Vehículo eléctrico: presente y futuro
En este artículo de Jaime Sánchez Gallego se indica que los vehículos eléctricos son todos aquellos que utilizan como elemento principal de propulsión un motor eléctrico, por ello existen diversidad de tipos (desde los utilizados para micromovilidad, hasta los grandes camiones de larga distancia). Las principales tecnologías de vehículo eléctrico están madurando y no parecen ser un obstáculo para su implantación, pero los elevados costes de las materias primas, las limitaciones en las prestaciones y las imposiciones regulatorias imposibilitan conocer de manera clara la velocidad de su
En general, cuando hablamos de vehículo eléctrico nos referimos a movilidad eléctrica; es decir, entendemos que el principal medio de transporte a electrificar es el vehículo utilitario (descartando patinetes, bicicletas, ciclomotores, triciclos, motocicletas, camiones, etc.). Asimismo, entendemos que vehículo eléctrico es aquel que solo utiliza baterías, sin embargo, el vector energético del hidrógeno amplía la oferta de vehículos eléctricos y a su vez ha conseguido proporcionar un mayor rango a diversas misiones a las que vehículos eléctricos solo con baterías no pueden hacer frente.
La necesidad de reducir la contaminación local por motivos de salud poblacional, así como las emisiones globales, medidas en toneladas equivalentes CO2, han derivado en exigencias normativas en los países occidentales y en China que obligan a la industria de la movilidad a orientarse hacia nuevos sistemas de propulsión eléctrica. De esta manera es posible entender cómo a nivel urbano, periurbano, regional y nacional las diferentes tecnologías de movilidad eléctrica se adaptan de manera específica a cada uso y misión; es decir, la entrada en el mercado de los nuevos sistemas de propulsión eléctrica han tenido un fuerte impacto en el paradigma de la movilidad de los últimos 20 años (primero con la hibridación de vehículos y luego con el desarrollo de los vehículos eléctricos a batería, en gran medida debido a la ausencia de una única tecnología que sirva para las diferentes misiones (uso urbano, regional, larga distancia, transporte de carga, transporte de personas, etc.) en un solo vehículo, como sí lo ha conseguido la tecnología basada en motores de combustión interna. Es, por tanto, un reto tanto para fabricantes como para comercializadores y usuarios el encontrar un acomodo optimo y beneficioso para todos de tal cantidad de tecnologías para la movilidad.
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La conexión entre vehículo eléctrico y tecnología es clara, sobre todo en la micromovilidad, siendo mucho más importante con el desarrollo de las tecnologías V2G (Vehicle to Grid) y G2V (Grid to Vehicle) o V2X (Vehicle to everything), que son aquellas que habilitan la conexión del vehículo a la red eléctrica, intercambiar información con otros vehículos o en general la conexión a través del internet de las cosas a todo aquello que mejore la operación y la circulación del vehículo en cuanto a seguridad y eficiencia. Además, la optimización en el uso energético es clave para la reducción de emisiones a lo largo del ciclo de vida del vehículo, así como en la reducción de toneladas equivalentes de CO2 provenientes del sector transporte, del que provienen el 22% de todas las emisiones.
Uno de los grandes logros de la introducción del vehículo eléctrico ha sido la de conseguir que la iniciativa privada se adelante a la iniciativa pública, basándose en la capacidad tecnológica y en la eficiencia de los procesos industriales. Esto ha provocado que el sector energético haya tenido que incrementar su nivel de transparencia, automatización, digitalización y optimización en sus procesos. Es por ello que el desarrollo de los vehículos eléctricos durante la próxima década va a ir solidariamente unido al de los vehículos autónomos y conectados.
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