Voces de Venezuela: Escuadrones de la Muerte Amenazan a residentes de Táchira
TÁCHIRA - Decir que Venezuela está en llamas sería una leve descripción de lo que vive la gente en todo el país, especialmente en algunas zonas rurales.
El Estado de Táchira, en la frontera con Colombia, es sólo un ejemplo de cómo la violencia se ha arrastrado hasta los hogares de las personas a diario.
lgunas personas no han tenido que abandonar sus hogares para experimentar la violencia que se ha apoderado del país.
Mientras adolescentes y jóvenes luchan contra el ejército de Maduro y los terroristas patrocinados por Estados Unidos en la calle, algunas personas no han tenido que abandonar sus hogares para experimentar la violencia que se ha apoderado del país.
Recibimos testimonios de primera mano de residentes de San Cristóbal, en el estado de Táchira, que tienen miedo de salir a la calle debido a la continua represión de los escuadrones de la muerte de Maduro.
Cerca de su casa, Daniel, un residente de San Cristóbal, fue testigo en varias ocasiones de cómo el personal del ejército vestido con trajes negros y máscaras dejó su sede en caminonetas para aterrorizar a los residentes que desafian a Maduro durante protestas callejeras.
La gente es secuestrada en la calle por hombres enmascarados y detenida sin cargo alguno. En cuestión de días o semanas y sin un juicio adecuado, son procesados por desafiar al gobierno.
Más tarde, aparecen ante un juez militar sin ningún asesoramiento jurídico y luego son condenados por usar su libertad de expresión para denunciar los abusos de Maduro.
El siguiente es parte del testimonio inédito de Daniel:
“El día del referéndum – domingo – donde sólo había un ganador, sin observadores, sin oposición y donde reinaba la impunidad, pude ver cómo las fuerzas gubernamentales atacaron violentamente a las personas que protestaban y exigían un futuro mejor y una mejor calidad de vida.
Hay un puesto del Ejército cerca de mi casa en San Cristóbal. He visto miembros del ejêrcito salir del lugar ocultando sus caras con máscaras negras y armados con armas pesadas. Salen para atacar a las personas que protestan en la calle. Los atacan y los matan. No aprueban la libertad de expresión. No les importa si tenemos hambre si tenemos acceso a medicinas.”
Según Daniel, muchos centros de votación en su ciudad estaban prácticamente vacíos, ya que la gente tenía miedo de salir y votar. La participación electoral fue baja, a pesar de los datos oficiales que estimaban que unos 8 millones de personas habían votado.
“Hubo una participación muy baja porque la gente está agotada en medio de tanta miseria, violencia y corrupción. La realidad es que en mi país no podemos conseguir alimentos, medicinas o cualquier otro servicio básico. Sólo los partidarios de Maduro tienen acceso a los bancos de alimentos a través de su “carnet de la patria.
Las personas son perseguidas por pensar de manera diferente. Realizan juicios expresos y envían a los jóvenes a la cárcel a través de tribunales militares, sólo porque protestan contra un régimen autoritario”.
El mismo Daniel está familiarizado con los miembros de los colectivos armados, los escuadrones de la muerte de Maduro. Dice que conoce a algunos miembros de ese grupo.
“Ellos crecieron conmigo. Están armados y salen a atacar a las personas que se oponen al gobierno de Maduro”, dice.
Según Daniel, los colectivos armados tienen una licencia para matar con impunidad, para destruir la propiedad privada con la complacencia de las autoridades.
“Sólo aquellos de nosotros que vivimos en Venezuela realmente sabemos lo que es ver esto sucediendo todos los días. Nadie de fuera puede describir fielmente y decirle lo que vivimos aquí “, agrega Daniel.
Además de tener que lidiar con escuadrones de la muerte, los residentes de San Cristóbal, en el estado de Táchira, también tienen que cuidar
Francotiradores se instalan en los techos para disparar contra ciudadanos en las calles.
a los francotiradores del ejército, que montan sus rifles en los techos para disparar contra manifestantes.
El hermano de Daniel, Emilio, quien ahora vive fuera de Venezuela, es actualizado diariamente por su madre y sus familiares sobre su situación en San Cristobal.
Le cuentan cómo los francotiradores disparan de larga distancia contra los venezolanos, pero cómo no hicieron nada cuando los paramilitares colombianos amenazaron sus vidas desde el otro lado de la frontera.
Emilio raramente ve a sus parientes, algunos de los cuales se han mudado a Argentina para evitar ser atacados por matones del gobierno.
A menudo, los residentes son atrapados entre la policía militar y agentes provocadores patrocinados por Estados Unidos, que están en la calle tratando de convertir el malestar de los venezolanos en caos. Esta situación es más palpable en Caracas, donde la oposición a Maduro es más frecuente y visible.
Al igual que en otros países sudamericanos, Venezuela carece de una fuerza de oposición real, lo que deja a la gente sin opción de voto.
Mientras que el régimen de Maduro se esfuerza por sobrevivir e intenta hacerse con más poder, los grupos apoyados por Estados Unidos, como el encabezado por Enrique Capriles, ofrecen poca o ninguna alternativa a personas como Daniel que ven su país lenta y dolorosamente derrumbarse debido a la violencia, el hambre y la corrupción que experimentan todos los días.
Otra cosa que no ayuda a los Venezolanos son las sanciones impuestas por Estados Unidos, las cuales solamente empeoran la situación. Es probable que más sanciones sean impuestas después de la realización del referendo patrocinado por Maduro, lo cual hará la situación de Venezolanos como Daniel todavía más difícil.