Vigo y Zaragoza, aliadas y rivales por PSA
Faro de Vigo , 20 marzo, 2017
El futuro de Galicia y Aragón está más unido que nunca. La compra de Opel por parte de la multinacional francesa Grupo PSA ha convertido en rivales y aliadas a las fábricas de Balaídos y Figueruelas, y por extensión, a los paneles de proveedores de ambas comunidades, donde la automoción sigue siendo la primera industria por volumen de empleo, riqueza y exportaciones.
Las empresas aragonesas reivindican su localización geoestratégica, a menos de tres horas por carretera de la mayoría de fábricas de vehículos de España, y la abundancia de suelo industrial a precios competitivos para mantener e incluso incrementar su volumen de facturación tras la absorción de Opel.
El parecido entre ambas comunidades es razonable: una gran fábrica con dos líneas de montaje (en ambos casos son las mayores plantas de sus grupos por volumen de producción), un panel de proveedores estructurado en torno a un clúster y varios centros tecnológicos, unos 20.000 empleos directos y un peso significativo en el PIB y el comercio exterior de las dos regiones.
Pero también hay diferencias: la industria gallega está más organizada (el clúster empezó a funcionar en 1997, frente al aragonés, que lo hizo en 2008), tiene más experiencia (PSA arrancó en 1958 y Opel-Figueruelas, en 1982) y factura unos 2.000 millones de euros más al año.
Los costes laborales también son inferiores en Galicia y la proximidad a Portugal aporta ciertas ventajas competitivas en el aprovisionamiento para la empresa matriz.
La industria aragonesa confía, pese a todo, en sacar partida de la fusión PSA-Opel. “Tenemos dos ventajas competitivas: una es nuestro mercado, desde Zaragoza puedes suministrar en tres o cuatro horas a 2,5 millones de coches, y la segunda es el suelo”, explica David Romeral, director gerente del Clúster de Automoción de Aragón (CAAR). Éste alude a la posición geoestratégica de Zaragoza, a menos de tres horas por carretera de hasta seis fábricas de coches en España (como Landaben, Vitoria, Barcelona, Madrid o Almussafes), y a la abundancia de terreno en Aragón. “Tenemos suelo para dar y tomar”, reconoce.
Esta combinación de factores ha permitido, según Romeral, la implantación de cinco nuevos proveedores en el último año (Magna, Jordan Martorell, Rochlin, Adient -antes Johnson Controls- y Linde Wiemann).
Otro ejemplo de la disposición de suelo en Aragón es la propia dimensión de Figueruelas, que ocupa 3,15 millones de metros cuadrados, frente a los 660.000 metros cuadrados de PSA-Vigo, así como la existencia de plataformas logísticas como PLAZA, que ocupa unos 13 millones de metros cuadrados (uno de sus mayores operadores es el Grupo Inditex), y que dan cobijo también a varios proveedores.
Los trabajadores de Figueruelas, pese a la inquietud generada por la fusión, confían igualmente en sus propias competencias para salir beneficiados en esta nueva etapa. “Si prevalecen los criterios económicos estoy seguro de que las plantas españolas tendrán su sitio”, asegura Pedro Bona, secretario general de UGT FICA Opel.
Bona valora que haya sido un fabricante europeo el que compre Opel y no duda de que el patrón de PSA sabe que casi el 40% de la producción total de Opel sale de las líneas de Zaragoza. La mejor carta de presentación del centro, según el responsable ugetista, es el lanzamiento el próximo verano del Citroën C-Aircross, producto de la alianza industrial que PSA y Opel mantienen desde 2013, en la que también se incluye el proyecto K9 vigués. Tanto Bona como Romeral coinciden en que en esta nueva fase habrá vencedores y vencidos, pero reconocen que forma parte de la propia competitividad del sector.