios 'hermanos' -porque las universidades hacen en España entre el 60 y el 70% de la investigación- pero dos ideologías y políticas diferentes a su frente y dos direcciones opuestas en su actuación. Ciencia e Innovación en la línea de la cooperación ciencia-empresa con implicación y compromiso de la sociedad, Universidades aisladas de la sociedad y ancladas en un corporativismo y endogamia cada vez más anómalos y limitantes en este mundo global, competitivo, tecnológico y extraordinariamente cambiante que nos ha tocado vivir.
Cuesta creerlo, pero es así.
Miembro Consejo Redacción Dirigir Personas( AEDIPE)
1 añoAl final la nueva ley universitaria, será un freno y restará eficacia a lo poco bueno que habian hecho.
Presidente y Socio Fundador de Prorural Galicia. Socio fundador en SABOR RURAL, en NOA INNOVA y TTT SOCIAL CENTER
1 añoPues menudo desastre que falta de coordinación gubernamental una pena