¿Y después qué...?
Comparto un artículo muy ilustrativo respecto al impacto que se generará en el consumidor, principalmente en el del ámbito retail, después del confinamiento debido al COVID-19. He de decir que, ilustrativo a mi parecer, pues nos muestra como las empresas de dicho sector han de adecuarse a una nueva situación nunca vivida, para subsistir en el mercado de la forma más favorable posible a sus propios intereses.
Podéis visitarlo en el siguiente enlace:
https://retailnewstrends.me/el-nuevo-consumidor-tras-covid-19/
Sin embargo, considero que no solamente han de tenerse en cuenta factores como el miedo ante restricciones de movilidad en el establecimiento o centro comercial, miedo respecto a si nuestra actitud es insolidaria para con los empleados, inseguridad respecto a la transmisión de dicho virus a través del contacto de prendas, etc.
El cambio, a mi parecer, no va a residir en este miedo. Mi percepción como usuaria asidua del sector retail, radica en que los consumidores, los cuales posiblemente acudamos a dichos establecimientos, lo hagamos con una mentalidad muy distinta a la que teníamos antes de vivir esta crisis. En muchos casos, el negocio retail tenía su principal exponente en la experiencia de la compra, el placer que nos genera desembolsar dinero en prendas que, posiblemente no necesitemos, a cambio de percibir lo que creemos que es una felicidad irreal y momentánea, generada por dicha compra. O quizás, el simple hecho de pasear por las tiendas, a mi parecer será algo completamente distinto en un futuro inminente.
Nuestra sociedad está viendo como miles de personas fallecen, miles de personas que no son meros números en una lista, y nunca han de ser considerados así, son personas con una historia a sus espaldas, familia e ilusiones. Miles de ciudadanos trabajan sin descanso para ayudar a muchos otros, tanto de forma altruista como remunerada, pero todos y cada uno de ellos sin descanso; sanitarios, transportistas, limpiadores, abogados, empleados en bancos, multitud de sectores. Muchos otros se dejan la piel día a día para ayudar salir de esta crisis aportando su grano de arena del modo que les sea permitido dentro de sus posibilidades, empresarios, agricultores, ganaderos, autónomos etc.
Todo esto está afectando a nuestras mentalidades de una forma irreparable. Muchos de los nacidos en los años 90 nunca nos habíamos enfrentado a una situación así, no hemos vivido guerras, no hemos vivido escasez ni grandes crisis sociales. Por primera vez estamos viviendo una situación social de semejante transcendencia, por lo que estoy segura de que no se quedará como un mero recuerdo en nuestras vidas, basado en que nos tuvimos que recluir unos meses encerrados en casa, sin la mayor relevancia. Creo que en muchos casos será una experiencia qué marcará las decisiones que tomemos y que nos está haciendo plantearnos qué es lo realmente importante o qué sensaciones nos generan una felicidad real.
Posiblemente muchas personas empleemos esta situación para reflexionar sobre nuestras vidas y en las decisiones tomadas, por lo que creo que cuando se abran las puertas de las tiendas del sector retail, si aparecerá un consumidor nuevo. Un consumidor nuevo que comprará cuanto tenga una necesidad real, y no basando sus elecciones en el modelo compra asociado al placer.
Esto sería de gran provecho además para la futura focalización de las grandes empresas retail, en el desarrollo de una gestión empresarial más sostenible y no basada en la generación desmedida de enormes cantidades de ropa que en muchos casos acaban sin cumplir ni siquiera la función para la que fueron creadas y posteriormente compradas. Actividad que ya se está realizando en muchas empresas del sector, pero quizás esto sea el empujón definitivo de cara la implantación más exhaustiva de dichas políticas.
Por lo que sí, las grandes empresas del sector retail han de tener en cuenta que su consumidor habrá cambiado cuando vuelva a cruzar la puerta de sus establecimientos, pero no solo por miedo sino por muchos otros factores. Y no solamente empresas de dicho sector, creo que los cambios en la mentalidad del comprador afectarán a la toma decisiones del consumidor en muchos otros ámbitos.
Lo que está claro es que, esto no deja de ser una opinión, una reflexión, una nueva visión que quizás sea inexistente y quizás, dicho cambio de mentalidad, tras el punto álgido de la crisis COVID-19 sea solamente una mera utopía.