VIAJEROS, ANTES QUE TURISTAS

(Entre Singapur y Tailandia).- Bitácora de Viaje. Día 24. Les contaba la semana pasada que Arturo Bullard diseñó una experiencia de viaje muy particular. Muchos dirán que el modelo de turismo temático, focalizado y segmentado ya existe. Pero debo confesar que Bullard logra empaquetar algo único y distinto.

 La ruta nos muestra una diversidad de “Indonesias” que se viven con alta intensidad, velocidad y contrastes. El viaje combina con acierto historia, cultura, aventura, paisajes, naturaleza y mucha realidad económica y social. Los cambios de ritmo son frenéticos y adrenalínicos. Primero recibes la dosis intelectual y cultural en Jogyakarta, con sus templos y siglos de historia. Luego la dosis industrial y emergente de Surabaya, con sus cataratas, cráteres, lagos y volcanes activos e inactivos. La dosis de aventura la encuentras en la turística Ubud, que te recibe con arrozales y rituales de purificación. No podía faltar el histórico Komodo, donde logramos fotografiar al legendario dragón. ¡Nos sentimos privilegiados! Y finalmente la dosis adecuada de mar y playa nos la da Bali, donde el grupo se despide hasta la próxima experiencia.

No sé si Arturo Bullard sea totalmente consciente del valor de marca que tiene entre las manos. ¡Entiendo que sí! Pero vamos a darle una pequeña ayudita. El modelo de experiencia de viaje que Arturo viene convirtiendo en esta hermosa creatura tiene un enorme potencial para convertirse en un pack de viaje made in Perú, como sostenía la semana pasada.

El primer gran diferencial es viajar con Arturo Bullard. Que te acompañe durante el viaje, te comparta sus conocimientos, te haga vivir el país desde los ojos de un fotógrafo y viajero experto es, sin duda, el secreto de su éxito y uno de sus principales valores agregados. Es como viajar con un Marco Polo latinoamericano, y acompañarlo al descubrimiento de nuevas rutas. Solo este privilegio, y que personalmente conduzca la travesía, hacen de esta experiencia un viaje único e irrepetible.

El reto de Bullard es convertir este modelo en una marca registrada que reproduzca la experiencia, con él o sin él, durante los viajes que su marca personal proponga. En ese camino está. Existen, por cierto, dos componentes más que marcan la diferencia. Viajar con Bullard te obliga a conectar con el grupo que tienes al lado. Este aspecto es el que más debe profundizar, si quiere convertir el modelo en una experiencia completamente diferenciadora. El otro es, definitivamente, conectar con esa diversidad social y cultural que uno descubre al viajar junto a Arturo. Es imposible no compartir esa sensibilidad que Bullard expresa cuando llega a un lugar, cuando retrata un nuevo rostro, cuando su lente está a la caza de un animal, o cuando su mirada se pierde en un paisaje que lo obliga a hacer una llamada al otro lado del mundo, para contarle a su esposa y a sus hijos lo que está viviendo en ese momento.

En ello radica esta experiencia única que vivimos durante 14 días en Indonesia, gracias a esa llamada de casi medianoche que recibí el 16 de febrero, cuando la voz de Ceci me hizo una pregunta que siempre esperé y cambiaría mi vida para siempre. Hoy pienso… ¿Dónde será nuestro próximo viaje Arturo?