VIDRIO AL VERDEO, sale con fritas.
Algunas cosas no las tenemos en cuenta porque la necesidad tiene cara de hereje, pero recordarlas nunca viene del todo mal.
Veamos algunos ejemplos, casi, tomados al azar
- Cuando te hacés monotributista a la fuerza, sólo beneficiás a un tercero que no hace los aportes que le corresponden y estás hipotecando tu futuro.
- Cuando te obligan al pago miti-miti, al fin de tu relación laboral cobrar lo negro, a veces, es más difícil que escalar el Himalaya con tormenta de nieve y en ojotas.
- Cuando ponés el coche (o aún peor, el de tu mujer o el de tu hijo) te pagan el combustible y a duras penas algo más, estás descapitalizándote para que otro se salve de invertir.
- La jornada de laboral de 8 horas es casi una fantasía y las horas extras “donadas” las pagas con tu propia vida. Del plus por nocturnidad, mejor no hablemos.
- Tras los “sueldos de mercado” se esconden suculentos beneficios y evasiones.
- Los juicios laborales duran tanto que, con esa excusa, te aprietan para que aceptes el vergonzoso “esto es lo que hay”
- La Representación Técnica “sugerida” es una mochila de plomo, cargarla gratis es anti ético y el proponerlo es inmoral, abusivo y extorsivo.
- La fecha de las vacaciones, dentro de los parámetros legales, el que las elije es el empleado y no las impone el empleador.
- El día del gremio existe y debe pagarse extra si se trabaja.
- El adicional por titulo, asistencia, etc. no forman parte del sueldo, sino que son “adicionales”, verdad de Perogrullo, tal como su nombre lo indica.
- Pocas cosas son tan estigmatizantes y mal vistas como que un nuevo empleador se entere que iniciaste una demanda laboral al anterior, independientemente de las causas.
Estas y muchas otras cosas las sabe todo el mundo, o al menos debería saberlas, y sin embargo por la necesidad de trabajar se acepta la omisión y después nos quejamos cuando un turno en la obra social demora dos meses, los descuentos en medicamentos son escasos o nuestros queridos viejos tienen hoy una jubilación de hambre, como la que tendremos los activos en el futuro.
¿Se puede hacer algo para cambiar esta triste realidad? Parece difícil. Los que se tienen que ocupar están ocupados con temas de mucha mayor importancia.
Si hay que comer vidrio, se come, pero de ahí a decir ¡Qué rico! y que se quiere otro plato hay una terrible diferencia.
Buen provecho.