VENEZUELA TIENE POTENCIAL PARA CONVERTIRSE EN UN PRODUCTOR GLOBAL DE GNL.
En el Mundo existe una realidad indiscutible, es la necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a nivel global, ese es el desafío más importante que tiene el mundo. Por lo que el mercado del gas está experimentando una rápida expansión que se espera continúe en las próximas décadas, como consecuencia de la carrera del gas en el ámbito de la producción de electricidad, por lo tanto este consumo aumentará la demanda de gas natural en las diferentes regiones del mundo. Por lo que el gas natural ofrece grandes ventajas en los procesos industriales, donde se requiere también de ambientes limpios y procesos controlados, como combustibles de alta confiabilidad y una mayor eficiencia.
Hay muchas oportunidades que ofrece el nuevo entorno del mercado del gas en concreto, para el sector del GNL hay tendencias emergentes en el consumo que empiezan a observarse actualmente, por lo que se espera que se consoliden en los próximos años, ya que la importancia del gas natural como recurso energético radica principalmente en el bajo impacto ambiental que tiene en el uso como combustible.
Venezuela cuenta con reservas probadas alrededor de 202 TCF, con una posición del octavo lugar en el mundo y primero en Latinoamérica, por lo tanto desarrollar ese recurso con inversión y tecnología, como una alternativa energética y estratégica, es el rol del estado, aprovechando las oportunidades del sector del GNL, donde tiene un alto potencial y muchas ventajas comparativas, como disponibilidad de grandes volúmenes, una posición geográfica privilegiada, un acceso a mercados de alto crecimiento, etc., todo esto sustentado en la diversificación de nuestras exportaciones, lo que generaría mas divisas para el país.
En Venezuela la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos (LOHG) aprobada en 1999, vigente actualmente, en su artículo N° 2, permite que las actividades de exploración en busca de yacimientos de hidrocarburos gaseosos no asociados y la explotación de tales yacimientos; así como la recolección, almacenamiento y utilización tanto del gas natural no asociado proveniente de dicha explotación, como del gas que se produce asociado con el petróleo u otros fósiles; el procesamiento, industrialización, transporte, distribución, comercio interior y exportación de hidrocarburos gaseosos pueden ser realizadas por el Estado, o por personas privadas nacionales o extranjeras con o sin la participación del Estado; posibilitando la inversión en el sector, mediante la obtención de licencias o permisos para realizar las actividades inherentes, como la creación de empresas mixtas para desarrollo del sector, generando empleo y en consecuencia mejorando la calidad de vida de los venezolanos, por lo que con esas inmensas reservas, el gas natural se suma al potencial energético que posee Venezuela para salir de la crisis que actualmente vive el país.
La tecnología de licuefacción de gas natural (GNL) se utiliza cada vez más para enviar gas producido a regiones competitivas en cuanto a costos, donde esté creciendo la demanda, pero donde la producción local de gas no existe o no alcanza a la demanda. Las reformas estructurales en los sectores de energía y gas, y la creciente competencia de las energías renovables y los combustibles alternativos están remodelando la industria mundial de GNL, por lo que la demanda de gas se mantendrá estable, pero a medida que se efectúe el cambio de combustibles alternativos a favor de la utilización del gas, esa demanda se irá incrementando gradualmente.
El factor principal que puede afectar los precios del gas en los próximos años será el exceso en la capacidad de producción que se espera se mantenga hasta la próxima década, como consecuencia de la entrada en operación en los próximos años de una nueva oleada de capacidad de licuefacción actualmente en construcción, que aumentará la capacidad existente hoy de procesamiento y almacenaje, lo que podría inundar el mercado de GNL, generando contratos más flexibles y precios más competitivos.
El Estado mediante la industria del gas debe aprovechar esa oportunidad para profundizar en el desarrollo de un mercado que sea más interconectado, más eficiente, más transparente y lo más importante, que sea competitivo, y el papel del GNL será crucial para el crecimiento de ese sector a largo plazo, ya que el futuro del gas no está exento de retos, para ello, se requerirá de grandes inversiones para la construcción de instalaciones y la adaptación por parte de la industria venezolana de las existentes, para impulsar los modelos de negocios, adoptando una actitud proactiva, adaptándose al entorno de un mercado altamente competitivo, promoviendo de manera decidida de nuevos mercados con mayor demanda, con reducción de costos y el incremento en la flexibilidad de sus contratos, con modernas soluciones tecnológicas, por lo tanto, el impacto de las ganancias en la eficiencia de la industria venezolana, serán muy significativas, por lo que repercutirán en desarrollar infraestructuras con menores costos. El establecimiento en el país de cadenas de GNL es una actividad de capital intensivo que requiere sobre todo una planificación detallada y una ejecución bien orquestada que involucra a diferentes actores de distinta naturaleza: el gobierno nacional, los astilleros, las regulaciones ambientales, las firmas de ingeniería, los contratistas y especialmente los inversionistas, es por ello que las grandes empresas multinacionales que han encarado este negocio, que poseen grandes capitales y solvencia frente al mundo financiero, necesitan tener excelentes grupos de administradores de los proyectos, siendo capaces de gestionar cualquier inconveniente o tropiezo para evitar demoras en su ejecución y que puedan poner en peligro la viabilidad de dichos proyectos.
Pero en efecto, existe una ola global de liberalización y privatización a nivel mundial de áreas de negocio que antes estaban dentro de la tutela del Estado, alcanzando también al sector energético, esto significa para el país más desregulación en la normativa ambiental, con menos intervención estatal y más actividad privada tanto nacional como internacional, ya que el país no exporta gas natural, con lo que se concluye que se trata de un sector con una grave crisis estructural que no cuenta al día de hoy con la infraestructura necesaria para ello, por lo que se requiere de mucha voluntad política y de muchas inversiones.
Sin duda la posibilidad de que Venezuela se convierta en productor global de Gas Natural Licuado (GNL) a mediano plazo, es posible y real, pero que se ve lejana en los actuales momentos, por eventuales decisiones tomadas por el Gobierno Nacional. Pero hoy ese mismo Gobierno es el que debe asumir su responsabilidad de una manera más efectiva, incrementando sus mayores esfuerzos en los próximos años para apoyar el desarrollo del sector del GNL, así como también la modernización de las infraestructuras gasistas existentes, no sólo en términos físicos sino también de las normas regulatorias y tecnologías, para poder aprovechar esas ventajas que ofrece este combustible limpio, flexible, seguro y muy competitivo.
Concluyendo, para que el gas natural licuado (GNL), tenga precios muy competitivos frente a otros combustibles alternativos, los desarrolladores y operadores de las infraestructuras deben realizar un gran esfuerzo para reducir los costos totales en el suministro, lo que resulta crucial para asegurar el futuro a largo plazo de la industria del gas, de lo contrario, acabarán apareciendo algunos cuellos de botella y algunas restricciones en la capacidad en las infraestructuras, que podrían crear incertidumbre y dificultar la creación de otros nuevos mercados globales de GNL. Por lo que no parece coherente que un país como Venezuela, con un nivel de reservas probadas de gas tan extraordinario y reconocido mundialmente, no explote al máximo las grandes posibilidades que le brinda este recurso y continué no involucrándose de una manera más decisiva en el proceso de integración energética de la región. Adicionalmente, parece que los ambiciosos planes de acción para la posible exportación de gas en el futuro inmediato, se han quedado en el papel.
Por lo que aún queda mucho camino por recorrer, pero antes de comenzar a exportar, se necesita de mucha voluntad y de valientes decisiones…