VIOLENCIA JUVENIL
VIOLENCIA JUVENIL.
Entre los problemas actuales que generan mayor preocupación está la violencia juvenil. En relación con la misma se mencionan frecuentemente dos temas: la pornografía en los medios y el descontrol en las redes sociales. No niego su importancia, pero creo que ambas causas se pueden extender a todo tipo de violencia. Si se ha de profundizar en el caso juvenil, sugiero considerar como muy importante el tema de la educación actual y sus efectos.
En comentarios anteriores he incidido en los problemas que crea nuestro entendimiento de la igualdad. Para mí una política de igualdad ha de aceptar que en lo único que todos somos iguales es en nuestro derecho a ser diferentes. En la educación este punto necesita de una reflexión profunda. Cuando preparamos a una persona para competir en un deporte, sabemos que hay atletas que son aptos para el trabajo en equipo, otros para competir con un contrincante, muchos prefieren competir contra sí mismos. Ya se trate de hombre o mujer, la preparación y los deportes más adecuados se deben adaptar a las características de cada persona.
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En la educación escolar y académica se han introducido cambios muy significativos en los últimos 30 años. Citaré como importantes: la generalización obligatoria de la educación mixta y la feminización del profesorado.
Si en el deporte he destacado la preparación diferenciada, que no por ello se puede juzgar como segregada, en la educación escolar no se juzga la situación de la misma manera. Yo creo que la igualdad en educación se ha de medir en dos aspectos muy concretos: el porcentaje de fracaso escolar debe ser el mismo para hombres y mujeres, y el rendimiento académico también ha de conseguir el mismo resultado. ¿Cuál es la situación actual en España? Los datos oficiales nos indican que respecto a los resultados académicos las chicas tienen más éxito que los chicos, y obtienen también los mayores porcentajes de egresados tanto en estudios de grado como de master. Si se considera el conjunto de la educación superior universitaria y no universitaria, el 51,9% de las mujeres de 25 a 29 años ha finalizado estudios superiores, 11 puntos porcentuales por encima de los varones de ese mismo grupo de edad (40,9%). Asimismo, las tasas de abandono escolar temprano son más bajas entre ellas (14% frente al 22% de los chicos en 2018).
Los defensores de la educación mixta deberían preguntarse por las causas de estas diferencias de rendimiento. Por si se puede generar alguna línea nueva de investigación sobre estos hechos, me atrevo a señalar que en lo único que no hay igualdad es en el profesorado. El 66,5% de todo el profesorado es femenino. Este porcentaje aumenta al 71,9% en las enseñanzas no universitarias.
Así que cuando buscamos explicaciones para la violencia juvenil, hemos de valorar la violencia que el sistema educativo y sus actores, el profesorado, ejercen sobre los jóvenes a los que por falta de dedicación o de preparación conducen al fracaso escolar, a la falta de rendimiento, y a conocimientos de poca correspondencia con las necesidades actuales. Una dosis a determinar de la violencia que muestran los jóvenes es sin duda su respuesta a la violencia que el sistema ejerce sobre ellos.