Viernes de Fortuna: De la Esperanza a la Despedida

La historia comienza un viernes, cuando recibí una llamada inesperada. Una profesional que venía desde Benidorm con su hijo y su gato me informó que el alojamiento que había reservado había sido cancelado. En plena Semana Grande de la ciudad, encontrar un lugar para quedarse era casi imposible. Sin embargo, con esfuerzo y la ayuda de varias personas, logró encontrar un sitio provisional.

El siguiente lunes, nos reunimos y ella aceptó las condiciones para trabajar en mi espacio. Todo parecía ir bien, hasta que otro viernes, de nuevo, la suerte jugó su carta. Le informaron que ya no podía quedarse en su alojamiento temporal. Con mi marido, la ayudamos a instalarse en un camping, le llevamos a comprar una tienda de campaña , la montamos y seguimos trabajando juntas.

Un mes después, otro viernes trajo una sorpresa. La vi salir del local muy cargada y, al preguntarle, me dijo que tenía cosas que hacer. La invité a nuestro desayuno de emprendimiento de los primeros sábado de mes, pero me dijo que no podía asistir. Más tarde, descubrí que había vaciado la sala de sus pertenencias. Le dejé un mensaje de voz y me responde al día siguiente: “Hola Natalia, tengo una oferta de empleo que me interesa. Un saludo”.

Estos eventos me dejaron en shock, pero también me enseñaron una valiosa lección. Las personas hacen lo que pueden con lo que tienen, y yo necesitaba no solo buenos profesionales, sino también individuos con valores alineados a los míos. Valoro mucho las formas y los detalles.

Aprendizaje y Moraleja:

Esta experiencia me enseñó que, aunque la competencia profesional es importante, los valores y la alineación personal lo son aún más. Las personas pueden enfrentar situaciones difíciles y tomar decisiones inesperadas, pero es esencial rodearse de individuos que compartan nuestros principios y ética. Al final, la integridad y la coherencia en los valores son lo que realmente sostiene una colaboración fructífera y duradera.

¡Feliz semana!

Natalia P.V.