¿Y si mañana somos nosotros los que nos quedamos sin electricidad?

No es una pregunta lejana ni exagerada. Hoy, en Ecuador, miles de personas están viviendo eso mismo. Apagones de mas de 7 horas, gente sin poder trabajar, estudiar o siquiera comunicarse con sus seres queridos. Y si te digo que en Colombia podríamos estar cerca de algo similar, ¿nos creerías?

Nuestro contralor general, Carlos Hernán Rodríguez, ya nos lanzó la advertencia: ¡estamos al borde de una crisis energética!. El gas, la electricidad, los hidrocarburos… todos estos recursos que damos por sentado están en peligro. Si no actuamos, podríamos vernos enfrentados a más apagones, más desempleo y, lo peor de todo, a una desconexión total tanto con nuestros seres queridos como con nuestros colegas empresariales. No se trata solo de perder electricidad, se trata de perder nuestra capacidad de comunicarnos, de trabajar juntos, de seguir adelante como sociedad.

Todos podemos poner nuestro granito de arena. Cambiar nuestros hábitos energéticos no es un lujo, es una necesidad urgente. Piensa en tu hogar. ¿Cuántas veces dejas la luz encendida sin necesidad? ¿O cuántos aparatos mantienes conectados todo el día, aunque no los uses? Esos pequeños hábitos, que parecen inofensivos, tienen un gran impacto cuando los multiplicamos por millones.

¿Qué podemos hacer ya mismo? Primero, revisemos cómo usamos la energía en casa. Cada acción cuenta. Desconecta lo que no uses, apaga luces innecesarias y si puedes, considera alternativas como los paneles solares. Puede que al principio parezca un “gasto” grande, pero piensa en lo que ganarás: independencia energética, ahorro en tus facturas y la tranquilidad de estar haciendo algo por el futuro tanto de tu economía como la de la sociedad en general.

La construcción tiene que ser parte del cambio

Pero esto no solo es cosa de hogares o de empresarios. El sector de la construcción también tiene una responsabilidad enorme. Si eres parte de este sector o conoces a alguien que lo sea, comparte este mensaje: los edificios sostenibles no son una opción, son el futuro. Los proyectos de construcción tienen que pensar desde ahora en eficiencia energética, en integrar paneles solares, en usar tecnologías que consuman menos.

Imagina vivir en una ciudad donde cada edificio es autosuficiente, donde la energía viene de fuentes renovables y no dependemos del agua de embalses que están al borde del colapso. Es posible, pero solo si todos ponemos de nuestra parte.

El problema no se va a resolver solo. Cada día que sigamos consumiendo energía de la misma forma nos acerca más a la crisis. Pero si todos empezamos a actuar desde hoy, podemos evitar que Colombia pase por lo mismo que está viviendo Ecuador. Cambiemos nuestros hábitos, apostemos por la energía limpia y construyamos juntos un futuro más seguro y sostenible para todos.

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