Viviendo la Pandemia desde la Gratitud
Buscando el camino por donde transitar este escenario que, de pronto, estamos viviendo, y que por momentos parece un set de filmación de alguna serie de ciencia ficción, hoy me encontré abriendo la puerta del agradecimiento y no pude resistir la tentación de sumergirme a explorar ¿Qué hay detrás de esta puerta? ¿Qué está saliendo a la luz? ¿Qué puedo ver desde la perspectiva de esta declaración fundamental del “gracias”?
¿Qué sentido encuentro mientras sobrevivo esta pandemia que vino a estremecernos la respiración y la conciencia?
¿Qué bellezas ocultas e inesperadas están surgiendo ante mis sentidos, saliendo de la transparencia e invitándome a vivir mi vida en cámara lenta?
Como Coach ontológico aprendí que la declaración de gratitud es una acción que realizamos desde el lenguaje, que nos abre posibilidades infinitas de transformarnos. Tiene el poder de conectarnos con la intención de resetear cualquier relación, de reconciliarnos, de encontrar nuevos sentidos y significados para nuestra existencia.
Atravesar la puerta de la gratitud me está regalando una pregunta:
¿Estaremos frente a la oportunidad única de reconciliarnos con los aspectos más sublimes de nuestra humanidad?
Y como catarata de reflexión, me surgen otras…
¿Estamos vibrando juntos por primera vez el dolor de nuestras pérdidas? Hoy contamos juntos día a día todas las partidas, sean en China, en Sudáfrica o a la vuelta de casa, nos estremecen, son lejanas, pero ya no son ajenas.
¿Estamos sintiendo que esta vez estamos todos frente a una única amenaza, espalda con espalda, literalmente que nuestras vidas están nuestras manos?
¿Estamos aprendiendo a habitar el miedo que nos cuida, le estamos tomando la medida al miedo que nos mantiene atentos?, ¿estamos diferenciando el miedo que nos pone en “modo hámster”, y nos observamos con pena, acopiando desesperados toneladas de papel de baño?
¿Estamos por primera vez entendiendo lo que significa estar conectados? ¿Lo que significa “tener tiempo” para esas cosas que fuimos dejando de lado para dedicarnos a “lo importante”?
Le doy gracias a este desafío de la vida, que hoy me invita a revisar mi vida puertas adentro, a habitar grandes espacios de silencio para escucharme, a sentir, a aprender un nuevo significado para la palabra ausencia, a valorar la libertad de desplazarme por este maravilloso mundo. ¿Qué es hoy lo importante?
Este virus, esta diminuta gota de vida, nos está recordando que, al igual que la zarigüeya, no todos tenemos disponible la estrategia de “quietud” que hoy nos puede salvar la vida.
Quizá también nos esta invitando a esta gran pausa, para respirar, para mostrarnos como es este planeta cuando descansa de nosotros, de nuestro atropello.
Quizá esta pausa dure hasta que hayamos creado una nueva forma de habitarnos, desde el encuentro, la confianza, el amor, diseñando una existencia más amable, más presente.
El agradecimiento nos abre la puerta al mundo emocional, a expandirnos en nuestro espacio espiritual, a conectarnos con nuestra capacidad de trascender, de ampliar nuestros estados de conciencia.
Hoy quiero conectarme con la emoción y agradecer estar presente junto a ustedes siendo parte de este momento único de la humanidad, gracias por permitirme vibrar en el dolor de todos, por ser testigo de las miles de ofertas de ayuda , por permitirme acompañar, gracias por invitarme a confiar en que cuando todo pase, vamos a seguir cantándonos en los balcones, aplaudiendo a los héroes, valorando los abrazos, mirándonos con ternura, , conservando el tiempo para las cosas esenciales, y no perdernos mas entre las cosas “importantes”.
Quiero creer como Albert Einstein que todo es un milagro, y que esta vez, somos testigos del milagro de resetear y reiniciar, de barajar y dar de nuevo.
Imagino el desborde de gratitud que habrá en este mundo ese día en que se vuelva abrir la puerta. El día en que los besos dejen de estar contraindicados, el día en que nuestras manos unidas vuelvan a ser un símbolo de fortaleza.
Hoy sospecho que esta microscópica criatura nos está mostrando el poder enorme de la vida, y contradiciendo al legendario “principito” de Saint Exupery, nos está quitando la inocencia y viene a decirnos: lo esencial ya dejo de ser invisible, está aquí frente a tus ojos, y esperando que la humanidad despierte estuvo ahí todo el tiempo. Ya es hora de decodificar el mensaje.
Citando a Lao Tse, “El agradecimiento es la memoria del corazón”. Confío en que nuestros corazones jamás volverán a perder el camino.
Mentor Liderazgo y equipos Ágiles|Coach Organizacional Equipos y Ejecutivo|Potencial y Carrera Profesional| Psicólogo Especialista Clínica y Cognitivo Conductual
4 añosGracias Adriana por tan excelente escrito nos renueva la mirada hacia la gratitud a veces olvidada.