¿Y tú, porqué eres más caro que este?

¿Y tú, porqué eres más caro que este?

¿Cuanto vale nuestro trabajo? ¿Porqué cobro más que una empresa grande siendo pequeña? ¿Cual es mi propuesta de valor?

Estas preguntas son tremendamente difíciles de contestar cuando te decides a dar el salto y establecerte por tu cuenta. He metido la pata millones de veces y estoy segura de que seguiré metiéndola en muchas más ocasiones, pero si compartiendo mi experiencia puedo le puedo evitar un error a alguien me sentiré satisfecha.

Parto de la base de que no me creo con la verdad absoluta y probablemente no so quién para dar consejos, pero lo dicho yo os cuento y que cada cual coja lo que le sea útil. La idea de escribir este post nació ayer mismo en una reunión con un posible cliente, ellos tenían un servicio de comunicación online con el que no estaban demasiado satisfechos y me pidieron un presupuesto.

Presenté un presupuesto detallado con mis honorarios que duplicaban el precio de lo que hasta ahora tenían, y la pregunta fue la que le da título a este post, ¿Y tú, porqué eres más cara que este?

Me quedé callada un momento y pensé en lo que realmente aporto yo de diferente a la empresa grande que se lo gestionaba antes... Mi respuesta automática fue "amor"... Sí, ya se lo que estáis pensando... Otra lela vendehumos que quiere que nos creamos que la vida es de color de rosa y los lunes son maravillosos... Pero es que es verdad y me vais a entender...

La empresa en cuestión es una agroalimentaria del Pirineo, y la gestión de sus redes la llevaba una empresa grande gallega, en ningún momento quiero desprestigiar su trabajo, eso que quede claro desde un principio, solo quiero poner el mío en valor. La gran empresa gestionaba sus redes desde la más absoluta profesionalidad pero con frialdad, fotografías perfectas de grupos de amigos perfectos en atardeceres ibicencos o neoyorquinos, nada que ver con el Pirineo.

Ahí es donde entra mi diferenciación y donde entra el amor del que hablo, adoro los pirineos, son parte de mi esencia desde que tengo memoria y todo lo que esa tierra significa para mi lo significa también para esta pareja de empresarios que trabajan desde su pueblo para el mundo pero que no quieren cambiar su esencia. Cada cosa que yo programo o publico en sus redes va a tener una historia, un porqué y sobretodo una coherencia con su manera de trabajar y entender su producto, una historia que muestre y comunique amor por la tierra, esfuerzo por sacar adelante una industria complicada y artesanía en la fabricación.

Quizá mi propuesta de valor sea esa, el amor por mi trabajo, la atención que pongo en las primeras reuniones, aquellas en las que me preocupo no solo de entender qué necesita mi cliente sino como ha llegado donde está, dónde y a quien quiere llegar y sobretodo que tipo de comunicación y lenguaje es el adecuado para transmitir sus valores. Gestionar la comunicación online de una marca, y más de una marca pequeña necesita una empatía y una implicación, no vale con programar posts como si fuéramos monos...

Porque los lectores, espectadores o escuchantes (le robo la palabra a mi querido Javi Vazquez periodista de Aragón Radio) deben recibir información que quién es esa empresa pero sobretodo de cómo es, y eso es impensable sin el pirineo, sus montañas, su clima y la dureza de vivir en unas tierras que para muchos solo son lugar de vacaciones.

En resumen que hay que creerse que nuestra propuesta es válida, que a lo mejor somos más caros porque trabajamos de otra manera que requiere más dedicación, pero es que en mi caso no se hacerlo de otra manera, y que si nuestra propuesta es el amor o la empatía, pues lo es, y como tal hay que defenderlo.

¿Ahora entendéis porqué hablaba de amor?


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